"A mí es que me encanta lo que hago; aguantamos estas condiciones laborales precisamente por eso". Trinidad Garrido, de 41 años, es médica de Urgencias en el Complejo Hospitalario de Torrecárdenas (Almería), donde lleva trabajando trece sin plaza fija. La mitad de la plantilla del hospital, afirma, está en su misma situación. Y no son los únicos, ya que la temporalidad de los trabajadores sanitarios en España está por encima del 30 por ciento.
En 2004, cuando terminó su residencia, Trinidad empezó con un contrato de verano. A este le siguieron otros para guardias o, directamente, cubrir periodos de 10 ó 20 días: "Era una locura", recuerda la mujer, que estuvo encadenando este tipo de trabajos durante un año. Luego, pasaron a ser de seis meses o de un año. Sin embargo, la "cierta estabilidad" de este nuevo periodo, pronto se vio truncada a consecuencia de la crisis: "Vivía pendiente del teléfono. A partir de los días 20 de cada mes, tenías que estar alerta por si te llamaban para entrar el mes siguiente. Aunque podían llamarte un día 28 para entrar el 1", recuerda la médica, que sentía cierta tranquilidad por estar de las primeras en la bolsa de trabajo.
No lo llevó tan bien como Garrido su compañero Antonio Rico, enfermero durante dieciocho años en el mismo hospital: "Si te quedabas sin batería en el móvil, te podías quedar sin trabajo. Estaba trabajando en Urgencias, donde hay poca cobertura, y tenía que rogar a los de Personal que me llamaran a un fijo. Son tres llamadas, si no contestas, salta al siguiente de la bolsa. Y eso, claro, genera mucha angustia". Bien lo sabe Soledad S., médica de Atención Primaria en Madrid: "Te llamaban a las siete para que entraras a las ocho y si tardabas un poco en pensarlo, llamaban a otro. A mí me pasó; mientras llamaba a mi madre para que se quedara con el niño, se lo dieron a otra persona", recuerda.
TEMPORAL Y PRECARIO
Antonio Cabrera, secretario general de FSS-CCOO.
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"En el sector sanitario hay una temporalidad del 35 por ciento", explica Antonio Cabrera, secretario general de FSS-CCOO. En septiembre de 2016, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sentenció que la forma de contratación en el sistema sanitario español generaba una severa precariedad y alertaba de que los contratos eventuales "no pueden renovarse para desempeñar funciones permanentes y estables incluidas en la actividad normal de un estatutario fijo". Este "fraude en la contratación", afirma Cabrera, hizo que el Ministerio de Hacienda se "pusiera las pilas" para frenar la temporalidaddel personal sanitario. El resultado: ha firmado un acuerdo con los sindicatos CCOO, UGT y CSI-Fpara lanzar una OPE (oferta pública de empleo) de 129.700 plazas que pretende rebajar la temporalidad a un 8 por ciento en tres años. "No es el mejor acuerdo, pero evitamos que se pierda empleo público", se consuela Cabrera, que estima en 28.000 los puestos recortados en la sanidad pública desde el año 2010.
Los dos protagonistas de este reportaje sí conservaron su empleo durante la crisis. Pero, durante dos años y medio sólo cobraron el 75 por ciento de su sueldo debido a los recortes: "Eso nos mató, porque se sumaba a una rebaja anterior del 10 por ciento y se te quedaba un sueldo de 1.100 euros justitos", recuerda Antonio, de 40 años, quien tampoco ha accedido nunca a una plaza fija: "Al principio solo podía trabajar en vacaciones, navidades... En 2009 mejoró un poco pero los últimos años han sido muy inestables. En los últimos cinco, hemos tenido 16 ó 17 contratos", denuncia Rico.
