José Luis Ayuso, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid.
La
pandemia del nuevo
coronavirus supuso un cambio en marzo en todos los servicios de salud del país. En los de Salud Mental también. Con la experiencia y el tiempo han ido adaptándose, aunque como ha explicado
José Luis Ayuso, catedrático en Psiquiatría y director del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud para Investigación y Formación en Servicios de Salud Mental en la Universidad Autónoma de Madrid, aún quedan retos en el abordaje de estos pacientes.
El experto ha hablado sobre el
'Impacto en la salud mental de la primera ola de la pandemia del Covid-19 en España', y de forma especial en las
poblaciones vulnebrables, durante una plenaria celebrada en el seno del
XXIII Congreso Nacional de Psiquiatría. En ella ha hecho un
análisis de los factores para ver en qué medida la experiencia recogida durante esos meses ha servido, y sigue sirviendo, para que los psiquiatras hagan una
reorganización de los recursos y dispositivos a la hora de afrontar la segunda ola de la pandemia en la que ya estamos inmersos. Según Ayuso, afortundamente, con esa práctica se está en una posición mucho mejor que durante los meses de marzo y abril.
"Sabemos que hay muchísimos pacientes que acuden a Salud Mental con los que es imprescible mantener el contacto"
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"En España, y en Madrid, que es donde yo trabajo, donde más hemos notado el impacto de la primera ola de la pandemia fue en el
funcionamiento de los servicios de Salud Mental. Como consecuencia de la modificación en este funcionamiento se ha alterado el manejo de pacientes que estaban ya en contacto con la red, sobre todo el
enfermo mental crónico. La derivación de nuevos casos se vio muy cambiada", asegura a
Redacción Médica.
Sin embargo, en pocos meses se pudo reorganizar la asistencia incluso en el marco del confinamiento nacional. "Se pudieron articular medidas para que los profesionales de la red nos organizásemos y pudiéramos mantener un funcionamiento esencial de la atención de la salud mental. Porque durante la pandemia la actividad de muchos servicios de hospital se vieron alterados y se tuvieron que
cancelar intervenciones programadas. En cambio, sabemos que hay muchísimos pacientes que acuden a los servicios de Salud Mental con los que es
imprescindible que sigamos manteniendo el contacto", señala.
Así que se montaron
programas de atención domiciliaria y movieron la
teleasistencia. Y todo eso que se ha ido aprendiendo, con sus éxitos y sus fracasos, es lo que les está sirviendo ahora para que, en una "situación muy preocupante", puedan garantizar la cobertura de estos pacientes.
Los problemas actuales de la salud mental postCovid
Con todo, siguen surgiendo problemas, como la
atención a profesionales sanitarios, una de las poblaciones más vulnerables al impacto en la salud mental de la pandemia. También, la "atención a familiares de pacientes fallecidos por Covid que están en riesgo de desarrollar cuadros de duelo complicados por la circusntancia de los fallecimientos".
"Y otro foco -continúa- tiene que ver con
pacientes que tienen Covid y que están ingresados en unidades de hospitalización, así como aquellos que lo han padecido y que están inmersos en
procesos de recuperación difíciles".
Con todo, señala que no están asistiendo, como se había anticipado, a una nuevo incremento en el número de casos de problemas de salud mental que ven. "Pensamos que se debe fundamentalmente a que el sistema sanitario está organizado de tal manera que la Atención Primaria es la puerta de entrada. Y ahora mismo no está ejerciendo adecuadamente ese rol porque está saturada y centra sus actuaciones en el Covid", explica.
"Los problemas que no son atendidos ahora pueden cronificarse o agravarse"
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Para el experto, uno de los retos es cómo atender a estos pacientes. De momento, han reforzado los servicios de urgencias para cuadros graves, pero "la
patología menor está menos atendida que otras veces", asegura.
"Esto, a futuro, puede ser una dificultad porque los
problemas menores, si no son adecuadamente manejados, se pueden cronificar o agravarse, y puede dar problemas. Habría que ver si va normalizándose el funcionamiento de la Salud Mental. De momento, estamos abordando adecuadamente a los pacientes que ya estaban en contacto con la red, pero no respondemos igual a las demandas de los que deriva la Atención Primaria porque no están llegando.
Es dificil abordarlo porque estamos en un sistema de cobertura universal que se basa y pivota sobre el rol de la Atención Primaria. Es uno de los temas pendientes, como la teleasistencia. "Probablemente ha venido para quedarse, pero habría que
analizar y discrimar en qué medida habrá que seguir mantieneniendo intervenciones presenciales que muchas veces son insustituibles e indispensables a medio plazo", concluye.
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