Iria Grande i Fullana, secretaria de la Sociedad Española de Psiquiatría.
Iria Grande trabaja en el área de Psiquiatría del
Hospital Clínic de Barcelona donde, además de visitar cada día a pacientes, hace
investigación, principalmente en trastornos afectivos, en el Institut d 'Investigacions August Pi i Sunyer y en la red de investigación
Cibersam.
Su trabajo se enmarca dentro del equipo de
Eduard Vieta, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínic, con quien publicó en
Lancet. También ha participado en investigaciones que se han editado en prestigiosas revistas como la
American Journal of Psychiatry, la
Journal of Affective Disorders o
The International Journal of Neuropsychopharmacology.
Iria Grande explica por qué las mujeres publican en posiciones menos relevantes.
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Sin embargo, que haya nombres de
mujeres entre los
autores de los estudios publicados en las revistas médicas de
alto impacto no es algo tan habitual, tal y como ha constatado
un estudio liderado por la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III (Isciii).
Precisamente en los jardines de este Instituto la psiquiatra, y
una de las 20 participantes del Jurado de los Premios Sanitarias que este medio
entrega el 3 de marzo, explica a
Redacción Médica por qué cree que ocurre esto: "Hay
múltiples razones que pueden argumentar que las mujeres publiquen menos o, lo que puede ser más relevante, que lo hagan en posiciones que no son tan importantes. Estas las ocupan mayormente hombres, que son los responsables en estos momentos de la mayoría de los equipos".
"Otras de las razones -prosigue- es que de momento la mayoría de gente que gestiona las revistas son hombres. Se está intentando
batallar contra esto y que haya más mujeres. Se puede decir que entre todos ellos ya se conocen y es más difícil que nosotras entremos poco a poco, pero lo estamos intentando".
La investigación en España
Investigar en España, independientemente del género, no es fácil. Explica que desde la crisis los
presupuestos se han
reducido considerablemente. Sobre todo porque
no hay financiación para mantener investigación y, aún peor, personal.
Iria Grande toca el piano desde los cinco años.
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"Se puede mantener personal que está haciendo el doctorado, pero una vez que han aprendido, y que ya se ha hecho esa inversión, es extremadamente difícil mantenerlos. Suponen un
gran valor para el país, pero se terminan marchando, con todo ese conocimiento que han adquirido, para no volver", se lamenta.
Ella es uno de esos casos que han ido encadenando contratos de investigación. El primero fue en el Hospital Clínic, uno de los pocos que ofrece
becas de investigación a los residentes una vez terminan la la especialidad. Después obtuvo las becas que ofrece el Instituto Carlos III para hacer el doctorado, la '
Río Hortega' y la '
Juan Rodés'. Esta última la terminó en 2019. Ahora tiene un contrato hospitalario en el Clínic.
La psiquiatra expresa que intenta dividirse el día para
sacar horas "de donde sea" para hacer la parte clínica y, al mismo tiempo, intentar continuar con las investigaciones. También rasca tiempo para las tareas propias de la Secretaría de la Sociedad Española de Psiquiatría (
SEP), cargo que ocupa desde septiembre de 2019.
Con solo 38 años, cuenta con una prolongada
trayectoria laboral. Pero explica que en ese camino también tuvo que hacerse valer más que otros compañeros.
"Eso siempre nos pasa. Como dice el dicho, un
hombre mediocre puede triunfar; una mujer mediocre a lo mejor no tanto. Tienes constantemente que demostrar lo que vales y a veces con eso tampoco es suficiente", asegura. Hija de un cirujano y de una cirujana plástica -de la promoción de 1976, un año en el que era poco frecuente ver a mujeres en Medicina y, aún menos, en esta especialidad- explica que la decisión de optar por Psiquiatría no fue muy aplaudida en casa al principio. Pero ahora todos saben que acertó.
Iria Grande es una de las candidatas más jóvenes del Jurado de los Premios Sanitarias.
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Red familiar
Pero "la vida implica otras esferas" más allá de la profesional. Pone de ejemplo a dos mujeres en el mundo de la Ciencia. Una es
Marie Curie, una mujer "luchadora en su tiempo" que ganó dos premios Nobel y tenía familia.
La otra, también brillante, es
Rita Levi Montalcini. "Pero ella lo tenía clarísimo: para dedicarse a la investigación renunció a tener familia. No podía dividirse e invertir su vida en dos tareas y brillar en ambas, así que se decantó por una.
Yo no estoy dispuesta a hacer esta renuncia que la neuróloga hizo vocacionalmente", asegura.
Iria Grande, junto a su madre, cirujana plástica, recogiendo el Premio Joven Investigador Acreditado de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica en 2016, en el Congreso Nacional de Psiquiatría que se realizó en Mallorca, donde nació su madre y donde pasan todos los veranos.
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En este sentido, señala la importancia que tiene contar con su marido y con una
red familiar para poder dedicarse a todo: "Si no fuera por eso yo no podría dedicarme con tanto ahínco a la investigación".
Toca el
piano desde los cinco años y la
flauta travesera desde los 12. De vez en cuando se sigue reuniendo con gente de su colegio para tocar. Tiene un niño de seis años al que ya le inculca la igualdad para que, a largo plazo, haya un cambio en la sociedad.
"Necesitas
apoyo en casa para tener tiempo para las aficiones. Es la batalla que tenemos constamentemente. Parece que las
responsabilidades de casa son de la mujer, pero no es verdad. No se trata de que ellos ayuden tampoco: si uno ha decidido formar una familia, pues todo el mundo tiene que
apechugar. Lo más habitual es que haya gente que no tiene la suerte de tener esta situación de normalidad", concluye.
La entrevista tuvo lugar en los jardines del Isciii.
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