"Hay una necesidad imperiosa de que se estabilice el empleo, pero harían falta más plazas, ya que estamos a la cola de Europa en cuanto a número de enfermeros por habitante", alerta Mar Rocha, portavoz del sindicato Satse, que cifra esta desigualdad: "Partimos de una plantilla deficitaria. En Europa, hay 8,1 enfermeros por cada 1.000 habitantes mientras que en España es de 5,2. Y de esos, 2 son temporales. El ministerio está haciendo de interlocutor entre las comunidades y los sindicatos, pero el proceso se está alargando demasiado y nos estamos jugando la salud de los ciudadanos".
EXÁMENES IMPOSIBLES
Trinidad Garrido se presentó a las oposiciones que se celebraron en 2007 pero, aunque las aprobó, no pudo acceder a su plaza por llevar poco tiempo trabajando y tratarse de un concurso-oposición. En las últimas, celebradas el pasado año y aún sin resolver, quedó en el puesto 56, pero sólo se sacaron 30 plazas. La poca oferta es algo que ha indignado sobremanera a Antonio Rico durante estos años: "En 2007, se presentaron 20.000 personas para 470 plazas en Enfermería. Ahora con el pacto, habrá oposiciones cada dos años, por lo que se puede dar el caso que el año que viene, sobre mayo, se abra la nueva OPE y nosotros aún seguimos esperando la resolución de la anterior".
"Hipotecamos nuestra vida,
nuestro tiempo y nuestros hijos; y todo para nada".
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Tampoco ha conseguido una plaza Nieves Noriega, enfermera palentina de 36 años, que se ha presentado a varias oposiciones sin éxito: "Yo tengo un hijo y se ha tenido que ocupar mi madre de él mientras yo estaba preparándome para el examen". La experiencia ha sido traumática: "Sigo siendo temporal y sin visos de sacar una oposición y tener una plaza fija. Esto te desmoraliza porque ves que eres incapaz de sacarlas. Es una auténtica lotería", afirma con rotundidad Nieves, quien también critica que se cambien los criterios en cada convocatoria, dificultando aún más conseguir el aprobado: "Las oposiciones en Castilla y León son imposibles. Hipotecamos nuestra vida, nuestro tiempo y a nuestros hijos para nada. Sales del examen llorando, tanto tiempo perdido para nada. Hay gente que se pide hasta la excedencia para poder prepararlo".
La OPE extraordinaria que prepara el Ejecutivo tendrá lugar el mismo día en toda España y las autonomías compartirán el temario y el examen.
INTERINOS
Noriega acabó la carrera en 2001 y se fue a trabajar a Lisboa ante la falta de trabajo en España, donde volvió en 2003. Pronto le salió una oportunidaden el Hospital Clínico de Valladolid gracias a su experiencia en quirófano. Desde entonces, ha ido encadenando trabajos temporales en dicho hospital, aunque desde 2010 es interina, algo que tampoco considera garantía: "La interinidad son contratos temporales igual que los eventuales. Siempre estás en la cuerda floja, la seguridad solo te la da una plaza fija", afirma.
Trinidad también podría pasar a ser interina en los próximos meses ya que el SAS (Sistema Andaluz de Salud) ha puesto en marcha un proceso extraordinario para convertir al personal estatutario temporalen interinos. En enero firmó un contrato eventual que pasaría a ser de interina tras una breve espera. Sin embargo, lo ha tenido que renovar recientemente. Antonio, por su parte, sí lo ve más cerca: "El próximo mes de julio, al menos, los enfermeros del hospital ya firmaremos la interinidad".
Nieves, ahora liberada en el sindicato CCOO, defiende que los puestos fijos, además de dar una seguridad al personal sanitario, son esenciales para poder atender bien a los pacientes: "Es la pescadilla que se muerde la cola, a más eventualidad, se deteriora la calidad asistencial. En Atención Primaria me pasaba que me contrataban por días, y eso ya te impedía optar a una baja o a cubrir unas vacaciones. La eventualidad te quita la vida". La misma opinión tiene Soledad S., de 59 años y médica de Atención Primaria en Madrid: "La presión asistencial es brutal, se cita a un paciente cada 5 ó 6 minutos. Se genera mucha inestabilidad personal y profesional. Todo el rato cambiando de pacientes y consultas... Mientras te intentas preparar una OPE", añade antes de referirse al hecho de que la continua adaptación se le hace complicada: "No hay ni tiempo de comunicarte con las enfermeras. Si eres suplente, la integración con los compañeros es imposible. Si tuviera 25 años me iría de España o elegiría otra especialidad. Es una carrera de obstáculos. Me he pasado 13 años estudiando y no tengo nada estable. No está ni pagado ni reconocido".
