Con la optimización de los protocolos sanitarios, puede existir una mayor detección de contagios

María del Mar Tomás
María Tomás, microbióloga del Hospital Universitario de A Coruña y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).


30 ago. 2024 7:00H
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España registra un total de 334 casos confirmados de MPOX – antes llamado viruela del mono– , según los datos del último informe de Situación Epidemiológica por esta infección del Ministerio de Sanidad y el de Ciencia, Innovación y Universidades hasta el lunes 26 de agosto. Esto supone un incremento de 67 casos, ya que hasta el 19 de agosto el número era de 267. Las comunidades que mayores cifras presentan son Madrid con 144, Andalucía con 79 y Cataluña con 54, aunque todavía hay regiones que no registran ningún contagio, como Aragón, Asturias, Navarra y La Rioja.

Este aumento no supone una alerta para María Tomás, microbióloga del Hospital Universitario de A Coruña y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), ya que considera que tras la “optimización de los protocolos, puede existir incluso mayor detección” del virus con “casos leves o asintomáticos provocados por el clado II que se han detectado”. “Tras la alerta sanitaria anunciada por la Organización Mundial de la Salud, es probable que se detecten más casos, eso no quiere decir que exista un incremento ante casos, sino que se están detectando más aquellos casos que no fueron detectados en su momento”, indica a Redacción Médica.

Tomás señala que, al producirse mayor vigilancia epidemiológica, lo que suele ocurrir es que haya un incremento en el número de pacientes detectados con el virus; sin embargo, resalta que los casos son de clado II, que es el “más leve”, por lo que ahora sí tendrán un diagnóstico. “Hay una llamada de atención a todas las oficinas médicas para que detecten el mayor número de casos posible, para controlar la posible epidemiología del clado I”, remarca.

En ese sentido, la especialista detalla que, pese a que en Europa “el riesgo” por MPOX “es bajo”, “puede haber casos importados que debemos detectar” y a los que se les debe hacer un seguimiento para saber qué tipo de clado es. Además, Tomás considera que se debe “ayudar a África para evitar la expansión del brote”, tal como ha emitido en sus mensajes la Organización Mundial de la Salud.

Medidas de vacunación en sanitarios


Sobre una posible ampliación en la vacunación contra el virus del MPOX del personal sanitario, María Tomás dice que “si Europa no manda el mensaje de expandir” esta medida, no cree que en España se deba ampliar o modificar, por el momento, los protocolos establecidos. “Hay que ir viendo la vigilancia epidemiológica por si llegasen más casos, por si hubiese otras vías de transmisión a nivel europeo o a nivel nacional y se extendiese”, ha dicho.

Así, ha instado a la calma ya que hay “pocos casos” de la enfermedad. “No hay una explosión de casos y, en principio, no parece que haya casos del clado 1 del virus”, ha resaltado. 

Clado I, ¿el más peligroso?


Una reciente publicación en la revista médica británica ‘The Lancet’ , titulada 'MPOX: ¿existe un nuevo clado más peligroso?' cuestiona las informaciones vertidas sobre el clado I del MPOX que circula principalmente en la República Democrática del Congo y que causa síntomas “más graves” que el clado II, cuya prevalencia está en África occidental. Los cuestionamientos están basados en que las poblaciones que se compararon sobre los efectos tanto del clado I como del clado II poseían características distintas importantes. 

“La cohorte más grande de 338 casos con una alta tasa de letalidad diagnosticada en la República Democrática del Congo entre 1981 y 1986 estaba compuesta casi exclusivamente por niños con una edad media de 4,4 años (solo un 4 por ciento tenía más de 15 años). Por el contrario, la cohorte más grande de Nigeria (122 casos diagnosticados en 2017-18) estaba compuesta en su mayoría por adultos jóvenes con una edad media de 29 años”, indica la publicación.

En ese sentido, resalta que como la gravedad del MPOX parece ser mayor en pacientes menores que en adultos, “la edad por sí sola podría ser responsable de las diferencias en las tasas de letalidad”. Además, considera que la “infección avanzada por VIH parece ser un factor de riesgo importante para los cursos graves”. Por lo tanto, concluye en que “no se puede hacer ninguna afirmación válida actualmente sobre si existe alguna diferencia clínica entre los clados de MPOX”.

Aunque señala que este virus es una amenaza con un número creciente de casos, también resalta que se debe ser cauteloso en las afirmaciones sobre la gravedad o los patrones de transmisión y que se necesitan datos epidemiológicos “más sólidos” para determinar “posibles diferencias entre clados”.
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