Christine Ecker, autora del estudio.
Los autores de un estudio que afirmaba encontrar un
vínculo entre la
anatomía del cerebro masculino típico y el trastorno del espectro autista (
TEA)
lo han retractado hasta el punto de reemplazarlo con una versión muy cambiada después de encontrar un
error en su
metodología.
El artículo, publicado en abril de 2017 en 'JAMA Psychiatry', y que recogió
Redacción Médica en ese momento, contenía "
errores graves", escribe la autora principal
Christine Ecker, doctora del Departamento de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, Psicosomática y Psicoterapia, de la Universidad de Goethe-Frankfurt, en una
carta publicada el 27 de marzo en la misma revista.
Otros 14 artículos han citado también el estudio, que tuvo una importante cobertura en prensa
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Los autores del estudio encontraron que "la gran mayoría (79,6 por ciento) de las mujeres con autismo fueron asignadas a la categoría de individuos masculinos fenotípicos". El artículo original concluyó que los hallazgos "resaltan la
necesidad de
considerar la
diversidad fenotípica normativa relacionada con el
sexo al determinar el riesgo de un TEA de una persona y proporcionan información nueva e importante sobre los
mecanismos neurobiológicos que median las diferencias de sexo en la prevalencia del trastorno".
Además, otros 14 artículos han citado también el estudio, que tuvo una importante cobertura de prensa. En un editorial publicado simultáneamente con el artículo, Larry Cahill, doctorado del Departamento de Neurobiología y Comportamiento de la Universidad de California en Irvine, escribió que el estudio "representa un
nuevo paso importante" para r
econocer las influencias del sexo como
fundamentales para entender la
función del
cerebro normal y
anormal".
El nuevo artículo, sin embargo, concluye que los hallazgos "implican que el
fenotipo neuroanatómico masculino no conlleva un
mayor riesgo intrínseco para el TEA que el neuropenotipo femenino y brinda información novedosa sobre los mecanismos neurobiológicos que median las diferencias sexuales en la prevalencia del TEA".
Problema en el guión
En la carta, Ecker escribe que ella y sus coautores habían "identificado un problema con el
guión que se usó para la predicción del sexo biológico en sujetos masculinos y femeninos con TEA en función de su neuroanatomía respectiva en nuestra muestra original".
"Esas fueron las probabilidades que asumimos que eran indicativas de la categoría predeterminada (masculina) en los sujetos femeninos con TEA, como se muestra en la Figura 1B de nuestro artículo, que se cambiaron y, de hecho,
reflejan las probabilidades para la categoría de individuos biológicos femeninos", añade.
Emily Willingham,
criticó el artículo en el momento en que se publicó, tal y como señala el portal
Medscape, y señaló que los
hallazgos "sin embargo, no están a la altura de los titulares sin aliento ni a las afirmaciones de uno de sus autores,
Simon Baron-Cohen, quien tuiteó con entusiasmo que 'el 79,6 por ciento de las mujeres con autismo tienen un cerebro masculino, y las mujeres con un cerebro masculino tienen 3 veces más probabilidades de tener autismo'.'
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