Nace en España el primer bebé tras un trasplante de útero.
El éxito del primer bebé nacido tras un trasplante de útero ha resultado esperanzador para un segundo procedimiento que ya se ha realizado en el
Hospital Clínic (Barcelona). Sin embargo, desde la
Organización Nacional de Trasplantes (ONT) apuntan a que este tratamiento experimental debería seguir su andadura aplicando ciertos cambios que ya se habían solicitado a este equipo médico tiempo atrás.
Tal y como explica la ONT a
Redacción Médica, cuando el proyecto para el
trasplante de útero se trasladó a la organización, se remitió a la
Comisión Permanente de Trasplantes donde se debatió entre expertos los detalles de este procediomiento. Desde el momento inicial, se generó "mucho debate" y se concluyó que para analizarlo se debía crear una
Comisión de Bioética en la que participara el comité propio en esta materia de la organización incorporando, en este caso, expertos en
Ginecología.
Una vez estudiado con cuidado el proyecto se hicieron una serie de planteamientos con potenciales modificaciones que se remitieron a los médicos responsables de la propuesta. Sin embargo, tal y como afirma la ONT, el equipo del
Clínic decidió seguir adelante con el
transplante de útero (que tuvo lugar en 2020, en medio de la incertidumbre inicial provocado por la irrupción del covid) tal y como estaba planteado inicialmente sin pasar el proyecto con los cambios propuestos a la Comisión para su aprobación final.
Cambios en el procedimiento del trasplante de útero
A la hora de realizar un segundo trasplante, fuentes de la ONT confirman a este periódico que sí se han realizado esas modificaciones solicitadas en el primer caso, todas a excepción de uno: la vía del
donante cadáver. Insisten en que se debe de contemplar esta opción porque "no se pone en riesgo a otra persona viva para este procedimiento y, por tanto, se debe valorar su viabilidad, pero no se está haciendo". Pese a las recomendaciones, el equipo médico del
Hospital Clínic ha vuelto a realizar un segundo trasplante de útero con una donante viva, según confirma la ONT.
Entre los argumentos para no cambiar el tipo de donante, los médicos afirman que en la
donación multiorgánica el
útero quedaría relegada al final y podría no llegar en condiciones óptimas para ser trasplantada. Sin embargo, desde la ONT subrayan que "explorar esta vía no estaría mal" y recuerdan que su intención en todo momento es "proteger a la
donante porque es una persona sana que se somete a una intervención con sus consecuencias". Además, apuntan a que si se alcanzara también el éxito, la vía del
donante cadáver puede dar lugar a cierta "potencialidad para trasplantar más úteros y sobre todo en España que somos líderes en
donación".
Mujeres con síndrome de Rokitansky
Este procedimiento ha generado un intenso debate entre los que están a favor y los que se posicionan en contra. Es por ello que desde la ONT recuerdan que el proyecto solo está aprobado "en exclusiva para mujeres que sufran
síndrome de Rokitansky", un trastorno congénito del aparato reproductor femenino que afecta a 1 de cada 5.000 mujeres en el mundo: nacen sin útero y sin trompas de Falopio y, por lo tanto, no pueden quedarse embarazadas.
Queda para el futuro ver si el
trasplante de útero se amplia a otras patologías y entre a formar parte de la cartera de servicios de la organización, aunque al no tratarse de un órgano vital lo más probable es que no acabe siendo así.
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