Estimular al cerebro con impulsos eléctricos para curar la depresión aguda era algo impensable hasta la fecha. Sin embargo, investigadores de la Universidad California San Francisco (UCSF) han logrado identificar los biomarcadores neuronales que desencadenan la terapia de forma selectiva cuando la gravedad de los síntomas es elevada y han desarrollado un implante cerebral modo de marcapasos para el cerebro.
Según aseguran en la investigación, revisada por pares y publicada en la revista Nature Medicine, este marcapasos para el cerebro identifica la región afectada y envía una pequeñísima carga eléctrica que provoca la eliminación de los síntomas de la enfermedad.
Una innovación que surge fruto de la necesidad de lograr curar a una paciente que no respondía a otros tratamientos. Se trata de Sarah, una mujer de 38 años que llevaba sufriendo depresión severa durante años y decidió someterse al tratamiento experimental tras probar casi todos los tratamientos posibles. Llegó a tomar más de 20 medicamentos diferentes, se internó en un hospital para recibir un tratamiento de choque, se sometió a terapia electroconvulsiva y también a estimulación magnética transcraneal.
¿Cómo funciona el tratamiento?
Funcionamiento de la terapia de estimulación cerebral profunda personalizada (DBS).
El tratamiento consta de dos fases. En la primera el objetivo es identificar el patrón específico de la actividad cerebral (biomarcador) responsable de la aparición de los síntomas. Un proceso que supuso 10 días de exploración intensiva a través de unos electrodos que medían la actividad neuronal de la paciente e informaban a los investigadores acerca de cómo se sentía emocionalmente. “Encontrar ese patrón es clave para el éxito del tratamiento porque permite una respuesta individualizada. La depresión de una persona puede ser muy diferente a la de otra", aseguran los autores del estudio.
En la segunda fase, se coloca el implante en el biomarcador identificado previamente. En el caso analizado, lo implantaron en el hemisferio cerebral derecho y lo vincularon a electrodos situados en dos regiones: el estriado ventral, relacionado con la emoción, la motivación y la recompensa, que es donde la estimulación elimina sus sentimientos de depresión. Y en la amígdala, donde, según los investigadores, se puede predecir cuándo los síntomas serán más graves.
Este último electrodo controla constantemente la actividad del cerebro y cuando detecta el biomarcador, el dispositivo envía una señal al otro electrodo para que suministre una pequeña descarga eléctrica de 1mA durante 6 segundos. Con ello se provoca un cambio de la actividad neuronal y la neutralización de los síntomas relacionados con los estados de ánimo depresivos.
¿Cambio de paradigma en Psiquiatría?
"La idea de que podemos tratar los síntomas en el momento, a medida que surgen, es una forma totalmente nueva de abordar los casos de depresión más difíciles de tratar”, concluyen los investigadores, quienes consideran que además de identificar el circuito cerebral y el biomarcador correcto, han demostrado que pueden replicarlo de manera sistemática también en el implante.
Anteriormente ha habido otros ensayos clínicos que han utilizado la estimulación eléctrica pero no han demostrado resultados concluyentes en el tratamiento de la depresión aguda. Según los investigadores, muchos de esos dispositivos sólo pueden suministrar una estimulación eléctrica constante y lo suelen hacer en una sola zona del cerebro. Sin embargo, la depresión puede afectar a distintas zonas del cerebro en diferentes personas.
De momento, los investigadores solo han demostrado el éxito de su tratamiento en una persona, pero según han desvelado en varias entrevistas a medios americanos ya han inscrito a otros dos pacientes en el ensayo y esperan añadir en breves a nueve más. "Tenemos que ver cómo varían estos circuitos entre los pacientes y repetir este trabajo varias veces. Y tenemos que ver si el biomarcador o el circuito cerebral de un individuo cambia con el tiempo a medida que el tratamiento continúa”, detallan los autores.
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