El estudio se ha publicado en la revista 'Atención Primaria'.
Un
estudio publicado en la revista Atención Primaria ha analizado las
falsas ideas existentes en torno a los efectos secundarios de las vacunas. En total, los expertos han identificado 11 rumores a los cuales les
han dado una explicación científica para, una vez más, desmentir el bulo de los efectos adversos.
La investigación resalta la importancia de que "cualquier efecto indeseable atribuible a las vacunas puede detectarse de manera temprana mediante
sistemas de farmacovigilancia bien estructurados".
Los falsos mitos
El primero de los mitos es que la
vacuna antitosferina de células enteras causa daño cerebral y muerte súbita del lactante. Para demostrar que no es así, los expertos explican que estas vacunas son más reactógenas, pero
no está demostrada la causalidad para estas patologías muy graves.
"Cualquier efecto indeseable de las vacunas puede detectarse de manera temprana gracias a los sistemas de farmacovigilancia"
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La segunda de las falsas ideas hace referencia a que los recién nacidos son demasiados pequeños para una
respuesta inmune vacunal eficaz. Sin embargo, el 95 por ciento de lactantes multivacunados a los 6 meses muestra respuestas inmunes específicas.
Otro de los rumores es que
sobrecargan el sistema inmune, pero se ha demostrado que un niño
podría responder a 100.000 vacunas, según las estimaciones. También existe la falsa creencia de que
debilitan el sistema inmunitario; sin embargo, no hay diferencia en cuanto a incidencia de infecciones con los no vacunados.
El quinto de los mitos hace referencia a que las vacunas
causan enfermedades autoinmunes, a lo que los investigadores responden que es "
inexplicable cómo se evaden los mecanismos control de tolerancia central y periférica". En sexto lugar, encontramos el rumor de que
causan alergia y asma pero, según los expertos, los alérgenos no desplazan la respuesta celular Th1 a Th2
ni la evidencia sustenta de teoría higienista.
Vacunas y autismo
La
triple vírica (sarampión, parotiditis y rubéola) causa trastorno del espectro
autista. Esta es una de las falsas creencias más extendidas en los últimos tiempos; sin embargo, se trata de un
estudio erróneo retractado. ya que el caso era una mera coincidencia temporal al diagnóstico.
Otra de las falsas ideas es que un componente de las vacunas, tiomersal, causa
autismo, pero tras la eliminación de la composición la incidencia de la enfermedad siguió aumentando,
por lo que no está relacionado. También del componente
formaldehído se ha dicho que es peligroso. En este caso, los expertos señalan que el contenido de este es 600 veces menor al necesario para inducir toxicidad en animales. En cuanto al
aluminio, también existe la falsa creencia de que es peligroso; sin embargo, la lactancia materna hasta los seis meses aporta más aluminio que el de todas las vacunas aplicadas hasta esa fecha.
Por último, se ha extendido el rumor de que
causan cáncer. Hubo casos en los años 60 por contaminación del virus símico 40, pero amplios
estudios posteriores no han detectado causalidad para ningún tumor.
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