Los efectos adversos posteriores a la administración de la
vacuna Covid no son tan frecuentes como sugerían los ensayos clínicos. Según sostiene un estudio publicado en la revista científica
The Lancet, lo cierto es que, en la ‘vida real’, solo
una de cada cuatro personas inmunizadas ha padecido dolores tras recibir el ‘pinchazo’.
El estudio ha sido llevado a cabo por investigadores del King’s College de Londres, que analizaron los efectos secundarios leves de las vacunas de
Astrazeneca y Pfizer (las dos que se administran en Reino Unido) en una muestra de población de 627.383 personas. Constataron que los dolores más comunes fueron el
dolor de cabeza y la fatiga, si bien estos solo fueron notificados por una de cada cuatro personas.
“Menos de lo esperado de los ensayos clínicos de fase 3”,
concluyen los autores del estudio, que destacan, a modo de ejemplo, que en dichas investigaciones previas los eventos más comunes tras la primera dosis fueron
“dolor en el lugar de la inyección” (71 a 83 por ciento),
“fatiga” (34 a 47 por ciento) y
dolor de cabeza (25 a 42 por ciento). “Sin embargo, en nuestro análisis menos del 30 por ciento de los usuarios se quejaron de dolor en el lugar de la inyección, y menos del 25 por ciento de fatiga y dolor de cabeza después de la primera dosis”, apuntan.
Por otro lado, mientras que entre el 51 y el 59 por ciento de los participantes de ensayos clínicos afirmaron haber sufrido fatiga
después de la segunda dosis de Pfizer, la tasa se desplomó hasta el 15 por ciento en el caso de este último estudio.
El trabajo publicado en The Lancet añade que
las mujeres notificaron más efectos adversos que los hombres. También hubo más casos en la población de 55 o más años, así como entre la población que recibió la segunda inoculación.
“Los datos son motivo de tranquilidad”
“Los efectos adversos de la vacuna suelen ser leves y de corta duración, especialmente en mayores de 50 años, que tienen mayor riesgo de contraer la infección”, sentenció uno de los autores del estudio,
Tim Spector, quien consideró que estos resultados deberían ser motivo de “tranquilidad” entre la población.
De hecho, la investigación también ha concluido que la tasa de contagio por coronavirus
se reduce sensiblemente entre los 12 y los 21 días posteriores a la inoculación de las vacunas de Pfizer (58 por ciento) y de Astrazeneca (39 por ciento). Tras esos 21, el descenso es, respectivamente, del 69 y el 60 por ciento.
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