La variante de la viruela del mono que circulaba por África puso de manifiesto la
alta posibilidad de contagio de mujeres embarazadas y el
riesgo que supone para el feto, pudiendo llegar a perder el bebé. Por ello, un grupo de pediatras y especialistas en enfermedades infecciosas de Singapur, Estados Unidos, Francia y Suiza han diseñado un
algoritmo de actuación para hacer frente a posibles infecciones de la variante actual de la viruela de mono.
“Los médicos deben mantene
r un alto índice de sospecha de virus de la viruela del mono en cualquier mujer embarazada que presente
linfadenopatía y erupción vesiculopustulosa, incluida la erupción localizada en la región genital o perianal
, incluso si no hay vínculos epidemiológicos aparentes”, alertan los autores del artículo publicado en la revista
The Lancet.
En ese sentido, los especialistas recuerdan que la
infección de monkeypox (MPXV) o de la viruela común supone “un
alto riesgo de infección congénita grave, pérdida del embarazo y morbilidad y mortalidad materna”. Además, señalan que los datos de secuenciación genómica sugieren que el clado de África occidental del virus de la viruela del mono es responsable del brote actual y aunque se asocia con una enfermedad más leve y una tasa de letalidad más baja en personas no embarazadas,
se desconocen los efectos de este clado en el embarazo.
¿Cómo diagnosticar la viruela del mono en embarazadas?
Según el algoritmo diseñado por los especialistas internacionales, el diagnóstico se puede confirmar mediante
pruebas de amplificación de ácidos nucleicos con PCR en tiempo real o convencional a partir de vesículas o lesiones genitales.
Además, recomiendan
descarta primero otras enfermedades como la varicela, el herpes simple y la sífilis, ya que pueden parecerse a la viruela del mono en el embarazo. “En los casos de infección materna por el virus de la viruela del mono se requiere una
monitorización ecográfica fetal y el tratamiento posterior debe basarse en la presencia de anomalías ecográficas como hepatomegalia fetal o hidropesía”, explican los facultativos.
La eliminación del virus también se puede producir de forma natural:
“Es probable que el virus se elimine en el líquido amniótico si los riñones fetales producen suficiente orina, es decir, después de las 18 a 21 semanas de gestación”. En cuanto al momento del
parto, los expertos recomiendan
evaluar la carga viral en la sangre del cordón umbilical y la placenta, además de realizar un análisis de PCR en tiempo real de las muestras obtenidas del recién nacido.
Casos previos de complicaciones por infección
Los casos que han alertado a la comunidad científica se produjeron en
cuatro mujeres embarazadas de la República Democrática del Congo que estaban infectadas con el virus de la viruela del mono, aunque probablemente fue con el clado centroafricano del virus.
Unos hechos que ocurrieron entre 2007 y 2011 y se saldaron con dos
abortos espontáneos tempranos, una
pérdida del bebé a las 18 semanas de gestación y el
parto de un bebé sin vida. “El feto Tenía una erupción cutánea generalizada y se detectó ADN del virus de la viruela del mono en el tejido fetal, el cordón umbilical y la placenta, lo que confirma la transmisión vertical del virus de la viruela del mono”, explican los investigadores.
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