La exministra de Sanidad, María Luisa Carcedo.
Los resultados de las elecciones generales han abierto un escenario incierto para el Ministerio de Sanidad que ejercerá en
funciones mientras no se conforme un nuevo Gobierno, algo que puede demorarse en tiempo a la vista de la
necesidad de alcanzar pactos entre partidos que todavía siguen muy alejados. Esta realidad obligará a la cartera, que todavía dirige
José Miñones, a centrarse fundamentalmente en los asuntos de urgente necesidad. Una forma diferente de gestión que conoce de primera mano la exministra
María Luisa Carcedo, que durante más de nueve meses tuvo que capear con esta misma temporalidad. En una conversación con
Redacción Médica, la dirigente socialista ya ha avanzado
cuál es el margen de acción que tendrá el departamento en un futuro próximo.
Tras apenas medio año en su puesto, Carcedo se topó en
abril de 2019 con unos comicios que dejaron un abanico de opciones igual de abierto que ahora. Las dificultades de Pedro Sánchez para encontrar los socios necesarios en el Congreso
abocaron al país a una repetición electoral. La entonces ministra de Sanidad tuvo sus funciones limitadas hasta que se llegó a un acuerdo definitivo en enero de 2020. En el que, además, terminó saliendo del Gobierno en detrimento de
Salvador Illa.
Carcedo ha explicado a este periódico que durante esa etapa estuvo de manos atadas a la hora de aprobar
reales decretos u órdenes ministeriales que no tuvieran un carácter urgente pero que no le impidió continuar con otras fórmulas de gestión, así como avanzar asuntos que terminarían viendo la luz en la siguiente legislatura.
“Fueron nueve meses de mucho trabajo intenso en el Ministerio. Eso no te lo impide hacer nadie, la propia labor de gestión”, ha apostillado. Un ejemplo puede ser la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos.
La actual miembro del Consejo de Estado prevé que estas condiciones se repitan ahora en la hoja de ruta que tendrá Miñones por delante hasta que
se alcance algún tipo de acuerdo o bien se produzca una nueva llamada a las urnas. “Trabajo no va a faltar ni falta nunca. Las normas que se aprueban hay que gestionarlas y hacerlas efectivas”, ha enfatizado.
Carcedo ha adelantado que el ministro en funciones sí que podrá desplegar las normas relativas a la próxima convocatoria de la
Formación Sanitaria Especializada (FSE) ya que no requiere rango de ley para salir adelante. Para la dirigente socialista este esta área forma parte de una de las “rutinas” de Sanidad que
“puede perfectamente seguir gestionando”. Su planteamiento coincide con la idea que lleva el propio equipo de Miñones que espera
hacer oficial “próximamente” las plazas, sin la necesidad de pasar por
Consejo de Ministros.
Otra de las claves que también podrá realizar Miñones con un Gobierno interino es la convocatoria de las reuniones del
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) para debatir asuntos con los nuevos consejeros de las comunidades autónomas, incluidas las respectivas comisiones en las que se acuerdan asuntos clave como los
Recursos Humanos. “Todo ese trabajo se puede seguir haciendo”, ha insistido Carcedo.
El futuro del Estatuto Marco
Más allá de estos asuntos, buena parte del día a día de un Ministerio de Sanidad en funciones pasa por ir
adelantando el trabajo previo para activar la maquinaria una vez que se conforme el Gobierno. Carcedo ya se encontró con este escenario, por ejemplo, en la tramitación de la
Ley de Eutanasia. Aunque se presentó antes de la moción de censura contra Mariano Rajoy, no se pudo tramitar hasta el arranque de 2020 cuando finalizó el periodo de Gobierno en funciones.
En este sentido, Carcedo ha abogado, por ejemplo, por continuar con las reuniones con los sindicatos para la
segunda parte de la reforma del Estatuto Marco, aunque no pueda ser convalidada con el Congreso hasta que no se ponga fin a esta particularidad democrática. “El trabajo interno se puede hacer perfectamente.
Nadie te lo impide”, ha subrayado.
En ese escenario, la exministra ha emplazado al responsable interino de Sanidad a continuar con el abordaje de asuntos como la
Ley de Equidad, Cohesión y Universalidad o la de
Garantías de los Medicamentos que se quedaron en ‘stand by’ en el Congreso de los Diputados con el adelanto sorpresivo de las elecciones y que el Gobierno deberá
presentar de nuevo en la Cámara Baja una vez que se reinicie la legislatura para recuperar su tramitación.
Lo que sí que se antoja algo más complicado de llevar a cabo en un periodo en funciones es la actualización de la
Cartera de Servicios Comunes del Sistema Nacional de Salud (SNS), algo que formaba parte de buena de los
programas electorales de los dos socios de la coalición, por ejemplo, para ampliar las prestaciones bucodentales. Para Carcedo, es difícil encajar este cambio en este contexto porque requeriría una modificación de la ley vigente.
Presupuestos y planes en marcha
A las expensas del escenario que se aventura para el Ministerio de Sanidad, Carcedo ha subrayado la ventaja de contar con los
Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023 aprobados para poder continuar por la senda de
las inversiones previstas, a expensas de que alguna partida pueda encajarse de “urgencia” si es necesario y está justificado.
Mientras que también ha elogiado los proyectos en vigor del Gobierno para impulsar la
Atención Primaria o
la salud mental, dos áreas que también copaban buena parte de las promesas electorales para la siguiente legislatura. “
En los dos temas de sanidad más apremiantes hay dotaciones presupuestarias y marcos normativos ya aprobados con estrategias respectivas. Hay mucha tarea para implementarlo”, ha concluido.
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