Alberto Mateo, presidente de EuroNet, la Red Europea de Residentes Médicos en Salud Pública.
Un nuevo estudio sobre la
vacunación contra el Covid-19 entre la población pediátrica concluye que la efectividad de este compuesto es inferior si se compara con los adultos, debido a que los más pequeños reciben una dosis menor. No obstante, los autores del mismo advierten de que esta campaña ha cumplido igualmente con el objetivo de prevenir la gravedad de la enfermedad y ha evitado, en último caso, la muerte. Es por esta razón que los expertos plantean la posibilidad de equiparar esta cantidad a la población general, máxime cuando su eficacia contra los nuevos
sublinajes de Ómicron BA.4 y BA.5 podría ser aún más baja.
Según esta investigación, publicada en la revista científica
The Lancet con datos de
niños italianos de 5 a 11 años sin un diagnóstico previo de infección entre enero y abril de 2022, se ha demostrado que la efectividad de la vacuna contra el SARS-CoV-2 es del
31 por ciento a los 14-82 días después de completar el ciclo primario. Algo que resulta especialmente llamativo, tal y como ha declarado a este medio
Alberto Mateo, uno de los participantes de esta investigación, epidemiólogo del Instituto Superior de Salud de Italia y antiguo
presidente de EuroNet, la Red Europea de Residentes Médicos en
Salud Pública.
“Uno de los resultados más sorprendentes es la
baja efectividad de la vacuna en este grupo comparándolo con las estimaciones en personas más mayores”, declara y ofrece tres opciones para explicar este hallazgo: “La primera es que la vacuna en realidad sea igualmente efectiva en niños que en mayores pero que los resultados obtenidos se deban a algún error metodológico o sesgo; la segunda es que los niños, por
razones inmunológicas ligadas a la edad, respondan peor a la vacuna; y la tercera es que la
dosis reducida usada en este grupo de edad (un tercio de la dosis dada a personas de 12 o más años) genere una respuesta inmunológica menor que en personas de mayor edad”.
De hecho, insiste en las dos últimas ideas y defiende que ambas no son excluyentes. Precisamente, refuerza esta hipótesis con otro estudio realizado en Israel y afirma que “es posible que la dosis reducida sea suficiente en los más pequeños, pero no en aquellos cercanos a los 12 años”. Es por esta razón que apunta que
las compañías farmacéuticas “podrían valorar ajustar la dosis según la edad” si hay más datos que lo demuestren.
"Los resultados son suficientemente coherentes para pensar que las vacunas covid en niños disminuyen la probabilidad de infectarse y de tener enfermedad grave"
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Preguntado por qué eficacia tendrían estas vacunas contra los
sublinajes de Ómicron BA.4 y BA.5, las cepas más predominantes actualmente en España, Mateo señala que la misma podría ser también más baja en la población de menor edad. “En adultos hemos visto cómo la efectividad de la vacuna contra el Covid-19 ha ido disminuyendo con las diferentes variantes. Las primeras estimaciones, cuando la variante dominante era
Alfa, sugerían una efectividad de más del 80 por ciento contra la infección. Con
Delta, disminuyeron en torno al 60 por ciento y con Ómicron se sitúa por debajo del 50 por ciento. Es muy probable que pase lo mismo con niños y que la efectividad en un contexto de prevalencia de BA.4 y BA.5 sea menor que con BA.1”, apunta.
Con todo, el experto insiste en que la
vacunación en niños de 5 a 11 años “sí es efectiva, tanto para prevenir la infección (asintomática o sintomática) como para prevenir la enfermedad grave”. En este sentido, el estudio demuestra que
“muy pocos” pacientes ingresaron en una UCI o fallecieron, todos los cuales no estaban vacunados.
Concretamente, subraya los datos del estudio avalan que los niños vacunados con dos dosis tenían alrededor de un
30 por ciento menos de probabilidad de infectarse y en torno a un 40 por ciento menos de probabilidad de tener enfermedad grave que los niños no vacunados.
Y, a pesar de que reconocer “estos resultados no se pueden considerar como una certeza de la efectividad de la vacuna en este grupo de edad”, asegura que los mismos “son suficientemente coherentes para pensar que las vacunas en niños disminuyen la probabilidad de infectarse y de tener enfermedad grave”. “A título personal, si una madre o un padre me pregunta si deben vacunar a su hijo o a su hija, yo
le aconsejaría que sí”, manifiesta.
¿Es necesaria la tercera dosis de la vacuna covid en niños?
Por último, Alberto Mateo precisa que habría que valorar diferentes factores a la hora de compensar la baja efectividad de la vacuna covid entre niños con una
tercera dosis o dosis de refuerzo. “La tercera dosis podría aumentar la efectividad de la vacuna, como en adultos, ¿pero por cuánto tiempo? Habría que valorar el riesgo-beneficio de una dosis adicional en este grupo de edad”, comenta.
“Sabemos que
las vacunas son muy seguras, pero sabemos también que la probabilidad de tener enfermedad grave en niños de 5-11 años es muy baja y es plausible que disminuya cada vez más, ya que la mayor parte de los niños tiene cierta inmunidad conferida o por la vacuna o por una infección pasada. Por ejemplo, en Italia, en torno a la mitad de los niños de 5 a 11 años han sido diagnosticados con SARS-CoV-2 al menos una vez, una cifra que infraestima el número real dado el elevado número de infecciones que no acaban siendo reportadas al sistema de vigilancia epidemiológico”, traslada.
Así, determina que la decisión de aprobar una la tercera dosis en este grupo de edad debe de recaer en las instituciones competentes para ello. Con todo, en las últimas líneas de la investigación se concluye que “más estudios para evaluar la eficacia de la vacuna en diferentes contextos o con diferentes dosis o tiempos de administración podrían contribuir a la
evaluación de estrategias de vacunación efectivas en niños”.
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