Cristobal Belda, director del ISCIII
El
Instituto de Salud Carlos III ha definido sus planes para continuar con su actividad científica y divulgativa sobre la pandemia de Covid-19 en el
tercer año de presencia de la enfermedad. El organismo mantendrá hasta
siete líneas diferentes de investigación para seguir ahondando en algunas cuestiones clave, desde la inmunidad de las vacunas hasta las secuelas que ha provocado el coronavirus en algunos pacientes a largo plazo.
La institución ha publicado un informe para repasar su labor durante los últimos dos años de crisis sanitaria, en el que también ha esbozado las claves del futuro. Uno de los puntos de actuación será la continuación de algunos de los estudios que ya se iniciaron hace meses como
CombivacS, que se puso en marcha en abril para evaluar el uso simultáneo de diferentes modelos de la vacuna contra la Covid-19. También continuará
ENE-COVID Senior, que analiza la evolución de la inmunidad de la población o
COSMO-Spain, que aborda los conocimientos y la percepción social de la pandemia.
El organismo dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación tiene además por delante el reto de profundizar en una
nueva investigación sobre el covid persistente, que liderará el académico
Ferrán Barbé. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ya advirtió esta semana en el Senado que se trata de una hoja de ruta clave de cara a identificar los síntomas de esta nueva enfermedad y diseñar tanto
el tratamiento como la rehabilitación.
En la hoja de ruta del ISCIII también está continuar con sus investigaciones activas sobre la evolución del virus y las posibles
nuevas variantes. Mientras que se han marcado como objetivo el desarrollo de un
biobanco poblacional y del futuro
laboratorio de bioseguridad P4, que permitirán aportar “recursos para el manejo de esta pandemia y otras necesidades ligadas a la investigación microbiológica y epidemiológica”.
Dos años de pandemia para el ISCIII
Estas vías de investigación se producirán después de dos años, en los que la pandemia de Covid-19 ha centrado buena parte de la actividad científica y de difusión del Instituto de Salud Carlos III. Su actuación arrancó a raíz de la declaración de pandemia por parte de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y se ha prolongado durante 24 meses, marcados por seis oleadas de contagios. “El ISCIII ha afianzado su labor de
referencia en la protección de la salud a través de la ciencia, impulsando iniciativas claves en el manejo de la pandemia”, reza el informe.
Entre sus actividades, la institución se ha encargado por ejemplo de financiar investigaciones a través deldenominado
Fondo Covid que se puso en marcha en marzo de 2020. En total, se han sufragado
129 proyectos diferentes con un desembolso total de
24 millones. Los campos de actuación más comunes abarcan la infección, los tratamientos y la inmunidad, aunque también se han cubierto iniciativas sobre el impacto de la Covid-19 en embarazadas, nuevas técnicas diagnósticas, métodos de infección del virus o reservorios animales.
El ISCIII también ha jugado un papel activo en otros aspectos clave del control del coronavirus, como en el establecimiento de
una técnica PCR específica para detectar los casos positivos a través del Centro Nacional de Microbiología o la secuenciación del virus para encontrar nuevas variantes, así como en la adaptación del
sistema de vigilancia que se usaba para la gripe. Para poder difundir la información sobre la pandemia, también ha contribuido estableciendo un panel público de información con los
datos diario de casos, hospitalizaciones y fallecimientos.
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