El presidente del Comité de Bioética, Federico de Montalvo.
En las últimas semanas, los
viajes del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Inmserso) han estado en el punto de mira. Tras ser cancelados por la pandemia durante un año y medio, su regreso estaba previsto para el mes de octubre con la convocatoria de
816.029 plazas, hasta que fueron cancelados de forma cautelar hace apenas cuatro semanas. Sin embargo, tras este nuevo bache, finalmente se celebrarán en las fechas habituales.
“El proceso sigue según lo previsto para que el programa comience en octubre”, explican fuentes del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, al que pertenece la entidad, a
Redacción Médica. Una última decisión – que parece definita – que el presidente del Comité de Bioética,
Federico de Montalvo, considera
acertada por la salud mental de los mayores.
En un primer momento, el Comité de Bioética no entendió el por qué de la decisión del
Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (Tacrc), que estimó la petición realizada por la Asociación Empresarial Hotelera de Benidorm y la Costa Blanca (Hosbec) para suspender de manera cautelar el pliego de condiciones del nuevo programa del Imserso. La patronal hotelera recurrió el contenido de los pliegos por considerar que había una ausencia de estudio de costes, exclusión 'de facto' de los hoteles de 3 estrellas y prórrogas sin revisión de precios
"en un escenario de inflación y costes disparados". Por ello, pidió la nulidad de las actuaciones para
"subsanar defectos graves de estos pliegos que perjudican gravemente al sector hotelero".
A este respecto, el Comité de Bioética cree que se trataba de una medida empresarial que acabaría
afectando negativamente a las personas mayores. “Lo que no había valorado el Tribunal es el perjuicio que eso ocasiona a los mayores”, explica
Federico De Montalvo, presidente de este organismo, a este periódico.
El experto, aunque reconoce que nos encontramos en un “contexto raro”, considera que
podrían haberse explorado otras alternativas o fórmulas, tales como la compensación a las compañías, antes de contemplar la posibilidad de privar a los ancianos de la posibilidad de viajar. Las altas tasas de vacunación entre el colectivo habrían permitido organizar "bien" y con seguridad las escapadas, asegura de Montalvo.
“Estos viajes no son un tema solo de placer, también es un tema de salud mental en los mayores”, matiza, al hablar de la difícil situación vivida por el colectivo en pandemia. Afortunadamente, si no se producen cambios de última hora, los mayores podrán volver a optar a estos programas, después de un año y medio de parón.
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