Julio Ancochea Bermúdez, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa.
Los
servicios de Neumología de toda España, pero principalmente los de la
Comunidad de Madrid, han sido la vanguardia de la lucha médica en la crisis del
coronavirus que ha azotado España en 2020.
Julio Ancochea Bermúdez es jefe del
Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa, y profesor titular de la
Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Su testimonio, como líder de uno de los equipos de profesionales que ha atendido a más pacientes infectados con el patógeno, se une a '
Lecciones del Covid-19', el documento que impulsa
Redacción Médica como herramienta para la reformulación del
Sistema Nacional de Salud.
¿Cuáles son los aciertos y errores que considera que se han cometido durante esta crisis?
Sí, ahora nos preguntamos: ¿qué hemos hecho mal?
Realmente, creo que hemos tardado en reaccionar. Hemos llegado tarde. Se han tomado medidas muy sensatas que se tenían que haber tomado antes, sin duda.
Debería haber existido mayor liderazgo (
el liderazgo no se otorga, se conquista… y se conquista cada día) y transmitir en tiempo y hora a la sociedad, en base a datos objetivos y la realidad epidemiológica, la que se nos venía encima, tomando las medidas oportunas.
En cierto modo, hubo improvisación a la hora de adoptar ciertas decisiones y se pusieron de manifiesto carencias (no disponíamos de equipos de protección individual adecuados, faltaban respiradores, monitores, camas de UCI y de pacientes semicríticos…) fruto, quizás, de una
cierta descapitalización de la Sanidad Pública en la última década en algunas comunidades autónomas, tanto en recursos humanos como materiales y estructurales.
"La suma de todos, el trabajo en equipo hará que, con todo el drama que hemos vivido, con el tremendo dolor de muchas familias por la pérdida de seres queridos, con todo lo que nos vamos a dejar en el camino, finalmente salgamos adelante"
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No obstante, la suma de todos, el trabajo en equipo hará que, con todo el drama que hemos vivido, con el tremendo dolor de muchas familias por la pérdida de seres queridos, con todo lo que nos vamos a dejar en el camino, finalmente salgamos adelante.
Ha sido emocionante la coordinación de los diferentes servicios y especialidades del hospital, volcándose no sólo en la asistencia, sino también en la comunicación, los afectos, la humanización, la gestión compartida, el trabajo en equipo. Ese ha sido nuestro gran acierto.
El talento y el esfuerzo son necesarios, pero el trabajo en equipo, la generosidad y la inteligencia emocional son la mejor receta frente a la Covid-19 y frente a otros retos a los que nos enfrentamos en nuestra labor diaria. “Nosotros somos mucho mejores que tú o que yo”.
Trabajo en equipo, generosidad y compañerismo. El compañerismo implica trabajo, pero también respeto mutuo y amistad. La crisis de la Covid-19 también nos ha demostrado que, si estamos juntos podemos salvar muchas vidas y, a menudo, hacer posible aquello que parecía imposible. La pandemia nos ha unido más, nos ha hecho crecer, ser mejores.
Desde aquí, mi pequeño homenaje y reconocimiento no sólo a mis compañeros y a los Servicios del Hospital con los que hemos trabajado codo con codo (Urgencias , Medicina Interna, UCI, Anestesia- Reanimación y un largo etcétera), sino
también a la ENFERMERÍA (con mayúsculas) y, por supuesto, a los profesionales de Atención Primaria y otros colectivos que se han dejado el alma y siguen dando lo mejor de sí mismos en su labor diaria.
Ante una crisis similar futura, ¿qué medidas deberían adoptarse ya de forma preventiva en cuanto a recursos humanos, recursos materiales, y gestión / organización?
Han ido pasando los días y, poco a poco, la situación ha mejorado sustancialmente. Madrid ha sido la 'zona cero', pero a día de hoy la presión asistencial se ha reducido significativamente, aunque no debemos bajar la guardia.
La pandemia de la Covid-19 está poniendo a prueba a nuestra sociedad y a nosotros mismos, a todos y cada uno de nosotros.
Es el reto más grande al que nos hemos enfrentado y ello ha exigido respuestas inmediatas ante situaciones de gran complejidad. Todo ello nos exige dar lo mejor de nosotros mismos, si bien nos acompaña a menudo una cierta sensación de incapacidad e impotencia.
