Cartel de Muface.
Muface sigue envuelta en un mar de dudas. La
mutualidad, que en los últimos seis meses ha vivido sumida en una crisis sin precedentes, se enfrenta estos días a la recta final de su trance histórico. La Dirección General del modelo
ha propuesto a Asisa y a Adeslas, las dos únicas aseguradoras que se han presentado a la tercera licitación del concierto, como adjudicatarias del nuevo contrato valorado en 4.808,5 millones de euros. Así, a falta de la firma final, que según se ha deslizado en el Consejo General de Muface podría llegar después de Semana Santa, el modelo de asistencia sanitaria privada de la mutualidad apunta a sobrevivir. Pero, con todo ello, el mutualismo podría pasar en la
sanidad pública del modelo durante los
dos próximos años.
En el caso de que
los funcionarios públicos o sus beneficiarios hagan un
cambio extraordinario al INSS (servicios autonómicos de salud) una vez que el nuevo concierto entre en vigor, los funcionarios o beneficiarios tendrán que asumir “la obligación de permanecer dos años en la sanidad pública”. Así lo han confirmado fuentes de la propia mutualidad a este periódico, que han incidido en que este hecho solo se aplicará a aquellos que quieran cambiar de modelo por
“razones de asistencia médico u hospitalaria” fuera del
plazo ordinario de permutas. Es decir, en un mes distinto a enero o junio.
No obstante, en el
caso de 2025, el primer año del nuevo concierto, este segundo periodo comenzará
una vez se firme el contrato. En otras palabras, podría ser en el mes de mayo, por lo que los mutualistas dispondrán de 31 días para cambiarse de entidad u optar por el modelo de sanidad pública. En ese caso, además, no se les aplicará esta normal del cambio extraordinario.
Fuentes de la propia Muface han confiado a
Redacción Médica que esta obligación de permanecer en el INSS durante dos años ya se había aplicado en conciertos anteriores. Sin embargo, desde la mutualidad apuntan a que
esta medida “vuelve” para el próximo trienio.
¿Cuándo se podrá realizar el cambio extraordinario al INSS?
Muface establece que los mutualistas y sus beneficiarios
podrán solicitar el cambio extraordinario al INSS siempre y cuando tenga razones de asistencia sanitaria “que les afecte personalmente, o a cualquiera de las personas que tenga adscritas”. Además, a ello, como afirman desde la mutualidad, se añade un matiz: este asunto deberá ser aprobado por una Comisión Paritaria
Muface/seguridad social, que analizará la documentación aportada y valorará las circunstancias.
Tras ello, en el caso de que se estime el cambio, el funcionario público (o su familiar)
no podrá retornar al modelo de asistencia sanitaria privada durante, al menos, dos años.
El futuro de la asistencia sanitaria privada de Muface
El modelo de asistencia sanitaria privada de Muface podría tener su
futuro asegurado durante tres años. El tiempo que estará en vigor el nuevo contrato, cuya cuantía económica se sitúa, tras tres procesos licitadores, en 4.808,5 millones de euros. Además, la Dirección General de la mutualidad
ha propuesto a Adeslas y a Asisa como
adjudicatarias del nuevo convenio.
No obstante, a la par que el Gobierno hacía esta propuesta, otra se fraguaba en el auditorio de la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef). El organismo, presidido por Cristina Herrero, presentaba este lunes las conclusiones de la
primera fase del ‘Spending Review 2022-2026’ en el que valoraba la eficacia y eficiencia de los sistemas de mutualidades e España. Y los pronósticos fueron desfavorables para Muface y sus ‘hermanos’, Isfas y Mugeju.
La Airef propuso
derivar a los nuevos funcionarios al Sistema Nacional de Salud (SNS), así como la adscripción voluntaria a las mutualidades. Todo tras la conclusión de que la asistencia sanitaria privada de Muface, Mugeju e Isfas resultaba ineficiente.
El mutualismo no tardó en responder.
Varios funcionarios públicos, entrevistados por
Redacción Médica, explicaron que
“Muface está condenado a morir” tras la publicación del análisis de la Airef. Y le ponen fecha: finales de 2027. Es entonces cuando el nuevo contrato, que aún está por firmarse, llegará a su fin.
Hasta entonces, sin embargo, la asistencia sanitaria privada apunta a seguir adelante. Y, por tanto, los mutualistas y sus beneficiarios tendrán su cobertura asegurada por Asisa y Adeslas durante
tres años.
¿Qué pasará con los mutualistas de DKV?
Otro asunto que preocupa al sector del mutualismo es la
salida de DKV del modelo. La compañía, que había sido junto a Asisa y a Adeslas una de las tres que prestaba asistencia sanitaria privada en Muface en el último convenio (de 2022 a 2024) se descolgó de la puja por el nuevo concierto a principios de marzo.
Por tanto, los mutualistas y beneficiarios de esta compañía se enfrentan, una vez se firme el nuevo trienio de Muface, a dos decisiones. O cambiarse de entidad o irse al modelo de sanidad pública. Y para ello dispondrán de un mes. Aunque con un matiz.
Si durante ese tiempo no hacen ningún cambio, Muface de oficio podrá
enviarles directamente al INSS. Algo que
los funcionarios públicos ya han tachado de “trampa”.
El caso de los
mutualistas de Asisa y Asisa, en cambio, es distinto. Si quieren seguir en su compañía, no tienen que notificar nada. Si se van a otra, sí. Además, Muface no tendrá potestad para enviarles a la sanidad pública si no realizan ningún cambio durante este periodo de extraordinario de permutas.
Con todo ello, el futuro de Muface parece estar asegurado. Y, aunque los ecos de la crisis vivida en los últimos seis meses podrían revivirse en tres años, la calma momentánea podría llegar a finales de abril, cuando Asisa, Adeslas y el Gobierno firmen el nuevo concierto.
El ‘enigma’ Muface quedará resuelto hasta 2027.
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