"Quien había detrás de los EPIs no eran héroes, éramos personas"

El homenaje de Estado por las víctimas del Covid-19 que se ha celebrado este jueves en el Palacio Real de Madrid ha tenido espacio para dar voz a los sanitarios, que se ha materializado en las palabras que ha dirigido a los asistentes Aroa López, enfermera del Vall d'Hebron. “Participar en este acto es un privilegio triste”, ha dicho.

La sanitaria ha incidido en la labor más dura de los profesionales sanitarios durante los peores días de la epidemia: “Hemos dado la mano y nos hemos tenido que tragar las lágrimas cuando alguien nos decía: 'No me dejes morir solo'”.

Aroa López: "Quien había detrás de los EPIs no eran héroes, éramos personas"

López ha querido dar cuenta de la parte más humana de estos trabajadores. “Quien había detrás de los EPIs no eran héroes, éramos personas que se alejaban de sus familias para protegerlas de un posible contagio. Personas que salíamos del hospital cargadas con todas esas emociones y que regresábamos a nuestro trabajo desde la soledad y el agotamiento”, ha dicho.

“Nos hemos sentido impotentes. Hemos vuelto a entender por qué elegimos esta profesión: cuidar y salvar vidas, aunque muchos compañeros tuvieron que dar su vida para ello”, ha sentenciado la enfermera, que ha admitido que a pesar de su experiencia de varios años, esta vivencia profesional no la iba a olvidar nunca.

"Los sanitarios hemos sido mensajeros del último adiós"

“Es un inmenso honor poder hablar en nombre de mis compañeros y compañeras, los profesionales sanitarios: enfermeras, médicos, auxiliares y fisioterapeutas; personal administrativo, de limpieza, de cocina, de radiodiagnóstico, de mantenimiento, de laboratorio, de psicología y del resto de áreas que dieron apoyo a los asistenciales”, ha explicado López, que ha añadido: “Ojalá nada de esto hubiera ocurrido y yo no estuviera aquí pronunciando estas palabras”.

La enfermera del hospital barcelonés ha querido reforzar con sus palabras el papel esencial de todos los sanitarios durante estos meses y, sobre todo, durante las peores semanas de la epidemia de Covid-19: "Hemos cubierto las necesidades básicas y emocionales, hemos sido mensajeros del último adiós de personas que vivían solas, escuchado la voz de sus hijos y haciendo videollamadas”, ha dicho en su emocionante discurso.