África González, catedrática de Inmunología del Centro de Investigaciones Biomédicas (CINBIO) de la Universidad de Vigo.
El
sistema inmunitario está de moda. La
pandemia de coronavirus ha supuesto la
propagación de bulos y publicidad engañosa sobre ciertos productos y hábitos que prometen
mejorar nuestras defensas ante el Covid-19. Sin embargo, hay más mitos que certeza en estos productos, que se jactan de ser la panacea para el sistema inmunitario.
Así lo afirma
África González, catedrática de Inmunología del Centro de Investigaciones Biomédicas (CINBIO) de la Universidad de Vigo, y hasta el pasado junio presidenta de la
Sociedad Española de Inmunología (SEI): "Hay personas que están aprovechando, incluso con la pandemia Covid-19, para vender productos que prometen que ayudan al sistema inmunitario. Hay que ser claros, no todo ayuda al sistema inmunitario y no todo lo que se vende como tal, es inocuo".
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Uno de estos mitos es el
consumo de suplementos vitamínicos como refuerzo de nuestras defensas, una práctica que puede ser hasta peligrosa. "Hay problemas por
hipervitaminosis. Hay vitaminas hidrosolubles, que se eliminan por orina, pero otras, las liposolubles, se acumulan y pueden ser tóxicas. Con una nutrición adecuada, no hace falta tomar ningún suplemento.
No hay demostración de que ningún suplemento ayude al sistema inmunitario".
González explica que: "En personas con
niveles bajos de vitamina D, su médico de cabecera es quien debe prescribir las dosis y su seguimiento. La vitamina D se produce sobre todo de forma natural en la piel tras exposición solar y tiene varias funciones, sobre todo mantener los niveles de calcio y fósforo en sangre y ayuda a la absorción del calcio, favoreciendo la captación de minerales en los huesos. También regula el sistema inmunitario. Mientras que unos niveles adecuados permiten un correcto funcionamiento, un exceso de vitamina D tiene el efecto opuesto, suprime las respuestas inmunitarias; la dosis importa. Si tienes una nutrición variada y adecuada, exposición al sol, y no tienes niveles bajos de vitamina D, no necesitas ningún suplemento adicional".
El mito del Omega 3 y el intrusismo profesional
Uno de los mitos más extendidos es el de los
beneficios del Omega 3 como suplemento en productos. En este sentido, "nadie ha demostrado que la leche con Omega 3 tenga más efecto que comer pescado". El problema, según González, es que muchas marcas prometen cosas, que no han demostrado científicamente.
“
Lo mismo ocurre con productos como enzimas,
prebióticos,
probióticos y muchos otros. Para indicar que algo potencia el sistema inmunitario hay que hacer ensayos clínicos. Comparar grupos de personas que toman el producto, con los que han tomado placebo durante el mismo tiempo, y estudiar respuestas inmunitarias a vacunas, activación de las células, niveles de anticuerpos, etc. Si un producto no demuestra eficacia en los ensayos clínicos, no puede decir que mejora el sistema inmunitario”.
"Hace años se hablaba de un producto lácteo que potenciaba las defensas.
Se demostró que no tenía ningún efecto y se prohibió que dijera que activaba el sistema inmunitario. Para decir que un determinado producto potencia la inmunidad, hay primero que demostrarlo. A nivel europeo son estrictos para evitar que se engañe a la población”.
La SEI denuncia en un comunicado que "a la vez que exigimos estudios científicos y rigurosos que demuestren que las vacunas anti-SARS-Cov-2 son seguras y protectoras, y que los fármacos sean eficaces; debemos ser críticos con los p
roductos engañosos que se publicitan, sin ningún aval científico. Hasta ahora no se ha demostrado que algo prevenga de infectarse del SARS-Cov-2; tan solo las medidas que se están adoptando, de distanciamiento, higiene, mascarillas y evitar lugares cerrados".
En definitiva, González considera que "
hay que evitar que se aprovechen de la gente, que se vendan productos, normalmente carísimos, que no valen para nada y que incluso podrían ser perjudiciales. Venden estos productos como si fuera crecepelo". Tenemos que evitar que se utilicen frases como: potenciar las defensas, estimula el sistema inmunitario, etc., de forma superflua.
Otro tema que preocupa de manera primordial a los inmunólogos sanitarios es el
intrusismo. La especialidad sanitaria que existe es la de
Inmunología, a la que puede accederse vía MIR, BIR o FIR.
La especialista critica que “hay personas que no son especialistas y que utilizan la palabra Inmunólogo en sus consultas, o incluso la combina con otras especialidades, cuando a lo mejor no tienen ninguna de ellas. Por ejemplo
, Psiconeuroinmunología, no es una especialidad, no existe en España".
Elementos que sí mejoran el sistema inmunitario
Para mejorar el sistema inmunitario no hay productos milagrosos. "Lo que uno tiene que hacer es
vida sana, nutrición adecuada y variada, ejercicio moderado, horas de sueño (6- 8 horas), combatir el estrés y evitar drogas, alcohol y tabaco. También es cierto que la edad influye mucho, así como los golpes emocionales (la pérdida de un ser querido, por ejemplo)”.
"El sistema inmunitario es muy muy complejo y difícil de estudiar. Hay toda una serie de
elementos que participan en su correcto funcionamiento, tanto intrínsecos del propio individuo (edad, genética, sexo), como extrínsecos (nutrición adecuada, estrés, horas de sueño, ejercicio, fármacos, enfermedades crónicas, otras infecciones) que han demostrado científicamente que tienen importante papel", apunta la SEI.
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