El ritmo de vida acelerado, el estrés y los malos hábitos posturales en el trabajo hacen, entre otros muchos motivos, que las personas
sufran de forma crónica problemas de espalda y de cervicales. En un momento u otro de nuestra vida, lo más probable es que padezcamos algún dolor de estas características, lo que afectará a la calidad de nuestra vida, de nuestro sueño y limitará nuestras actividades diarias.
De hecho, este dolor de cuello es una de las dolencias más comunes en la población. Se estima que
al menos el 80% de las personas lo sufrirán en algún momento de su vida dolor cervical. De diversa intensidad, no hay ninguna duda que apostar por la prevención es una de las mejores decisiones que cualquier persona puede adoptar para mejorar su bienestar y reducir el riesgo de padecer una dolencia grave de este estilo que, incluso, puede llegar a
convertirse en un dolor crónico (más de 12 semanas).
¿Es posible evitar estos dolores de cuello? ¿Cómo? ¿Qué debemos tener en cuenta? Te lo explicamos a continuación.
Realizar ejercicios periódicos
La falta de ejercicio y los estilos de vida sedentarios contribuyen al
debilitamiento de los músculos del cuello y la columna vertebral, lo que propicia la aparición de dolores en la zona, afectando a la movilidad del cuello. Conociendo esta realidad, debemos ser conscientes de que existen iniciativas con las que
evitar el dolor cervical y mejorar nuestra salud.
Una de ellas será la de hacer de forma periódica ejercicios y estiramientos como, por ejemplo, el giro de cuello, el estiramiento lateral y la inclinación hacia adelante. Este tipo de movimientos
alivian la tensión acumulada y previenen molestias en la zona. Asimismo, estirar toda la columna vertebral y realizar ejercicios de relajación en ella también mejora el estado de nuestros músculos. Para los que quieran y estén dispuestos, la práctica de
yoga y pilates también son excelentes opciones para mejorar la flexibilidad y mantener una buena postura.
Evitar malas posturas al trabajar
Cada vez trabajamos más tiempo. Por ello, hay que prestar atención a la ergonomía mientras trabajamos, ya sea en casa o en la oficina. Además de ser conscientes de la importancia que tiene estar bien sentados, debemos asegurarnos de tener un escritorio y una silla adecuados que favorezcan una postura correcta. Asimismo, también es aconsejable
evitar el uso prolongado de dispositivos móviles con el cuello doblado hacia abajo. En su lugar, es mejor utilizarlo colocándolo a la altura de los ojos.
Dormir sobre una almohada adecuada
Es conveniente dormir sobre una almohada adecuada para prevenir y mitigar el dolor cervical. No existe una solución única, por lo que se recomienda
elegir una almohada de calidad que se ajuste a nuestra postura al dormir.
De acuerdo con los expertos, el criterio más importante a tener en cuenta es la altura de la almohada:
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Si se duerme de lado, la almohada debería ser alta, de unos 15 cm, para cubrir el hueco entre el hombro y la oreja y mantener las cervicales alineadas.
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Para quien duerme boca arriba, la almohada debe ser de altura media, entre 12 y 13 cm para rellenar el hueco cervical.
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Para aquellos que duermen boca abajo (aunque no sea una postura recomendable) la almohada debe ser lo más delgada posible y no exceder los 10 cm de altura para no acentuar la extensión de la cabeza.
Reducir el estrés
El estrés agrava todo tipo de patologías y también es una de las
causas del dolor cervical. Entre las manifestaciones más comunes generadas por el estrés están, precisamente, las
tensiones musculares, incluido el cuello. Por ello, hay que reducir el estrés a través de técnicas de relajación, meditación, yoga o actividades que resulten placenteras.
No cargar pesos en la zona
Podemos evitar cargar la zona del cuello y de las cervicales distribuyendo adecuadamente el peso que llevemos encima en cada momento. Mediante el uso de mochilas, bolsas o carritos,
debemos evitar cargar objetos pesados con una sola mano para no generar una tensión desigual en el cuello y la columna.
Asimismo, cuando nos veamos obligados a levantar un peso, debemos hacerlo siempre doblando las piernas y
mantenerlo lo más cerca posible al eje del cuerpo, sin estirar los brazos para mantenerlo separado del mismo.
A lo largo de nuestra vida es probable que suframos en algún momento dolor cervical o conozcamos a alguien que lo está sufriendo. Esta dolencia puede afectar de forma grave la calidad de vida de las personas, dificultando el trabajo y las actividades cotidianas al provocar dolor, rigidez, dificultad para mover la cabeza, hormigueo y entumecimiento en los brazos. En los casos más graves, puede ser incluso incapacitante y obligar a tener que tomar
fármacos para el tratamiento del dolor de manera periódica.
Para evitar llegar hasta este punto, lo ideal es empezar con
buenos hábitos con compromiso y constancia. El cuidado de nuestra postura y la combinación de ejercicio regular y estiramientos nos ayudarán a conseguirlo. Y todo sin olvidarnos de contar con una buena almohada cervical que, siendo ergonómica, evite que durmamos en una mala postura, ayudándonos al mismo tiempo a mantener un cuello sano y libre de molestias.
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