Francisco Ferre, jefe de Psiquiatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
Como un antihéroe del cine negro de Hollywood, los
videojuegos son un arma de doble filo para las personas con
trastorno por déficit de la atención e hiperactividad (TDAH). En recientes estudios se están postulando como posible
tratamiento terapéutico para personas con este trastorno, sin embargo, este colectivo también presenta una alta adicción a esta tecnología.
“Hay muchas investigaciones abiertas, dirigidas a utilizar el potencial de los videojuegos como terapia para personas con TDAH. Se ha demostrado que son una herramienta muy eficaz para captar su atención”, explica a
Redacción Médica Francisco Ferre, jefe de Psiquiatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
El especialista advierte de que los videojuegos, a su vez, producen por lo general una gran
adicción en personas con TDAH: “De la misma forma que detrás de la adicción a las drogas las patologías más frecuentes son ansiedad y depresión, el porcentaje de adictos a los videojuegos con TDAH es bastante alto en población joven”.
La adicción a los videojuegos, considerada enfermedad mental por la OMS
La adicción a los videojuegos ha sido
incluida recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales, una lista que no modificaba su contenido desde los años noventa.
Esta decisión no ha estado exenta de polémica, ya que existe división científica sobre si esta adicción debe trascender a la categoría de enfermedad mental o no. “Su inclusión es positiva, este tipo de trastornos generan mucho sufrimiento y la OMS debe adaptarse a los nuevos tiempos”, señala Ferre.
Existen estudios como el de
Cummings y Vandewater (2007) que han demostrado que los usuarios de videojuegos leen un 30 por ciento menos que los niños que no lo son, así como que los primeros dedican un 34 por ciento menos de tiempo a hacer sus deberes que los segundo, datos que en niños con TDAH serían más abultados.
Miquel Vilardell, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital de Vall d’Hebron, también ve con buenos ojos esta decisión: “Está bien que se regularice. Hay que controlar el uso de estas nuevas tecnologías, porque mal utilizadas pueden ser muy dañinas para la salud”.
Ferre explica que en las personas que padecen este trastorno, el juego absorbe la vida del paciente y este, como en cualquier adicción, persiste en la conducta perjudicial a pesar de conocer las consecuencias.
El especialista se muestra satisfecho con la involucración de la Psiquiatría en los trastornos conductuales estos últimos años, ya que “antes era algo relegado a la Psicología” y subraya que el tratamiento de estas personas pasa por atajar el trastorno mental que subyace, mediante fármacos, terapia o la combinación de ambas.
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