El médico cotizará más pero tardará en verlo reflejado en su pensión

El Gobierno y los sindicatos negocian separar en el tiempo el aumento de las cotizaciones máximas de la subida de las pensiones más altas. Este desfase temporal se ha convertido en uno de los puntos de debate de la segunda parte de la reforma del sistema de jubilaciones. Esta nueva condición implicará que, aunque se llegue a un acuerdo para elevar las contribuciones a la Seguridad Social de los trabajadores, la medida no se verá reflejada en los subsidios que perciben los pensionistas hasta varios años después. Algo que incidirá directamente sobre los médicos ya que la práctica totalidad cobra la prestación máxima una vez que se retira.

A diferencia de la última actualización en la que el Gobierno aplicó de manera paralela un alza del 8,6 por ciento tanto las cotizaciones máximas como las pensiones, ahora el Ministerio de Seguridad Social explora la posibilidad de separar las dos medidas en el tiempo para su proyecto de reforma a largo plazo. Sin embargo, todavía no se ha alcanzado un consenso con el conjunto de los agentes sociales sobre cuántos años de separación deben tener ambas medidas.

Comisiones Obreras ha defendido que esta iniciativa permitirá evitar un “efecto contradictorio” para que un empleado que esté ya en el ocaso de su carrera no se incorpore directamente al grupo de jubilados beneficiados por el alza de las pensiones máximas. “Un trabajador que cobra 100.000 euros, con un año de jubilación, no le vas a reconocer esa pensión”, han argumentado su secretario de Políticas Públicas y Protección Social, Carlos Bravo, uno de los portavoces clave en la negociación.

Más allá del tiempo, la otra clave de la negociación está centrada en establecer cuánto se deberían incrementar los dos conceptos. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ya llevó a los agentes sociales una propuesta para incrementar hasta un 30 por ciento las cotizaciones máximas hasta el año 2050. Sin embargo, la cifra sigue siendo insuficiente para el bloque sindical. “No nos vale”, han apostillado Bravo.

La organización sindical está dispuesta a alcanzar un punto de acuerdo que se situaría en un alza de entre el 30 y el 80 por ciento. Los negociadores ya propusieron al Gobierno elevar el volumen máximo para la cotización hasta los 98.000 euros brutos anuales, aunque es una cifra muy por encima de las cifras que baraja Seguridad Social que en su última reforma elevó el umbral hasta los 54.000 euros.

En cuanto al incremento de las pensiones máximas, desde el área sindical apuestan porque la subida no solo llegue de manera más tardía en el tiempo, sino que también sea ligeramente “inferior” a la de las cotizaciones, lo que permitiría redistribuir más las rentas entre los distintos grupos socioeconómicos. Actualmente ya hay cerca de 12.000 euros al mes de desfase entre lo que el médico cotiza y lo que percibe de pensión y desde Comisiones Obreras apuestan por elevar ligeramente este umbral.

Bloqueo político en la reforma de las pensiones

En todo caso, cualquiera de estas medidas continúa embargada por la falta de un consenso político previo entre los socios de investidura. Las discrepancias entre el Partido Socialista y Unidas Podemos por el período de cálculo de las pensiones han bloqueado las conversaciones. Desde los sindicatos advierten de que llevan casi dos meses sin desatascar la negociación por este motivo, a pesar de que el Gobierno se comprometió a tener el asunto resuelto antes de cerrar el 2022.

Aunque Comisiones Obreras apuesta por mantener el actual modelo de 25 años, no está dispuesto a mover ficha hasta que no haya un acuerdo previo entre las formaciones para evitar que se repita un desenlace como el de la reforma laboral. “No vamos a abordar una negociación sobre algo que no tenga respaldo parlamentario”, han el secretario encargado del área de pensiones. 

La esperanza pasa porque las presiones de Bruselas permitan desenquistar la situación antes del verano. Para la época estival, el órgano de gobierno comunitario realizará su evaluación previa a España para activar el cuarto desembolso de los Fondos Europeos del Plan de Recuperación. Y uno de sus requisitos previos era que se adecuara el sistema de pensiones.