Gabriel del Pozo, secretario general de CESM, y el responsable de Estudios Profesionales de la Confederación, Miguel Ángel García.
La
falta de médicos en España y cómo revertir la situación en los próximos años es una de las cuestiones que más quebraderos de cabeza está dando a las administraciones. La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) ha presentado un estudio sobre demografía médica en el que hace una radiografía de la situación actual y la previsión de cara al futuro hasta el año 2035, señalando que superado el pico de jubilaciones que actualmente estamos atravesando, se irá recuperando progresivamente el número de facultativos hasta que ese déficit desaparezca. Se estima que en 2035 se registrará un nueve por ciento el crecimiento de la
necesidad de especialistas médicos sobre el nivel actual, mientras que el crecimiento esperado en el
número de especialistas supera ligeramente el once por ciento, produciéndose un equilibrio entre
demanda y oferta.
El
déficit actual de facultativos está cifrado en unos 5.000 médicos. La previsión es que la cifra vaya aumentando en los próximos años hasta casi duplicarse y alcanzar los 9.000 en 2028, según la estimación que realiza el Ministerio de Sanidad en su
Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2015. Sin embargo, CESM concluye que la estimación de Sanidad se puede quedar corta y que cree que la cifra puede oscilar entre los 4.000 y los 11.000 especialistas.
Las cifras demuestran que en base a un
numerus clausus creciente y el total de MIR que iniciaron su residencia en 2020, además de las
homologaciones de títulos de especialista, las jubilaciones por edad y las defunciones, se producirá un estancamiento en el número de profesionales para los próximos 4-5 años. Sin embargo, habrá un crecimiento posterior una vez se supere el
pico de jubilaciones que estamos atravesando.
Problemas para la atención de ciudadanos
En los últimos años, coincidiendo con el
incremento masivo en el número de jubilaciones de médicos y en las
necesidades asistenciales de la población (debido a su progresivo envejecimiento) se han producido algunas tensiones, que con el impacto de la pandemia de por medio y la huida de profesionales, han acabado transformándose en un
déficit de profesionales que origina
sobrecarga asistencial y problemas en la atención a los ciudadanos.
El incremento sostenido del
número de profesionales (asegurado por las medidas que se tomaron en la primera década de este siglo para incrementar la incorporación de facultativos nacionales a la atención sanitaria) no está siendo capaz de mantenerse al ritmo con el que se incrementan las
necesidades sanitarias. Analizada la situación, CESM propone recurrir a diferentes actuaciones que ayudarían a corregir las cifras actuales y las previsiones del futuro inmediato. Como opciones, proponen retener a los médicos, recuperar a los que se han perdido, incorporar nuevos profesionales, descargar de tareas no médicas a los facultativos, adecuar la organización de los profesionales dentro de los Servicios o limitar la oferta de servicios médicos (o a su demanada por parte de la población).
El incremento de estudiantes de grado no aporta nada
Estas medidas están pensadas para paliar los
efectos de la falta de facultativos a corto y largo plazo. Así, recuperar a los médicos perdidos y que actualmente no ejercen la Medicina o se han trasladado al extranjero para trabajar sería, tal y como describe CESM, una de las medidas más efectivas y más rápidas. De cara al futuro, el Gobierno se ha dispuesto ampliar el número de plazas de primero del Grado de Medicina destinando una
partida de 50 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado de 2023. Sin embargo, esta solución no es bien recibida por CESM que señala que este incremento no aportaría prácticamente nada al déficit actual "dado que su efecto comenzaríamos a notarlo en 2034 (12 años después de su puesta en marcha)" en cuando a la disponibilidad de nuevos especialistas.
En este sentido, señalan que el informe del Ministerio ya parte de un
incremento anual de plazas similar al incremento medio en los últimos tres años, lo que supone un aumento anual de unas 115 plazas. Así en 2035, el
numerus clausus rondaría las 8.700 plazas, sin que se haya ampliado el número de plazas. El incremento permitiría asegurar la suficiente disponibilidad de médicos a partir del año 2035, pero para ese momento ya se habría superado el
aluvión de jubilaciones y se alcanzaría
equilibrio generacional entre los profesionales, que es la situación ideal. Por otro lado, las medidas tomadas a lo largo de este periodo también tendrían repercusión en el futuro, lo que haría innecesario ese efecto adicional del incremento del
numerus clausus.
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