El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.
Los expertos económicos han advertido sobre algunas de las consecuencias que acarreará la
reforma del sistema de las pensiones que ha aprobado el Gobierno con vista puesta a las próximas tres décadas. Aunque consideran que la mayor parte de estos efectos pasarán inadvertidos para la opinión pública debido a su carácter “invisible”, sí que han subrayado que los recortes que el nuevo plan puede acarrear en áreas como
la sanidad no se podrán “ocultar” a ojos de la ciudadanía.
Un nuevo informe publicado por la
Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha estimado que los
cambios en el modelo de la jubilación derivarán en costes como las
pérdidas de empleo, innovación y horas trabajadas, la aceleración de las
jubilaciones anticipadas, la
huida de capital humano de alta cualificación, el aumento de la
economía informal o el abandono de proyectos empresariales. Sin embargo, serán difícilmente atribuibles a este fenómeno.
“Todos estos costes serán un ‘contrafactual’ invisible (salvo en las tendencias macro, donde se mostrarán mezclados con otros factores simultáneos). Mientras, las altas pensiones serán plenamente tangibles y fácilmente atribuibles,
generando réditos políticos inmediatos”, reza el informe, firmado por el doctor en Economía
Alfonso R. Sánchez.
Sin embargo, el investigador ha apuntado a que la reforma sí que dejará un rastro en algunos casos en la
reducción de transferencias económicas a otras áreas a consecuencia de la financiación de las pensiones, como la gestión en salud. “Lamentablemente para los políticos populistas, la escasa productividad de la economía española ya está generando problemas ampliamente reconocidos en la producción de algunos bienes públicos. Por ejemplo, la sanidad.
Esta realidad será más difícil de ocultar a la opinión pública que los costes de oportunidad puramente económicos de la nueva política de pensiones”, ha apostillado.
Esta valoración se suma a la sucesiva cadena de informes en los que Fedea ya ha advertido al Gobierno sobre las consecuencias que puede tener la inversión que se prevé para elevar las pensiones en los próximos años, especialmente en
áreas como la sanidad o la dependencia, que además se enfrentarán a un contexto de envejecimiento de la población en el que cada vez habrá más pacientes crónicos que demanden servicios.
La reforma silenciosa de las pensiones
El equipo de expertos económicos ha justificado que este efecto en cadena estará motivado por un cambio en el sistema de jubilación que cada vez se acerca más hacia un modelo tipo “Beveridge” en el que la variabilidad del subsidio es “reducida” y se abandona el carácter contributivo para depender cada vez más del presupuesto general. Algo que ya han bautizado como
la reforma silenciosa de las pensiones.
“El paso a una pensión más uniforme y menos ligada a las cotizaciones personales
es especialmente problemático desde la perspectiva del cambio en los incentivos de comportamiento. La teoría económica convencional sugiere que la participación laboral, las horas trabajadas y los ingresos reconocidos en el sistema formal podrían resentirse en este modelo”, han subrayado.
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