La espantada en la Fundación ITA obliga a Magnum a parchear el Patronato

La llegada del fondo de capital riesgo Magnum a ITA Salud Mental, que nombró a Jaume Raventós consejero delegado, coincidió con la salida de buena parte de los miembros del patronato de su fundación: FITA. Montserrat Sánchez Povedano, que era la presidenta y fundadora del grupo, se marchó; también lo hizo Mahala Alzamora (secretaria), según ha podido saber este periódico. Al igual que el médico Manuel Escobar.

Otra de las personalidades que abandonaron el patronato de FITA fue Helena Rakosnik, esposa del expresidente de Cataluña Artur Mas, que en declaraciones a Redacción Médica admitió que “el cambio brutal en la dirección” fue uno de los motivos de peso para su adiós, junto a que ya llevaba varios años en la institución. El psiquiatra experto en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), Vicente José Turón, también hizo lo propio y lo explicó a este periódico: “Los objetivos van más por abandonar el perfil asistencial y médico que tenía la Fundación”, a lo que matizó que estaba más enfocada a "objetivos sociales". Tanto Rakosnik como Turón eran vocales del Patronato de la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios (FITA).

Un panorama que puso contra las cuerdas al nuevo propietario del grupo, que parece haber reestructurado el patronato con personalidades en absoluto tan vinculadas con la sanidad o, en concreto, con este tipo de trastornos. Y de hecho, buena parte de esos ‘sillones’ han sido copados por personas relacionadas con Magnum.

El actual presidente, según reza la web oficial de FITA, Julio Antonio García, fue presidente de honor de la Fundación ITA un breve periodo de tiempo en la etapa anterior, al fusionarse esta con la Fundación Morande Lavín, donde García era vicepresidente. Según ha podido saber Redacción Médica, además estuvo vinculado con el Grupo Zeta.

Sin trayectoria previa en TCA

El secretario, Alberto Bermejo Madera, es un hombre de Magnum Capital sin aparente vinculación previa con el mundo de los trastornos de la conducta alimentaria ni la salud mental, a juzgar por lo publicado en medios sobre su trayectoria. Sin embargo, el rol de secretario en las fundaciones es estratégico, porque él tiene la firma y en este caso, en la Fundación ITA, al carecer de tesorero, podría recaer en él esta responsabilidad.

Entre los vocales del actual patronato está también otra persona de Magnum, Enrique de Leyva, que es socio fundador del fondo y, como Bermejo Madera, carece de experiencia o formación en salud mental. Sí tiene, en cambio, ideas claras de cómo funciona Magnum cuando adquiere una empresa; así lo narraba a El País en una entrevista del año 2009: "No somos inversores especulativos, somos inversores especializados con alta capacidad para añadir valor industrial a las empresas participadas. Tenemos el control de las empresas entre cinco y seis años, y cuando consideramos que ya hemos mejorado su eficiencia las devolvemos al mercado".

Forma parte también del patronato Santiago de Torres Sanahuja, médico vinculado al mundo de la empresa, de la influencia política y los fondos de capital riesgo. De hecho, en 2011 estuvo vinculado, según informa el diario El Comercio, con el proyecto de capital riesgo Tagua Capital junto con el expresidente del Gobierno, Felipe González.

"Habrá que ver a dónde se dirige FITA"

Les acompaña también Alberto Martín Martín, actual director de Recursos Humanos de ITA Salud Mental, según se indica en la web del grupo, y del que no se observa en su currículum que tenga experiencia alguna en trastornos de conducta alimentaria.

De hecho, la única persona con experiencia en sanidad y en TCA de las que no han dado la ‘espantada’ del anterior patronato es el psicólogo Antonio Andrés Pueyo, que reconoció en una entrevista a Redacción Médica que no sabía cuál podría ser el futuro de FITA. “De momento no hay un cambio sustancial de la naturaleza de FITA pero habrá que ver a dónde se dirige”, explicaba a este periódico.

A éste le acompaña Roger Brufau, psicólogo y titulado en Educación Social, profesor de la Universidad de Barcelona pero que actualmente se encontraría con nuevos proyectos en Latinoamerica, circunstancia que haría muy difícil su participación activa en las actividades de FITA, que se abre a un nuevo periodo dirigido por una mayoría de gestores que serían ajenos a la complejidad de los TCA.