Las variantes de Covid generan nuevos síntomas entre la población.
Con el paso del tiempo las
nuevas variantes de coronavirus han ido evolucionando y
mutando, generando como consecuencia la irrupción de
nuevos síntomas que hasta ahora no habían sido
notificados. Los especialistas detectan que con las versiones más recientes de Ómicron se generan
síncopes y
desmayos en las personas contagiadas por
Covid-19.
Actualmente la
incidencia acumulada en mayores de
60 años en España supera los
755 puntos, escenario que algunos especialistas llegan a vaticinar como una nueva ola de contagios. Las
actuales variantes de coronavirus que van cogiendo protagonismo en España,
BA.4 y
BA.5, han generado síntomas no identificados hasta ahora, y los últimos al ser detectados son los
síncopes y
desmayos repentinos.
Los especialistas afirman que estos síntomas están relacionados con la
implicación del coronavirus con el
sistema nervioso, provocando lo que se conoce como hipotensión ortostática. Así pues, estos
dos escenarios se suman a los síntomas ya conocidos que el coronavirus genera, como es la
tos,
fiebre,
dolor de cabeza y
dolores musculares.
Los síntomas, diagnosticados en Alemania el pasado enero
Estos síntomas descubiertos y que
están ligados a las nuevas variantes de Ómicron provocan una alteración en el funcionamiento del nervio vago, que genera una función clave por lo que respecta al sistema nervioso. Una vez sucede esta situación, el nervio trabaja de forma más
ralentizada que de costumbre, provocando que no
aumente la tensión para que el
flujo sanguíneo llegue de forma adecuada al cerebro. Esta situación provoca que nos lleguemos a desmayar como
forma de defensa del cerebro.
Sufrir un
síncope o
desmayarse son dos síntomas asociados al coronavirus que ya se diagnosticaron durante el mes de enero. Una investigación, publicada en la revista alemana
Ärztezeitung, analizó los diversos síncopes que sufría un hombre de 35 años hasta seis meses después de su positivo en SARS-CoV-2. Los investigadores corroboraron que
la frecuencia cardíaca del paciente aumentó inicialmente a 110 latidos por minuto mientras estaba de pie, sin que su presión arterial subiera, y que unos minutos después,
la frecuencia se reducía lentamente hasta el punto de que el paciente comienza a tambalearse, sufre mareos y acaba desmayándose. Así pues, si alguien de nuestro entorno se desmaya teniendo coronavirus, puede estar relacionado con un
síncope vagal ligado a nervio vago.
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