María Andión Goñi Olangua.
Las enfermeras gestoras han sido determinantes en la rápida reorganización de espacios sanitarios para dar respuesta a los miles de pacientes que ingresaban en los hospitales españoles al comienzo de la crisis del coronavirus.
María Andión Goñi Olangua es directora de Enfermería del Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid. Junto a sus compañer@s ha vivido momentos muy complicados durante estos meses. Una experiencia que le ha dado una perspectiva de primera línea, y que ahora une al documento '
Lecciones del Covid-19', impulsado por el diario
Redacción Médica como herramienta para la reformulación del Sistema Nacional de Salud.
¿Cuáles son los aciertos y errores que considera que se han cometido durante esta crisis?
La verdad es que esta crisis nos ha hecho vivir una situación excepcional, que la gran mayoría de nosotros nunca imaginamos.
Pasamos de vivir una situación de plena normalidad, en mi caso inmersa junto con el resto del Equipo Directivo y los profesionales del Hospital 12 de Octubre en el proyecto de la nueva 'Estrategia 2020-2024', trabajando intensamente con la implicación de múltiples Equipos Gestores de Proyectos, de Apoyo y de Implementación, con reuniones semanales, talleres de trabajo… Y de repente, todo cambio.
¿Y qué hicimos bien?
Desde la fase más temprana, con los primeros casos de pacientes con infección aparecidos en España, en el hospital se creó un Comité de Seguimiento formado por las Direcciones (Médica y Enfermera) y profesionales asistenciales con responsabilidad en ambas direcciones, con reuniones diarias para seguimiento de casos y evolución del proceso y se desarrolló, junto con la Dirección Gerencia, un Plan de Contingencia en distintas fases que nos permitiría adaptar los dispositivos asistenciales y los recursos humanos a la evolución de lo que en tres semanas, miércoles 11 de marzo, sería declarada por la OMS como pandemia global (ese miércoles en España, según cifras oficiales había 2.200 contagiados y 55 fallecidos).
Y al igual que en el Hospital 12 de Octubre, la capacidad de respuesta de nuestras instituciones sanitarias ha sido nuestra tabla de salvación y el trabajo en equipos multidisciplinares ha sido la clave para que esto fuera posible.
"Los pacientes más frágiles deben de ser uno de los focos de atención prioritarios, por lo que tenemos que orientar nuestra mirada al ámbito sociosanitario, creando equipos multiprofesionales que trabajen de forma colaborativa"
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Gestores, profesionales sanitarios y de apoyo y gestión, hemos compartido duros momentos y trabajado de forma incansable para que el hospital pudiera prestar la mejor asistencia posible atendiendo la demanda de nuestra población, doblando la capacidad de nuestras camas de UCI, de hospitalización convencional o los puestos para la asistencia urgente. Para ello, hemos tenido que transformar espacios; los quirófanos y despertares se han reconvertido en unidades de cuidados intensivos, los gimnasios o las consultas en áreas de observación de urgencias, y hemos medicalizado hoteles que han sido la extensión de nuestros hospitales, reorganizando circuitos y creando nuevos protocolos de trabajo.
No obstante, añadido a la complejidad de este trabajo, nos hemos encontrado con dificultades que, aunque se han ido solventando día a día, nos han hecho vivir esta pandemia con duros momentos de incertidumbre ante la escasez a nivel mundial de equipos de protección individual, imprescindibles para poder prestar la atención con las medidas de seguridad necesarias.
Ante una crisis similar futura, ¿qué medidas deberían adoptarse ya de forma preventiva en cuanto a recursos humanos, recursos materiales, y gestión / organización?
Es imprescindible potenciar la Atención Primaria y la Salud Pública. En el caso de mi profesión, existe ya la Especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria, por lo que es necesario que estas enfermeras con competencias avanzadas en Salud Pública y en Prevención y Educación Sanitaria, formen parte de las plantillas de estas áreas, que deben de trabajar de manera coordinada con los ámbitos sociosanitario y hospitalario.
Los pacientes más frágiles deben de ser uno de los focos de atención prioritarios, por lo que tenemos que orientar nuestra mirada al ámbito sociosanitario, creando equipos multiprofesionales que trabajen de forma colaborativa. A mi entender, estas instituciones deben de ser gestionadas por enfermeras. La debilidad detectada durante esta pademia nos tiene que hacer reflexionar firmemente, para que no se vuelvan a repetir situaciones como las tristemente vividas.
Y, por otro lado, el suministro de recursos debe de estar garantizado. Para ello, es necesario un gran esfuerzo a nivel nacional para potenciar nuestra industria, al objeto de que pueda responder de manera eficiente con la provisión de los recursos sanitarios necesarios en caso de nuevas crisis.
¿Qué podría haber aportado el entorno de las Direcciones de Enfermería y las enfermeras gestoras que no haya podido por la premura en el estallido de la crisis?
Los equipos directivos enfermeros han sido claves en la transformación y adaptación de nuestras instituciones sanitarias a la nueva realidad generada por la pandemia. Sin la participación activa de las enfermeras gestoras, no hubiera sido posible, en apenas unos días desmontar quirófanos y convertirlos en unidades de cuidados intensivos o crear nuevas unidades de hospitalización donde antes había un área de consultas. El esfuerzo de reorganización logística y de recursos tanto humanos como materiales que eso conlleva, ha sido fruto de una gran labor de equipo.
Pero de todos es sabido, que la adecuación de los profesionales a los puestos de trabajo en base a sus competencias profesionales es algo imprescindible y por lo que trabajamos las Direcciones de Enfermería. En los momentos vividos, los profesionales de enfermería que habitualmente prestaban sus servicios en hospitalizaciones convencionales o quirófanos, han tenido trabajar en unidades de cuidados críticos o urgencias. Para ello ha sido necesaria la realización de formación exprés en cuidados básicos críticos y la reorganización de los equipos para combinar distintos niveles de expetise al objeto de garantizar una adecuada atención. Esto ha puesto de manifiesto, la importancia de lo que llevamos demandando mucho tiempo y que no hemos podido aportar: La disponibilidad de enfermeras especialistas en nuestras instituciones sanitarias. Esta crisis ha sacado a la luz, que es imprescindible el desarrollo completo de la puesta en marcha de las especialidades de enfermería y la creación de otras nuevas, como la de Enfermera Especialista en Cuidados Críticos.
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