El uso de argumentos más sentimentales e instintivos acaban fomentando la parte más irracional de las personas

Sergio García Soriano, psicólogo, y Luis Gutiérrez Rojas, psiquiatra, valoran cómo la crispación política afecta a la salud mental de las personas
Luis Gutiérrez Rojas, vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm) y Sergio García Soriano, psicólogo del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COP Madrid).


1 feb. 2023 13:30H
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Con el paso de los años la política en España ha convertido las broncas e insultos en protagonistas, relegando la serenidad y el respecto a simples figurantes en el templo de la palabra. Los especialistas advierten que algunas de las sesiones celebradas en el Congreso de los Diputados se han convertido en una olla a presión que ha acabado salpicando a la ciudadanía, crispándola y llegando incluso a afectar su vida cotidiana. Con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, Redacción Médica analiza este fenómeno con profesionales de la Psiquiatría y la Psicología para conocer hasta qué punto la salud mental puede verse comprometida y cómo llegan a notar estas consecuencias en sus respectivas consultas

En las consultas que realiza como psiquiatra, Luis Gutiérrez Rojas, vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm), afirma que ha notado un aumento en el tono de agresividad relacionado con la crispación política: “Existe una mayor tendencia a cometer expresiones de violencia junto con un cierto tono de intolerancia. El caldo de cultivo que genera la política provoca que, a la hora de imponer un criterio o una opinión, venga acompañada de un tono de exigencia, agresividad e impulsividad. Algunas personas amenazan verbalmente cuando las cosas no van como ellos desean”.

Para frenar este aumento constante de tensión, Gutiérrez es partidario de reducir el tono en los debates que habrá de cara a la campaña política en las elecciones municipales: “Cuando empezó la democracia en España existía un tono más persuasivo, argumentativo y racional. Ahora existe una tendencia política que es el uso de argumentos más sentimentales, afectivos e instintivos. Todos ello es peligroso, ya que saca la parte más irracional de las personas. En los últimos meses existe un tono de crispación continuo, acompañado de ataques sistemáticos e insultos. Esto al final afecta a la sociedad, y la única manera de defenderse de este entorno es mediante la violencia verbal”.


Gutiérrez: "Existe una tendencia política que es el uso de argumentos más sentimentales, afectivos e instintivos"



El psiquiatra expone que si una persona está atenta y pendiente de cualquier noticia que le llegue, acabará teniendo “una percepción de la realidad equivocada. Se está pendiente de todo aquello que pueda salir mal. Se trata de una alerta que tiene el ser humano para sobrevivir, fijarse en lo negativo para evitarlo. Se trata de un mecanismo de supervivencia psicológico”.

Gutiérrez aplaude que la sociedad esté informada, pero de alguna forma debe prevalecer el pensamiento crítico: “Es necesario relativizar las noticias que leemos. Todo lo que sucede en nuestro entorno es lo que llega a aportar más felicidad y a la vez tristeza. Los medios de comunicación suelen destacar las noticias políticas que llaman más la atención al ciudadano, y si se tiene esta visión de la realidad, una persona puede acabar angustiándose ante tanta negatividad”.

La Psicología, herramienta para gestionar la crispación política


El ciudadano está inmerso en la sociedad y en lo que los medios de comunicación transmiten, y precisamente los políticos son la "punta de la pirámide", quienes transmiten con sus maneras al resto de la población. El psicólogo del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COP Madrid), Sergio García Soriano, asegura que lo mejor siempre es "tomar perspectiva" y poder valorar otros pensamientos aunque no sea el de uno mismo. El profesional recomienda utilizar la Psicología como una herramienta para ver el origen de los pensamientos y si uno quiere, comprometerse con él más allá de la circunstancia que le originó.

"En ocasiones, nuestras adhesiones políticas no son de lógica racional, puede que estén vinculadas a una figura afectiva importante para nosotros y, bien para homenajearla o para negarla, nos hacemos militantes o seguidores de una idea", reconoce García.

La crispación política puede afectar, como explica el psicólogo, tanto a los pensamientos como a los comportamientos; incluso llegando a provocar mayor irritabilidad frente a los que no piensan como ellos. "La polarización genera intolerancia hacia el otro, y esto es lo opuesto a lo que la psicoterapia plantea, hacer apología del otro", insiste.

Si el individuo está inmerso en esa crispación y descontento, puede sentir más estrés, incluso puede tener que esconder cuál es su ideología para poder tener una convivencia tranquila: "Tengo pacientes que compran dos periódicos de diferente perspectiva ideológica no para leerlos, sino para no ser catalogados por el quiosquero o por los vecinos", reconoce García.


García: "La polarización genera intolerancia hacia el otro. Esto es lo opuesto a lo que planea la psicoterapia, que es hacer apología del otro"



La información sobre política afecta a la salud mental


Un estudio de la Universidad de Toronto publicado por la Asociación Estadounidense de Psicología, ha relacionado el consumo constante de información política con más estrés y menos bienestar emocional entre los ciudadanos. García apunta que la narrativa mediática "permanente" genera malestar por la frecuencia y la intensidad de sus mensajes, también en el ámbito político. 

Un mecanismo para prevenir el ansiedad generadada por la información política puede ser la desvinculación al completo de las noticias de última hora, aunque señalan en el estudio que esto es algo que "puede afectar a la motivación para participar en la actividad política".

Por otro lado, el informe descubre que las personas buscan medios que validen su ideología y eso les lleva a "vivir en una burbuja". "La ciencia ha descubierto  que nuestro aparato psíquico es conservador, en el sentido de que no le gusta salir de su zona de confort y por lo tanto mantiene aquello que pensaba con anterioridad, minimizando lo que le disgusta y maximizando lo que prefiere. Y aún así, esto es un trabajo permanente sobre su realidad que le impide conocer nuevas visiones del mundo", cooncluye el profesional sanitario del COP Madrid.
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