¿Se puede evaluar la fiabilidad de nuestras mascarillas de forma casera? Investigadores de la Universidad de Cambridge han encontrado la forma de utilizar
un difusor de aromas casero y bolsas de plástico de congelados para comprobar si la N95 y otros tipos de mascarillas, como la FFP2, se ajustan correctamente.
Los investigadores probaron una variedad de materiales para construir un nuevo
método barato y fiable con el que evaluar el ajuste de las mascarillas, y poder ayudar de este modo a proteger a los profesionales sanitarios y a la población de la
transmisión de Covid-19.
Para realizar la prueba en casa, el usuario tendrá que colocarse una
bolsa de plástico extragrande de congelados, que puedes adquirir en un supermercado, sobre la cabeza con la mascarilla puesta mientras activa el difusor de aromas. Dependiendo de la intesidad con la que los huela, indicará la fiabilidad de la mascarrilla. El usuario también tendrá que hablar y mover la cabeza con la bolsa de plástico cubriéndole la cabeza para cotejar si la mascarilla se ajusta a su rostro.
Los resultados de la investigación publicados en la revista
Disaster Medicine and Public Health Preparedness, revelaron que ambas alternativas pueden utilizarse para hacer un montaje cualitativo de pruebas de ajuste que funcione a un nivel similar a las comerciales. Mientras que los kits comerciales para estas evaluaciones suelen tener precios elevados, este
método casero es mucho más económico (puede realizarse por menos de 35 libras) y puede ser utilizado por cualquiera que quiera comprobar el ajuste de su mascarilla en casa.
Sin embargo, advierten que este método solo servirá para comprobar el ajuste de las mascarillas de sellado con alta capacidad de filtración, como las máscaras N95, FFP3, KN95 o FFP2.
Este método no es válido para mascarillas quirúrgicas o de tela, ya que estas no suelen ofrecer el ajuste o la filtración necesarias para pasar una prueba de ajuste cualitativa.
Las mascarillas de sellado ofrecen al usuario un alto nivel de protección, pero sólo si se ajustan correctamente, sin espacios entre la mascarilla y el rostro. En estudios anteriores se ha comprobado que, aunque el material de la mascarilla es muy eficaz para filtrar las partículas finas, su eficacia se ve obstaculizada por un sellado imperfecto.
"Hasta ahora, no ha habido una forma barata, accesible y confiable de probar el ajuste de las mascarillas de sellado", dice Eugenia O'Kelly del Departamento de Ingeniería de Cambridge, la primera autora del estudio. "Aquellos que no trabajan en el sector de la salud no han tenido una forma fiable de asegurar que sus mascarillas se ajustan correctamente", comenta.
Fiabilidad de las mascarillas: bolsas de plástico y difusor de aromas
La mayoría de los centros de salud usan métodos cualitativos de prueba de ajuste en su personal, ya que son más rápidos y más baratos que los métodos cuantitativos. Los cualitativos requieren de tres piezas clave de equipo:
una solución de prueba, un difusor para atomizar la solución y una campana de prueba. Para llevar a cabo una prueba de ajuste típica, el usuario coloca una capucha sobre la cabeza mientras lleva una mascarilla y la solución se pulveriza en el recinto. El ajuste de la mascarilla se evalúa por lo bien que el usuario puede oler la solución mientras asiente con la cabeza o habla. Si la mascarilla se ajusta al usuario, no podrá olerlo.
Ahora, mediante esta investigación se han identificado alternativas caseras y más baratas. Para difundir la solución, los investigadores probaron
un difusor de aromas, un humidificador, un generador de niebla y un atomizador. Para cubrir al usuario, probaron
una bolsa de plástico de congelados, una capucha, un cubo de almacenamiento transparente y ningún recinto.
Los usuarios se sometieron primero a una prueba de ajuste cuantitativa para evaluar el ajuste en sus rostros antes de los métodos cualitativos. Las pruebas cuantitativas miden el número de partículas dentro y fuera de la mascarillas y son muy precisas, pero son muy caras. Los investigadores descubrieron que la combinación de un difusor de aromas y recipiente, como una gran bolsa de plástico,
proporcionaban también una configuración precisa, con resultados comparables a las soluciones comerciales de pruebas de ajuste cualitativas.
"Nuestro reemplazo casero requiere más pruebas de seguridad y eficacia: en particular, el uso de una bolsa de plástico", dijo O'Kelly. "Sin embargo, nos alegró encontrar un sistema económico para evaluar el ajuste de las máscarillas cuando se utilizan en combinación con una solución de prueba de ajuste casera”.
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