Jon Guajardo, vicepresidente segundo de SEDISA.
El debate sobre el uso de las lenguas cooficiales ha vuelto a aflorar en el Congreso de los Diputados, donde ERC consiguió la semana pasada amarrar del PSOE la promesa de impulsar el catalán no solo en las comunicaciones de la Cámara sino en el conjunto de la Administración. La idea de que un ciudadano se dirija (y pida que le atiendan) en
catalán, vasco, valenciano o gallego sobrevuela también los
hospitales; y de hecho, en estas comunidades autónomas está bastante asentada la asistencia sanitaria plurilingüe. Cuestión aparte es que también en regiones sin lenguas cooficiales se fomente esta posibilidad, aunque según la
Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), existen opciones reales para hacerlo.
Jon Guajardo, vicepresidente segundo de esta organización, matiza que no es habitual que un catalán o vascoparlante se dirija en un idioma cooficial lejos de su región. “Teniendo un
código común, como es el español, sería raro que alguien trate de hablar en euskera en el Hospital Puerta de Hierro, por ejemplo”, destaca. Reconoce no obstante que a la hora de prestar asistencia en un centro sanitario cualquier barrera idiomática que se derribe supone una victoria. Y puede suceder, expone, que un ciudadano “que no tenga en su día a día ningún contacto con el castellano” tenga
problemas para expresarse.
En la OSI de Galdácano, de la que Guajardo es gerente; y
en el conjunto del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), esta casuística dejó hace tiempo de ser un problema, dado que la administración autonómica viene fomentando el vascuence desde hace décadas. “A los profesionales sanitarios
se les facilita aprender euskera, y en las oposiciones se valora como mérito para acceder”, puntualiza.
"El poder expresarte en tu lengua materna es un derecho de la población y un elemento de calidad en la atención al paciente"
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Pero no toda la plantilla de Osakidetza domina el euskera. “
O ruso o alemán, que también pasa”, recalca el responsable de SEDISA. En estos casos, los hospitales cuentan con figuras de mediación, o bien con
servicios externos “de asesoramiento” lingüístico. Esta idea, llegado el caso, podría exportarse también a otras regiones. “Nosotros tenemos subcontratado un servicio que nos facilita traductores para situaciones específicas en las que no es posible el entendimiento. No sé si es la mejor solución, pero desde luego es una opción que sirve para mejorar esa comunicación”, afirma.
En este escenario, Guajardo resume que más allá que haya
“gente más o menos radical” sobre este tipo de asuntos, “el poder expresarte en tu lengua materna es un derecho de la población y un elemento de calidad a la hora de atender a un paciente”.
“Normalizar” las lenguas cooficiales en la Administración
El fomento del catalán en el conjunto de la Administración (con especial atención al ámbito de la Justicia) constituye uno de los puntos más relevantes del acuerdo que PSOE forjó con ERC a cambio de retener el
apoyo de los nacionalistas a la investidura de Francina Armengol. De forma paralela, Junts per Catalunya reclamó a los socialistas emplazar a la Unión Europea a reconocer al catalán, el gallego y el vasco como lenguas cooficiales.
A nivel autonómico, las comunidades con lenguas cooficiales han asentado en los últimos años diferentes políticas orientadas a este aspecto. En el País Vasco se encuentra en vigor el
III Plan de Normalización del euskera, que estará vigente hasta 2028.
En el caso de Cataluña, el Govern exteriorizó recientemente marzo su intención de
“motivar” el catalán en el ámbio sanitario con la creación de "la figura de un responsable lingüístico”.
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