Un nuevo estudio elaborado por investigadores de los
Estados Unidos y publicado en la revista científica
Science sugiere que
la inmunidad que bloquea la infección por Covid-19 “disminuye rápidamente” una vez que se ha adquirido dicha protección tras superar la enfermedad. No obstante, la investigación asegura que
la inmunidad que reduce la enfermedad “es duradera”.
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El análisis se ha realizado mediante el estudio de datos inmunológicos y epidemiológicos sobre coronavirus humanos endémicos (HCoV). “Nuestro modelo, que incorpora estos componentes de la inmunidad, recapitula tanto la gravedad actual de CoV-2 como la naturaleza benigna de los HCoV”, sostiene el citado estudio.
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Esto indica que una vez que “se alcanza la fase endémica y la exposición primaria es en la infancia”, el Covid-19
puede no ser más virulento que el resfriado común. En cualquier caso, los investigadores subrayan que “predecimos un resultado diferente para un coronavirus emergente que causa una enfermedad grave en los niños”.
Desde una perspectiva ecológica y evolutiva,
“nuestro estudio abre la puerta a preguntas sobre la dinámica intrahospitalaria y la inmunidad humanas”. “También abre la pregunta de cómo la interacción de los casos de reinfección con la inmunidad cruzada de cepas, que probablemente sea relevante dentro de los coronavirus alfa y beta”, según el estudio.
Al considerar los datos y las predicciones del modelo utilizado para llegar a los resultados obtenidos, “se reveló un marco para comprender
la inmunidad y la vacunación que puede aplicarse a una variedad de infecciones, como el VSR y la influenza estacional, que comparten distribuciones de edad y respuestas inmunitarias similares” al propio coronavirus.
Inmunidad innata de los anticuerpos y gravedad de casos, asociadas
Un reciente estudio elaborado por investigadores en Estados Unidos
vincula la gravedad de la enfermedad del Covid-19 con la inmunidad innata de los anticuerpos. Sostiene que, más allá de la neutralización, los anticuerpos desencadenan varias funciones inmunes innatas que incluyen deposición de complemento (ADCD), fagocitosis (ADCP) y citotoxicidad (ADCC). Estas funciones pueden ser tanto beneficiosas (eliminando patógenos) como perjudiciales (induciendo inflamación).
Partiendo de esta premisa, probaron cómo las
“diferencias cualitativas” del coronavirus respecto a las funciones inmunes innatas mediante anticuerpos específicos podían contribuir a un empeoramiento de los casos de pacientes con Covid-19.
Los científicos encontraron que los anticuerpos contra el Covid-19 de pacientes hospitalizado. Estos registraron un ADCD más alto, pero un ADCP más bajo. Un ADCD más alto se ha asociado con una mayor inflamación sistémica durante el tiempo que dura la infección. “Nuestro estudio apunta a diferencias cualitativas en las características de los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 como posibles contribuyentes a la gravedad a la enfermedad”.
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