El bebé fallecido Charlie Gard.
Uno de los
profesionales médicos que atendió al bebé Charlie Gard hasta su muerte ha tildado de “telenovela” el trato que recibió este caso por parte de algunos medios de comunicacón, personalidades religiosas así como de personalidades políticas. Y añade que la muerte del bebé supuso algo "que te hiere en el alma".
En un artículo de opinión anónimo en el diario británico
The Guardian, el autor o autora destaca que el equipo médico “trabajó a tope, lo intentó todo y luchó muchísimo por esa familia”, a pesar de que “al final no había ningún otro lugar al que ir”. A pesar que, en las últimas semanas, los “medios de comunicación y otras personalidades públicas” habían convertido “la pobre vida de un bebé en una telenovela discutida a escala global”, en
referencia a sus valoraciones.
Asimismo, explica que “todos los niños” que acaban en la “unidad de cuidados intensivos son queridos por quienes trabajamos en ella, pero hay algunos que se llevan un pedacito de tu corazón cuando se van, cuando trabajas duro por salvarles la vida pero simplemente no puedes.
Es algo que te hiere en el alma”, escribe.
De este modo, el autor sitúa el cambio de rumbo del equipo de profesionales en el caso de Charlie Gard en su mediatización. Fue entonces cuando el personal sanitario empezó a trabajar “por Donald Trump, por el Papa y por Boris Johnson, que de repente sabían más sobre
enfermedades mitocondriales que cualquiera de los expertos del hospital”. Y es los padres del bebé pedían
El texto añade que estos médicos también estuvieron pendientes de lo que decían los “
guerreros del teclado que pensaban que estaba bien escribir sobre el malvado personal médico del Great Ormond Street, en referencia a los periodistas, a pesar de que eran ellos -los profesionales- quienes estaban “junto a Charlie, cuidando de él lo mejor que sabían como siempre habían hecho”.
Sin embargo, defiende que este equipo médico estaba formado por “200 personas que cuidábamos de él no solamente estábamos presentes en las intervenciones quirúrgicas. También nos encargábamos de
lavarle, abrazarle y rodearle de sus juguetes”.
Finalmente, entiende que
el desenlace que tuvo el caso -
en referencia a la muerte del bebé- “era obvio para
todos los implicados en su tratamiento”, en alusión a la terapia experimental que pedían los padres para el bebé que padecía
el síndrome de agotamiento mitocondrial.
“Has luchado por una causa de la que no sabes nada y no le has sido útil a nadie con tus comentarios. Te olvidarás de Charlie y seguirás con tu vida pero sus padres vivirán con ello para siempre preguntándose si tomaron las decisiones adecuadas. Y nosotros, nosotros también tendremos que vivir con ello el resto de nuestras vidas", concluye el documento.
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