La
utilidad de las mascarillas para evitar la propagación del coronavirus ha estado en discusión desde el inicio de la
pandemia. En un principio, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejaba su uso. Hasta hace muy poco, no ha considerado que su uso para toda la población sea recomendable, aunque ya estaba implantada como tal por parte de las autoridades sanitarias de varios países, como España. En los últimos meses, sin embargo, la polémica se ha centrado más en la
utilidad de las mascarillas de tela, que en las higiénicas.
Un estudio preprint publicado en el
BMJ pone de manifiesto que las mascarillas de tela,
incluso las más delgadas, son también aptas para evitar la propragación del coronavirus. Si bien no tienen la misma eficacia que otras, su uso, mejor que nada, es recomendable.
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"Nuestro modelo muestra que las
máscaras de tela delgada brindan protección al usuario contra los aerosoles expulsados por otra persona, reduciendo la carga viral inhalada entre un 20 por ciento y un 50 por ciento y se evitan fugas hasta en un 35 por ciento y un 90 por ciento para la respiración y el habla, respectivamente.
Mascarillas caseras, también útiles
Los autores del estudio apuntan que existe "
evidencia epidemiológica y de laboratorio de que las mascarillas pueden ser efectivas para impedir la propagación de virus respiratorios como la influenza y el SARS-CoV-2".
Entre sus conclusiones hay que destacar que "los
materiales cargados electrostáticamente funcionan mejor, pero incluso la mayoría de las telas sin carga eliminan más del 85% del aire y más del 99% del volumen de aerosol del habla para partículas exhaladas <10 μm en diámetro. Un modelo de fugas que desarrollamos muestra que las mejores máscaras de tela sin carga están hechas de materiales altamente permeables al aire y, a menudo, delgados que reducen la carga viral hasta entre un 45 y 50% para la respiración y el habla, respectivamente".
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