Harta de los contratos temporales, Soledad decidió pasarse a una empresa privada en la que hacía reconocimientos médicos: "Acabé ahí por el paro y la mala situación del sistema sanitario público". Pero solo trabajaría en ella cuatro años, ya que se pidió una excedencia y se preparó el MIR. Lo aprobó a la primera y tuvo cuatro años de residencia, pero tampoco consiguió la tan ansiada estabilidad: "Gracias a la liberación sindical tengo una plaza, pero no ejerzo desde hace año y medio".
SIN VIDA
Silvia Martínez.
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"Te cambian los horarios de un día para otro, no puedes hacer planes ni tener una vida familiar, como tampoco irte de vacaciones como todo el mundo. Al final, económicamente nos están pagando igual, pero un eventual no tiene los mismos derechosque un fijo. Por ejemplo, no se nos reconoce una carrera profesional", lamenta Nieves. No es la única que ha sufrido las consecuencias de la temporalidad: "Yo soy de León pero trabajo en Madrid. En una ocasión, nada más llegar, me tuve que volver porque me llamaron para un puesto. Era para ir un tercio de la jornada. Vuelves para trabajar dos horas y no sabes si van a ser dos meses o cinco años.", explica Silvia Martínez, enfermera.
Silvia, de 33 años, trabaja actualmente en el Hospital Psiquiátrico de Getafe cubriendo una baja, pero ha pasado también por el Hospital Infanta Leonor y el Hospital Severo Ochoa:
"Yo he estado tres años cuidando niños por la noche para poder seguir trabajando aquí. Estoy de alquiler con 33 años porque no me puedo plantear nada más. No he visto nunca esa seguridad", explica la enfermera, que aún así se siente afortunada: "Yo no he tenido mala suerte porque siempre he estado trabajando, enlazando contratos buenos". Tampoco ha estado desocupada Laura Salas, enfermera de 33 años, actualmente trabajando en el Hospital Universitariode Getafe: "Acabé en el 2006 y desde entonces hasta ahora, no he tenido contrato pero tampoco he parado. He estado haciendo sustituciones por bajas y ahora es mi mejor contrato, ya que estoy cubriendo una liberación y ya llevo más de un año". Laura también se ha presentado a un par de oposiciones: "Estuve estudiando dos años para la convocatoria de 2014. Pero nada, era inaccesible".También ha reclamado su plaza como interina, "pero como pedían dos años en el mismo hospital, además de los puntos, no me la van a dar", lamenta la enfermera, a quien eventualidad ligada a su empleo no la ha frenado: "Yo me he metido en una hipoteca, aunque me la dieron con aval. Tú enseñas tu currículum y ven que no paras, pero no es nada estable. Yo me arriesgué y tengo una hija. No puedo esperar a tener algo estable para seguir adelante con mi vida".
La misma entereza demuestra Marta, médica en el Hospital madrileño Ramón y Cajal: "Llega un momento en el que te acostumbras, ya casi ni te pones nerviosa cuando ves las interminables colas en el departamento de personal". Desde hace un par de años, por fin tiene un contrato a jornada completa, pero sigue siendo eventual: "Coincidió que me compré el piso y solo un banco me quiso firmar la hipoteca, pero fui a muchos. Cuando intentaba meterme a una hipoteca online de estas, directamente me la denegaban". Marta, que el próximo 1 de enero tendrá que renovar de nuevo, lo tiene claro: " Mi contrato se ha convertido en estructural, no es temporal. En mi servicio no sobra nadie".
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