Emma Sciberras, autora principal (Universidad Deakin).
Los
niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (
TDAH) están mostrando
avances prometedores gracias a un
programa para dormir desarrollado por investigadores del Instituto de Investigación Infantil Murdoch y la Universidad Deakin.
Los resultados del estudio publicado en 'Psychological Medicine' revelan que un programa de
dos sesiones mejora el
sueño de los niños, los síntomas del TDAH, la calidad de vida, el funcionamiento diario y el comportamiento en comparación con los niños que no recibieron el programa, con beneficios que duran al menos 12 meses.
La autora principal, la profesora asociada
Emma Sciberras, ha explicado que, si bien las mejoras fueron de pequeñas a moderadas, los resultados fueron
emocionantes, ya que se lograron en solo dos sesiones.
"Este es el estudio de seguimiento más grande y prolongado de una intervención conductual del sueño para niños con TDAH", aseguró Sciberras. "Que sea una
intervención breve la hace
adecuada para la
mayoría de las familias y también la hace
factible para que otros médicos clínicos lo realicen, como los
pediatras y los médicos de Atención Primaria".
El método incluyó a las familias
El objetivo del estudio fue determinar si proporcionar a las familias orientación sobre hábitos de sueño saludables y una selección personalizada de estrategias de comportamiento podría generar beneficios duraderos para el niño y su familia durante
12 meses. También analizó si había grupos de niños con TDAH que se beneficiaron más o menos con el programa.
El estudio incluyó a
244 niños de cinco a 13 años de edad y diagnosticados con TDAH que tenían
problemas de sueño de
moderados a graves, como dificultad para conciliar el sueño y preocupaciones regulares a la hora de acostarse.
El estudio incluyó a 244 niños de cinco a 13 años de edad
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Los niños en el grupo de tratamiento y un padre asistieron a
dos sesiones con un
pediatra o
psicólogo, con dos semanas de diferencia, durante las cuales el médico evaluó el sueño del niño, estableció metas de sueño, aconsejó sobre patrones normales y hábitos de sueño saludables y desarrolló un plan de control de sueño conductual personalizado. El programa se realizó en conjunto con el
plan de atención habitual del niño.
El programa cubrió temas relacionados con la
hora de ir a la cama, incluido el
insomnio, la
ansiedad nocturna, el
rechazo a la hora de acostarse o la
necesidad de una
persona u objeto (por ejemplo, un padre o un televisor) para quedarse dormido.
Las familias recibieron hojas de información que coinciden con los problemas de sueño del niño, y también les pidieron que mantuvieran un
diario del sueño para su hijo entre las
dos consultas. Los niños en el grupo de control continuaron con su cuidado habitual por parte de su pediatra.
Dos semanas después, una llamada telefónica de seguimiento supervisó el progreso, abordó cualquier problema y aconsejó estrategias adicionales si fuera necesario. Se realizó un seguimiento de los participantes a los tres, seis y 12 meses para evaluar qué tan bien se mantuvieron los beneficios, y se pidió a los padres y al maestro del niño que completaran una
encuesta al principio y al
final del período de estudio.
La mitad de los niños que no recibieron la intervención tuvieron más problemas
Después de 12 meses, los investigadores encontraron que aproximadamente el 28 por ciento de los niños que recibieron la intervención todavía experimentaban
dificultad moderada a severa para dormir, en comparación con el 46 por ciento que
no recibió la intervención.
Al grupo de tratamiento también le fue mejor en términos de
síntomas de TDAH informados por los padres, calidad de vida, funcionamiento diario y comportamiento.
El estudio mostró que los
beneficios del sueño con el tiempo
no eran tan fuertes entre los
niños que no tomaban medicamentos para el TDAH y aquellos cuyos padres experimentaban depresión, y los investigadores sugirieron que estos niños podrían requerir sesiones adicionales.
La profesora asociada Sciberras explicó que el
tratamiento de los problemas del sueño en niños con TDAH tiene el potencial de ofrecer
beneficios a largo plazo. "Muchos ensayos de intervención no examinan los beneficios a largo plazo. Este estudio muestra que los niños que asisten a una intervención de dos sesiones enfocada en mejorar el sueño tienen una
serie de beneficios 12 meses después, que incluyen mejor sueño, síntomas de TDAH y calidad de vida en general", concluyó.
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