La Conferencia Episcopal publica un manifiesto en el que analiza el papel de médicos y enfermeros en esta práctica

"La eutanasia daña al médico que la realiza", según los obispos españoles
Encarnación Isabel Pérez, Mario Iceta y Jacinto Bátiz (Flicker CC Conferencia Episcopal Española).


4 dic. 2019 15:10H
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POR ÀLEX LÁZARO
La Conferencia Episcopal ha presentado 'Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida', un documento en el que se recoge la postura de la Iglesia Católica frente a la eutanasia, una práctica que "daña al médico que la realiza" y también "a la Medicina", según puede leerse en el escrito.

El manifiesto, que ha sido presentado por Mario Iceta, presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida y obispo de Bilbao, Jacinto Bátiz, médico, y Encarnación Isabel Pérez, enfermera, quiere "iluminar la tarea de los profesionales de la salud".

Por ello, advierten a los facultativos y las enfermeras de que "no existe el derecho de disponer arbitrariamente de la 

La Conferencia Episcopal asegura que hay que acompañar al enfermo en situación terminal, pero no ayudarle a morir


propia vida, por lo que ningún médico puede convertirse en tutor ejecutivo de un derecho inexistente", unas palabras del papa Franscico I a la Federación italiana de los colegios de médicos cirujanos y odontólogos.

En este sentido, desde la Conferencia Episcopal recogen la definición que Juan Pablo II hizo en la Encíclica Evangelium vitae de la eutanasia que es "la acción u omisión que por su naturaleza e intencionadamente causa la muerte con el fin de eliminar el dolor", un práctica que a ojos de los obispos nunca puede ser ejercida por el médico, quien debe velar por la curación del enfermo.


"Ruptura interior"


Sin embargo, los obispos señalan también la aplicación de esta práctica es éticamente inaceptable dado que su realización "produce una ruptura interior" en el médico y le "daña", porque aunque pueda "parecer que es una acción compasiva hacia sus pacientes", la misma "se ve oscurecida por su práctica, especialmente si es repetida".

Asimismo, los obispos también consideran que la eutanasia tiene consecuencias negativas sobre la práctica médica porque "si el médico considera eliminar al paciente como una opción válida, la confianza entre el médico y el paciente queda gravemente comprometida".

Es más, destacan que si "aparece la posibilidad de que el médico provoque la muerte, y de que suceda sin autorización del paciente, el recelo es lo normal. De este modo se destruye el fundamento ético sobre el que se construye la relación médico-paciente". 


Derecho a la vida


El propio papa Francisco I afirmó que no se debe "utilizar la medicina para apoyar una posible voluntad de morir del paciente, proporcionando ayuda al suicidio o causando directamente su muerte por eutanasia", ante los representantes de los colegios médicos.

La postura de la Conferencia Episcopal es la de acompañar al enfermo en situación terminal y, por ello, defienden la muerte "con dignidad", que incluye que la persona no sufra inútilmente, conozca con certeza su situación y pueda mantener un "diálogo confiado con los médicos" antes de morir. 
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