Redacción. Madrid
La Sección de Cardiología Geriátrica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha participado en un estudio publicado recientemente en
American Heart Journal, que revela que el 45 por ciento de los centenarios considera que tiene un buen estado de salud, puntuándolo por encima de un ocho sobre diez. Según Manuel Martínez-Sellés, presidente de la sección y coautor del trabajo, en “el objetivo ha sido evaluar qué características tiene el corazón de los centenarios para intentar aportar más datos y conocimiento al porqué de su longevidad”.
Manuel Martínez-Sellés. Foto: SEC.
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La razón de su buen estado de salud se explica porque más de dos tercios de los mayores de 100 años han seguido hábitos de vida saludables antes y después de los 65 años y que la mayoría tiene o ha tenido un familiar de primer grado (padre, madre o hermano/a) que ha vivido más de 90 años. Así, tanto la genética como los hábitos de vida juegan un papel importante en la longevidad de las personas.
El estudio incluye a 118 centenarios (28 hombres y 90 mujeres) de nueve centros médicos españoles, con una media de edad de 102 años a los que se les realizó un seguimiento mínimo de seis meses. De todos ellos se determinó su historia clínica y se evaluó el estado cognitivo, el estado nutricional, la capacidad para realizar actividades de la vida diaria, la comorbilidad y la capacidad para realizar actividad física. Además, se llevaron a cabo estudios analíticos, electrocardiogramas y ecocardiografías.
Los resultados de ambas pruebas mostraron que uno de cada cuatro centenarios sufre fibrilación auricular y que más de la mitad de ellos padece regurgitación aortica, es decir, presentan un reflujo de sangre hacia la cavidad izquierda del corazón por un mal funcionamiento de la válvula aórtica.
Además, tras el análisis de los electrocardiogramas se observó que un 76 por ciento de los centenarios muestran alguna anomalía en la prueba. Aquellos centenarios con electrocardiogramas anormales suelen ser con más frecuencia hombres que mujeres (un 93 por ciento de los hombres tenía alguna anomalía mientras que solo un 72 por ciento de las mujeres se encontraba en la misma situación), quienes además tienen tasas más altas de consumo previo de alcohol (un 24 por ciento) y de tabaco (un 14 por ciento). Así los centenarios hombres habían puntuado con cifras más bajas el estado de su salud y tenían menos capacidad para andar seis metros, solo un 33 por ciento podía hacerlo sin problemas.
Martínez-Sellés explica que “es normal y lógico que el envejecimiento del corazón también se acompañe de algunas anomalías, habitualmente no graves, ya que, a medida que va pasando el tiempo, el corazón de estas personas se vuelve más rígido. Aún así, este puede seguir realizando su función correctamente”. “Una vez más, se demuestra que el corazón de la mujer es mejor que el del hombre. De hecho, en los hombres centenarios las alteraciones son prácticamente universales, mientras que en el caso de las mujeres esta universalidad no se da y parece que se observa cierta protección”, añade.
En el año 2011 había en el mundo 317.000 ancianos de más de 100 años, una cifra que está incrementando sustancialmente año tras año. Se calcula que en 2050, el número de centenarios ascenderá a más de tres millones, llegando a superar los 17 millones a finales de siglo. “El número de centenarios crece año tras año, cada vez es más habitual tener pacientes de avanzada edad en consulta. Precisamente la importancia de este trabajo reside en poder arrojar luz para lograr tratar mejor a estos pacientes. Además, los centenarios son un paradigma de la longevidad, ya que estudiando su corazón podemos ver cómo envejecemos”, concluye Martínez-Sellés.
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