Rafael Urrialde, director de Salud y Nutrición de Coca-Cola Iberia.
La multinacional norteamericana Coca-Cola ha hecho recientemente públicas, presionada por la creciente polémica que rodea la relación entre la industria alimentaria y la salud pública,
las cantidades con las que financia a sociedades científicas y a investigadores en el campo de la salud. Los datos hablan por sí solos: más de 12 millones de euros entre 2010 y 2015, con los que el grupo ha subvencionado la celebración de congresos y la elaboración de estudios en el ámbito de la nutrición.
Un reciente estudio del Foro Nacional de la Obesidad británico (NOF, por sus siglas en inglés), ha causado un tsunami en ese sector por poner de relieve como la industria alimentaria coopta la actividad científica para lograr que productos ricos en carbohidratos y azúcares añadidos pasen los filtros y entren en las dietas recomendadas. Bajo la premisa de que ‘quien paga, manda’, pocos científicos se atreven a morder la dulce mano que les da de comer.
En este contexto, la generosidad de Coca-Cola con las sociedades científicas españolas resulta más que sospechosa. Una compañía cuyo producto estrella –en su versión original– contiene el equivalente a ocho cucharadas de azúcar por vaso ha financiado con 277.600 euros a una fundación de diabéticos durante los últimos cinco años. Un dinero que se ha empleado en la realización de una carrera anual ‘por la diabetes’ y en la participación de la institución en un salón sobre dieta mediterránea.
Es solo una muestra de cómo Coca-Cola intenta generar una actitud favorable entre los colectivos que, sin mediar una relación económica, podrían recomendar el consumo de la bebida sólo como un capricho puntual. Resultan muy significativos los casi 300.000 euros con los que la compañía financia a una sociedad de medicina familiar. O los 100.000 euros con los que ha agasajado a una conocida publicación del sector sanitario para que ésta lleve a cabo un encuentro sobre gastroenterología.
Becas de investigación patrocinadas
Y no son sólo sociedades científicas o medios de comunicación. Colegios profesionales y universidades aparecen entre los receptores de ayudas por valor de miles de euros, según los datos que ha hecho públicos Coca-Cola. Las universidades reciben ayudas significativas para la organización de eventos, a través de sus fundaciones, pero más destacado es su papel de intermediarios, canalizando las becas a investigación que ofrece Coca-Cola.
Entre 2010 y 2015, la compañía ha repartido en este concepto 2,26 millones de euros. La mayor parte de esa cifra (1,5 millones) corresponde al epígrafe ‘Estudios de investigación en humanos para valorar la hidratación y sus efectos en la salud, el bienestar y el rendimiento físico y cognitivo’.
La publicación de estos datos coincide con una creciente demanda para que la industria alimentaria aclare qué papel juega en la financiación de estudios y encuentros científicos, en línea con el compromiso adquirido por la industria farmacéutica de publicar (desde el próximo año) todas sus colaboraciones económicas en materia de formación, reuniones científico-profesionales y prestación de servicios.
En este contexto, Coca-Cola ha intentado valerse de la transparencia dentro de su estrategia de relaciones públicas, pero ha dejado al descubierto una parte de las vergüenzas de la relación entre industria alimentaria y medicina. “Financiamos proyectos de investigación sobre hidratación o datos nutricionales con el objetivo de entender mejor determinados aspectos de la nutrición en nuestro país y poder adoptar las medidas oportunas”, defiende Rafael Urrialde, director de Salud y Nutrición de Coca-Cola Iberia. Cabe preguntarse qué tal le vendrá a la salud de la relación entre ciencia e industria el exceso de bebidas carbonatadas.
Accede al documento con todas las subvenciones de Coca Cola entre 2010 y 2015
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