Aprender a nadar debería priorizarse en niños con la enfermedad.
Un estudio publicado en American Journal of Public Health ha demostrado que las personas con
trastorno del espectro autista corren tres veces más riesgo de
morir por accidente, en concreto por
asfixia o ahogamiento, que el promedio de la población. De ahí que sus propios autores hayan reflexionado sobre la posibilidad de
enseñar a nadar a los niños con este
diagnóstico para eludir en lo posible esa
realidad estadística.
Investigadores de la
Escuela de Salud Pública Mailman de
la Universidad de Columbia (Estados Unidos) han llegado a esa conclusión tras analizar una muestra de pacientes, de ese país, con el diagnóstico del trastorno realizado entre 1999 y 2014. En concreto, se recurrió a
un barrido estadístico de los
fallecimientos por esa causa y en ese periodo a partir de las estadísticas epidemiológicas nacionales contrastadas con la
clasificación internacional de enfermedades (CIE) vigente (décima edición del manual).
A partir de ahí, detectaron 1.367 muertes en individuos con autismo (en concreto 1043 de ellos varones y 324 mujeres). De esas muertes registradas,
381 fueron por accidente, la mayoría de ellas por asfixia o ahogamiento. Por otra parte, según se ha observado en el estudio, el promedio de edad a la que mueren las personas con la enfermedad se corresponde con una cifra muy por debajo de la atribuible a la población general (36,2 años frente a 72).
Por ello, los propios autores del trabajo han instado a padres y cuidadores a que sean conscientes del riesgo y reduzcan, en los posible, las situaciones proclives a sufrir lesiones de esta índole en los pacientes, por ejemplo –han sugerido–
ayudándoles a aprender a nadar lo antes posible. “Saber nadar es la
habilidad de supervivencia más importante para los niños con autismo”, ha incidido Guohua Li, quien ha dirigido la investigación.
Según los científicos, existen muchas razones por las que los niños con autismo están
en mayor riesgo de sufrir lesiones, entre otras cuestiones porque también padecen más riesgo de padecer
trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Estudios previos ya han encontrado tasas de mortalidad más altas en las personas con autismo, pero las causas no habían sido del todo estudiadas y, a menudo, estaban relacionados con otros trastornos también presentes, como la epilepsia o depresión.
Edad promedio de muerte por accidente: 29 años
De acuerdo con la investigación, las personas con autismo murieron más jóvenes en una proporción significativa, con una media de 36 años frente a los 72 de media de la población general. Y al entrar en detalle en las
muertes por accidente o lesión, la edad media de mortalidad bajaba hasta los 29 años de media, frente a los 55 de quienes no padecían autismo.
Alrededor del 40 por ciento de las lesiones fatales entre las personas con autismo tuvieron lugar en
hogares o instituciones residenciales, y las causas más comunes fueron asfixia o ahogamiento.
Los niños eran quienes tenían más riesgo. Mientras que las personas con autismo tenían una tasa de muerte por lesión accidental tres veces más alta que la población general, en el caso de los menores de 15 años la mortalidad por estas causas era 42 veces mayor.
“Las personas con autismo pueden estar en mayor riesgo de sufrir lesiones debido a dificultades sensoriales y motoras (es decir, dificultades para detectar su entorno o en sus movimientos) lo que puede hacer más difícil para ellos
detectar o evitar el peligro”, ha señalado Diana Schendel, profesora de Aarhus Universidad de Dinamarca que estudia las causas de muerte entre los autistas. “También pueden estar en mayor riesgo debido a
problemas de comportamiento que pueden hacer que se comporten impulsivamente o sean hiperactivos”, según ha matizado.
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