No hay una receta mágica, no hay una respuesta definitiva sobre qué deberíamos hacer en el ámbito de la gestión sanitaria y político-sanitaria. Pero no cabe duda de que
las decisiones que se tomen deben sustentarse en el conocimiento científico, en comités de auténticos expertos independientes y despolitizados de valía contrastada, en una gestión político-sanitaria basada en la democracia, la transparencia, el conocimiento, el rigor, la humanización y los principios éticos.
¿Qué lecciones hemos aprendido?
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La unión y generosidad de los diferentes servicios y profesionales nos hará más fuertes. El "orgullo" de pertenecer a un colectivo que se está dejando la piel, todos juntos, dando la cara y trabajando de forma coordinada. La pandemia nos ha hecho mejores personas.
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La necesidad de rodearnos de auténticos expertos que gestionen el conocimiento y la incertidumbre.
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La necesidad de una apuesta decidida por la investigación biomédica, con la dotación de los recursos económicos necesarios. En nuestro país hay investigadores de primerísimo nivel.
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¨Nunca bajar la guardia". Jamás descapitalizar la Sanidad Pública. Dar a la Salud Pública y a la Medicina Preventiva el papel esencial que le corresponde, dotándola de los recursos necesarios.
Aunque yo soy neumólogo y no cardiólogo, siempre llevo a mi familia, mis pacientes, mis compañeros, mi pueblo… en mi corazón. No en vano, los pulmones abrazan al corazón en la caja torácica.
Viendo lo que veo a mi alrededor, después de lo que siento, vivo y he vivido… mi corazón está roto. Necesitamos respirar hondo, muy hondo. Respirar sueños, pasión, futuro, solidaridad… RESPIRAR VIDA.
¿Qué podría haber aportado el entorno de su Servicio que no haya podido hacer por la premura en el estallido de la crisis actual?
En los últimos meses hemos sido testigos de excepción de un auténtico tsunami que nos ha hecho cambiar sobre la marcha todos nuestros planteamientos. Nuestro hospital se convirtió en pocas semanas en un auténtico hospital Covid con 450 pacientes positivos ingresados.
Ante la escasez de camas de UCI para los pacientes con neumonía bilateral e insuficiencia respiratoria refractaria que desarrollaron un síndrome de distrés respiratorio, los neumólogos adoptamos un papel cada vez más relevante en el manejo de pacientes graves y semicríticos.
De alguna manera, además del manejo clínico de muchos pacientes hospitalizados, la realización de fibrobroncoscopias, traqueotomías, ventilación mecánica no invasora… Neumología fue también la puerta de entrada y de salida de la UCI, lo que implicaba el manejo de pacientes muy complejos.
Fue preciso tomar decisiones sobre la marcha y desarrollar una Unidad de Cuidados Intermedios Respiratorios (UCIR) que crecía día tras día (la necesidad de disponer en los centros hospitalarios de primer nivel de Unidades de estas características estructuradas y acreditadas es otra de las lecciones aprendidas).
Todo ello ha supuesto para nuestro Servicio una sobrecarga física y emocional muy importante. Siempre estuvimos en primera línea de combate. De hecho, 14 facultativos (el 70 por ciento de nuestra plantilla) hemos sido infectados por este coronavirus.
Pero no somos héroes, somos simplemente médicos, enfermeras… personas con vocación y compromiso, que trabajamos en la sanidad pública.
No olvidaré nunca las caras de muchas de mis compañeras/os, exhaustos, agotados, destrozados… Turnos de mañana y tarde, refuerzo de guardias, ni sábados ni domingos… ¡Qué orgullo!, ¡qué ejemplo! Nunca se rindieron. Yo, por supuesto, tampoco me rendiré.
Mis compañeras me han demostrado que no se rinden.
Son médicos militantes, creyentes y practicantes. En las últimas semanas las he visto luchar, sufrir, incluso llorar y derrumbarse... Pero, como dice Eduardo Galeano, “nunca dejan de luchar y soñar, no se rinden”.
En nuestro Servicio compartimos un proyecto, 'Be Neumo Be You', que trata de recuperar los valores, una visión más humana, humanizada y humanista de la Medicina. Entendemos nuestra profesión como ciencia, arte, valores y sentimiento.
Sí, esos valores que adornan la dimensión humana de la Medicina alcanzaron su máxima expresión durante: esta pandemia: la vocación, el compromiso, los principios éticos, la humildad, la generosidad, el trabajo en equipo…
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