Alberto de Rosa, consejero delegado de Ribera Salud.
La
colaboración entre la sanidad pública y la privada ha hecho posible minimizar el impacto de la grave crisis asistencial causada en España por el coronavirus. Todos los recursos han formado un gran equipo que ha plantado cara al
colapso al que parecía abocado irremediablemente el sistema sanitario español por culpa del patógeno detectado por primera vez en
Wuhan (China).
Ribera Salud, el grupo español experto en colaboración público-privada desde hace décadas, ha sido protagonista dentro del enorme desafío que se ha afrontado en hospitales, centros de Atención Primaria y en residencias de personas mayores.
Su
consejero delegado, Alberto de Rosa, repasa para
Redacción Médica aciertos y errores que se han podido cometer durante las semanas decisivas, y suma su conocimiento y perspectiva a '
Lecciones del Covid-19 (qué ha aprendido el sector sanitario español ante la pandemia)', el documento que este diario pone a disposición de la sociedad para que
el Sistema Nacional de Salud salga reforzado de esta complicadísima situación.
¿Cuáles son los aciertos y errores que considera que se han cometido durante esta crisis?
Señalaría cuatro graves problemas. A finales de febrero en Ribera Salud ya supimos ver que nos enfrentábamos a una situación grave, aunque es cierto que desconocíamos el alcance y la duración. Pero viendo la rápida proliferación de casos, sumada a la preocupante situación que ya vivía Italia, sin duda uno
de los errores más graves ha sido la demora en la toma de decisiones para garantizar la distancia social de la población. Los primeros actos de las Fallas de Valencia, partidos de fútbol y todo tipo de concentraciones han perjudicado en la evolución de la crisis de Salud Pública. La
falta de coherencia en la toma de decisiones durante la última semana de febrero y la primera de marzo se ha demostrado muy negativa para la evolución de la pandemia.
La gestión de compras ha sido otro gran error.
La compra centralizada ha sido un fracaso y como consecuencia la mayoría de hospitales ha sufrido el masivo contagio de profesionales, que nos ha situado como el país con más profesionales contagiados del mundo.
En Ribera Salud íbamos dos semanas por delante cuando decidimos empezar a tomar decisiones de compra, de protección de nuestros profesionales y preparación de instalaciones y esto nos ha situado con porcentajes de contagio en profesionales de alrededor del 4 por ciento (frente al 25 por ciento de media en España).
El
tercer problema ha sido la gestión de las residencias. Porque si desde el principio se sabía que las personas mayores eran los más frágiles y la población con más riesgo, los gobiernos deberían haber puesto en la diana asistencial a estos centros, para darles un apoyo y la máxima prioridad en la asistencia a los residentes.
Las residencias son centros que cuidan a las personas mayores, no las curan. Y se pensó en ellas demasiado tarde.
Por último, creo que la
falta de coordinación entre las administraciones y a su vez de éstas con los agentes sociales y las fuerzas de seguridad ha sido otro gran obstáculo para una correcta gestión de la crisis. Ayuntamientos, Policía Local, Protección Civil, Servicios Sociales y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado son clave para coordinar un sistema eficaz de aislamiento social.
También ha habido algunos aciertos que es importante poner en valor.
Esta crisis sanitaria ha permitido que por primera vez la administración haya contado oficialmente con el sector privado para dar una respuesta asistencial que, sin los privados, hubiera sido una hecatombe. La
máxima expresión de ese trabajo en equipo ha sido el Plan 102 de la Comunidad de Madrid con el mando único, que ha vuelto a demostrar la importancia de la colaboración público privada en un sector tan importante como es la Sanidad.
Destacaría también la
rapidez con la que se han creado infraestructuras sanitarias para dar solución de urgencia a los momentos más críticos de esta pandemia, como el
Hospital de Ifema en Madrid o los hoteles medicalizados en diferentes puntos de España.
Ante una crisis similar futura, ¿qué medidas deberían adoptarse ya de forma preventiva en cuanto a recursos humanos, recursos materiales, y gestión / organización?
Creo que es importante hacer un
plan de contingencias que nos permita ir siempre un paso por delante de una crisis sanitaria de estas características y, por supuesto, que el liderazgo sea clínico. Además, es
fundamental la creación de alguna infraestructura permanente, reservada para estas situaciones, y que mientras pueda tener un uso polivalente.
La creación de
infraestructuras libres de Covid nos permitiría también asumir un rebrote y estar preparados de manera conveniente, pero para ello hace falta flexibilidad y agilidad en la toma de decisiones. Como ya he comentado en alguna otra ocasión,
todo el sector sanitario deberíamos volcarnos con proveedores locales estratégicos, para fortalecer una industria que no nos haga más débiles en situaciones como la que hemos vivido. Un punto a favor de estos proveedores e industrias sería su flexibilidad a la hora de adaptar su producción a las necesidades de cada momento.
Esa
adaptabilidad es también imprescindible en los recursos humanos, para tener la máxima flexibilidad a la hora de reforzar determinados servicios u hospitales con necesidad de apoyo. Además, esta crisis ha puesto en evidencia la
necesidad urgente de más profesionales sanitarios y la replanificación de las especialidades sanitarias, teniendo en cuenta las nuevas necesidades poblacionales, así como retribuciones flexibles y nuevos modelos organizativos que incorporen la
digitalización, el teletrabajo y la teleasistencia como algo permanente.
Una
buena organización, recogida y tratamiento de datos es imprescindible para la trazabilidad y el seguimiento de la enfermedad y establecer estrategias efectivas… Si partimos de datos erróneos o contradictorios, cualquier estrategia es inútil. Y por último,
un plan de Comunicación claro, transparente y que permita hacer llegar instrucciones de forma didáctica a la población.
¿Qué podría haber aportado el entorno de la asistencia hospitalaria que no haya podido hacer por la premura en el estallido de la crisis?
Es esencial que los
hospitales trabajen de manera más directa y coordinada con la Atención Primaria. También es urgente
avanzar en la digitalización y la telemedicina y, por supuesto,
trabajar más con la comunidad, con los agentes sociales, con las residencias, potenciar la atención domiciliaria y transformar las organizaciones para priorizar una atención sociosanitaria que ponga el foco en la medicina predictiva, y personalizada.
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