Raúl Incertis, de Médicos Sin Fronteras, narra el horror de la población palestina tras salir del territorio

El anestesista español huido de Gaza cuenta lo que ha vivido en la guerra.
Raúl Incertis, anestesista de Médicos Sin Fronteras.


3 nov. 2023 18:30H
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“Hola, soy Raúl Incertis, anestesista de Médicos Sin Fronteras. Os decimos que estamos bien, que estamos descansando en un lugar seguro y que pronto volveremos a nuestras casas. Pero así como nuestros cuerpos están aquí y pronto estarán en casa, nuestros corazones, nuestras mentes y nuestra alma se han quedado con nuestros compañeros y compañeras, con los palestinos, en esa jaula inhumana en la que se ha convertido la Franja de Gaza”. Así comienza el mensaje enviado por el médico español que ha conseguido huir del “castigo colectivo, cruel y desmedido”, al que considera Gaza.

Raúl Incertis, junto con otros trabajadores humanitarios, consiguió salir de Gaza el pasado miércoles 1 de noviembre por el paso de Rafah, y se encuentra a salvo en un lugar seguro tras haber vivido el infierno de la guerra entre Israel y Hamás. “No se puede aguantar más”, sentencia el anestesista en su mensaje. “Más de la mitad de los hospitales están inoperativos y la cuenta va creciendo cada día”.

Frustración, impotencia, y “una sensación de escándalo apabullante” son las impresiones que Incertis describe sobre sus últimos días en la Ciudad de Gaza. “Nuestras condiciones no han sido óptimas, pero han sido suficientes gracias a la ayuda de nuestros propios compañeros, que han hecho lo imposible por hacernos sentir a salvo y por hacernos sentir suficientemente bien cuidados”, comenta. “En cambio, afuera los palestinos están insuficientemente alimentados, están pasando sed y están pasando enfermedades infecciosas por culpa de las condiciones higiénicas”.


Desesperación ante una situación “insostenible”


Incertis cuenta como, entre el desastre, muchas personas acudían a él y a sus compañeros para contarles las situaciones que habían vivido en los últimos meses. “Recibimos relatos de padres que habían perdido a sus hijos, de hijos que habían perdido a sus padres, de pérdidas de hermanos, de pérdidas de abuelos y de pérdidas de vidas humanas, en definitiva”.

La sensación de seguridad en esta zona es inexistente, incluso, para los refugios de la ONU habilitados como zonas desmilitarizadas, tal y como explica el anestesista. “Teóricamente, no deberían haber caído bombas cerca, pero no fue el caso, ni es el caso, porque cayeron muchas, matando a la gente que estaba a escasos metros del refugio y amedrentando a la que estaba dentro”, sentencia.

“En ese mismo lugar fuimos testigos de cómo miles de personas se abalanzaban sobre camiones de ayuda humanitaria, de la poca que queda, (una ayuda) que intentaba salir de ese recinto para llegar a otros lugares de Gaza”, explica Incertis. “Los palestinos se abalanzaban sobre estos camiones desesperados por conseguir un saco de harina. La situación, como podéis entender, es insostenible. La vida diaria de nuestros compañeros ahora en Gaza es no saber si les va a caer una bomba encima o no”.


"No se puede aguantar más"



El sufrimiento en estas zonas está afectando a inocentes y a voluntarios que se están jugando la vida por socorrer a las víctimas de esta guerra. “Tenemos compañeros que han perdido a sus seres más queridos. Nuestro compañero Mohamed perdió a su hijo de tres años. Lo tuvo que recoger de los escombros el otro día. Tarek perdió en un único bombardeo a 23 miembros de su familia hace ocho días. Ibrahim ayer perdió a su hermano”.

La ayuda humanitaria, además, tiene las manos atadas en un escenario en el que más de la mitad de los hospitales se encuentran inoperativos, una cuenta que aumenta cada día, tal y como explica Incertis. “La cantidad de material que está entrando es insuficiente. Es una aguja en un pajar. No quedan fármacos para sedar, no queda material quirúrgico para poder operar ni para hacer operaciones en condiciones de esterilidad. No queda fuel. Están racionando las horas de luz a servicios mínimos; solo para la UCI o las urgencias, Se han desconectado pacientes de ventilación mecánica. Las incubadoras corren peligro. Es decir, esto no hay quien lo aguante”.


Un llamamiento a la ayuda humanitaria


En su mensaje, Incertis ha querido hacer un llamamiento para que se termine una barbarie “que está diezmando y mutilando el alma y los cuerpos de personas, de niños que no tienen la culpa de nada”. “Hacemos un llamamiento para que por favor dejen entrar más camiones de ayuda, porque los camiones que entran ahora son totalmente insuficientes. Y que dejen entrar a más personal médico y humanitario desde afuera”, añade.

Además, también ha querido pedir que dejen a los palestinos salir de Gaza, “de ese cuello de botella horrible, de esa ratonera en la que los han metido y en la que están muriendo”. “Parte de nuestros equipos ha tenido que ser evacuados, pero hay más trabajadores internacionales de Médicos Sin Fronteras (cirujanos, médicos, etc.) y equipamiento médico a la espera de poder entrar dentro de la Franja cuando sea posible”.
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