Psiquiatría: el cole presencial "es fundamental para que el niño socialice"

Los profesionales sanitarios no dudan en que la vuelta a los colegios debe ser presencial. También los psiquiatras de la Infancia y de la Adolescencia, al considerar que el valor de las aulas va más allá de la formación. "Primero porque el colegio es un espacio de socialización, fundamental para el aprendizaje. Esta forma parte del crecimiento del desarrollo humano. El cómo se comparte, juega o rivaliza son elemenos que van a formar parte de su desarrollo", explica Carlos Imaz, psiquiatra infantil del Hospital Universitario Río Hortega y portavoz de la Plataforma de Asociaciones de Psiquiatría y Psicología Clínica de la Infancia y la Adolescencia.

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El experto señala sobre esto una parte que él considera importante: la construcción de "un discurso en el que 'el otro' es o puede ser un potencial contagiador; un potencial enemigo. Pero 'el otro' es algo más que esto", asegura. 

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"Es muy importante que 'el otro' siga siendo un potencial amigo"

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"Es muy importante que 'el otro' siga siendo un potencial amigo, una persona con la que el niño comparte, disfruta y juega; con la que puede pasarlo bien. No es alguien de quien se tenga que defender. Si convertimos al otro en potencial contagiador estamos destruyendo la base de la construcción social, que se consituye desde el afecto y el espacio compartido, y que a veces también implica que se hagan daño o se contagien. Pero una cosa es ser precavido y otra fuente de defensa", añade.

En este sentido, considera que, en lugar de que los niños tengan que usar mascarilla siempre en el colegio, se deberían construir espacios donde pudieran estar con menos defensas. "Además, dudo mucho de la eficacia en ciertos contextos de ese tipo de actuaciones, porque mantener durante tantas horas a los niños con la mascarillabien puesta y sin que se la toquen va a ser muy complicado", predice.

Así pues, el psiquiatra lanza el mensaje de la importancia que tienen las clases prenciales como tarea socializadora e integradora, y para que tanto el menor como la familia mantentan unos ritmos más o menos estables.