Tres de los líderes políticos que intervinieron en el debate preelectoral dieron datos inexactos en materia sanitaria

Fact-check sanitario del debate: 2 imprecisiones y 2 promesas ya cumplidas
Imagen del debate celebrado el martes 4 de noviembre


5 nov. 2019 12:20H
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Si en las negociaciones para conformar gobierno el pasado verano la sanidad fue utilizada como "moneda de cambio", en el debate previo a las elecciones del 10N se ha convertido en un arma arrojadiza entre los candidatos a gobernar España. Sin embargo, no todas las afirmaciones que lanzaron los líderes políticos son verdaderas o exactas.

Santiago Abascal, presidente de Vox, ha preguntado sobre ahorro que se derivaría de eliminar la sanidad universal para inmigrantes: "Hay que terminar con la sanidad universal para los inmigrantes, ¿cuánto nos cuenta eso señor Sánchez? Mil millones de euros, dos mil millones de euros, tres mil millones... Usted lo sabe, díganoslo", ha espetado el líder de la formación ultraderechista. Sin embargo, los datos barajados por Abascal estarían lejos de la realidad teniendo en cuenta medidas similares que se adoptaron en España hace siete años.

La reforma impulsada por el PP en 2012 excluía a los inmigrantes en situación irregular de la asistencia pública. El gobierno de Mariano Rajoy nunca consiguió demostrar el ahorro que la entonces ministra de Sanidad, Ana Mato, cifró en 500 millones en Atención Primaria. Por su parte, la Agencia Europea de Derechos Fundamentales demostró que el gasto había subido al tener que atender más casos en Urgencias.

Por su parte, Pablo Casado ha afirmado que la tarjeta sanitaria única ya existe y que la aprobó la ministra de Sanidad del PP, Ana Pastor, en 2012. Se trata de un dato inexacto ya que se aprobó por Real Decreto la creación de una tarjeta sanitaria individual pero no se llegó a implantar. 

Tarjeta sanitaria


Albert Rivera, líder de Ciudadanos, ponía en cuestión el correcto funcionamiento de dicha tarjeta sanitaria en diferentes comunidades autónomas, como ya hizo en el debate de las pasadas elecciones. "¿Qué pasa cuando van a un centro de salud en otra comunidad autónoma? Que le piden papeles y burocracia, yo quiero una tarjeta única que ni el PP ni el PSOE han puesto en práctica", afirmaba.

Pese a no tener un mismo diseño, todas las tarjetas sanitarias tienen una banda magnética que permite acceder a los datos de los pacientes y retirar los medicamentos desde cualquier farmacia de España. La Comunidad de Madrid se incorporó el pasado verano al sistema, completando el mapa de la receta interoperable.

La propia ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, defendía su aplicación a través de las redes sociales: "La tarjeta sanitaria única funciona desde 2010 cuando concluyó la construcción de la Base de Datos del Sistema Nacional de Salud. Cada CCAA puede hacer su propio diseño pero todas y cada una de ellas llevan la misma banda magnética cuyos datos pueden leerse en todos los pueblos y ciudades de España

El proyecto de Ciudadanos ya se llevó al Congreso de los Diputados en forma de proposición no de ley y fue rechazada por la Cámara Baja. La iniciativa reclamaba una tarjeta sanitaria única estatal, así como la extensión de la receta electrónica y la historia clínica digital "para que cualquier ciudadano pueda ser atendido y reciba sus medicamentos en cualquier punto de España".


Atención domiciliaria


Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, prometía "atención sanitaria a domicilio en las áreas rurales". Este tipo de servicio ya es realizado por los profesionales sanitarios que, debido al estado de salud o las dificultades de movilidad de los pacientes, se desplazan a sus domicilios para atenderles. 











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