A día de hoy
, la Unión Europea aconseja priorizar la vacunación para las personas que están particularmente en riesgo de Covid-19 grave por sus salud, pero cada estado miembro puede decidir qué condiciones médicas se priorizan. En las últimas semanas, la evidencia está dejando claro que las personas con trastornos mentales graves tienen más riesgo de morir.
Sin embargo, varios investigadores europeos han ido revisando los planes nacionales de implementación de la vacuna Covid-19 en 20 países y han constatado que solo ocho de los 20 analizados mencionaron explícitamente la Psiquiatría o las enfermedades mentales en sus estrategias de vacunación. Recuerdan que varios países dieron prioridad a los residentes de instituciones, entre los que se pueden incluir personas con enfermedades mentales graves, pero s
olo cuatro países (Dinamarca, Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido) tenían algún tipo de prioridad de vacunación más alta para los pacientes ambulatorios con enfermedades mentales graves.
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"Además,
Letonia, Rumania, España y Suecia dieron prioridad a los pacientes ambulatorios con discapacidades, que posiblemente incluyan enfermedades mentales graves, mientras que la República Checa y Suecia especificaron problemas mentales o de comportamiento que interfieren con la adherencia a la regulación pandémica como indicación prioritaria", señalan en esta revisión que se recoge en
The Lancet.
España prioriza a las personas con gran dependencia en su Estrategia de Vacunación frente al Covid-19, es decir, a aquellas que necesitan "ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día". Incluye a quienes, "por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesitan el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tienen necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal".
Sin embargo,
no hay ninguna mención específica a quienes padecen una enfermedad mental grave, a pesar de que la evidencia científica señala que es uno de los grupos con más riesgo de contagio y de muerte con Covid-19.
Sanidad aún no ha respondido
La Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) envió el pasado 4 de febrero una carta al Ministerio de Sanidad para pedir que se priorizase a este grupo pero, tal y como ha podido conocer
Redacción Médica, todavía no han obtenido respuesta.
En el artículo de
The Lancet, los investigadores señalan que Dinamarca, Alemania y los Países Bajos
inicialmente omitieron los trastornos mentales de sus estrategias de vacunación contra Covid-19. En cuanto al primer país, una vez que se publicó un gran estudio de cohorte danés que asoció un riesgo mayor de mortalidad a 30 días con enfermedades mentales graves y el uso de antipsicóticos, la Autoridad Sanitaria instó a los profesionales de la salud a remitir para vacunación prioritaria a pacientes con trastornos psicóticos y otras personas con enfermedades mentales graves complejas que el médico tratante considerse que corrían un riesgo particularmente alto.
También los Países Bajos aumentaron la priorización de los pacientes con enfermedades mentales graves tras la promoción de las asociaciones de salud mental. Por su parte, el instituto de investigación federal alemán realizó una revisión general de metanálisis publicados para informar sobre la selección de comorbilidades de riesgo del Ministerio de Salud. La morbilidad psiquiátrica no se incluyó en la estrategia original. Pero tras una actualización de su revisión de la literatura, en la que se descubrió que
la enfermedad mental grave es una de las pocas comorbilidades médicas con OR más de 2·0 para la hospitalización y la mortalidad por Covid-19, se incluye explícitamente la enfermedad mental grave en el nivel más alto de grupo de riesgo de comorbilidades médicas.
Las enfermedades mentales graves igualan a otras comorbilidades incluidas en la priorización
"Múltiples estudios de alta calidad han demostrado que las razones de probabilidad de las enfermedades mentales graves comórbidas, y la
esquizofrenia en particular, igualan o incluso superan las de otras comorbilidades de riesgo incluidas para la priorización", afirman los autores.
"La política basada en evidencia requeriría entonces que las enfermedades mentales graves se incluyeran en la lista de comorbilidades de riesgo. Sin embargo, varias fuentes de sesgo pueden haber causado que
la mayoría de los países pasen por alto los riesgos asociados con las enfermedades mentales graves. Los trastornos mentales a menudo no se incluyen como predictores en los estudios de resultados de Covid-19", añaden los investigadores, que puntualizan que los países los planes de vacunación y las estrategias están en continuo desarrollo.
"En resumen -prosiguen- las estrategias de vacunación de los países europeos intentan equilibrar la evidencia ética y científica, pero
para las personas con enfermedades mentales graves permanece una desconexión entre la evidencia y la política. La mayoría de estos pacientes son tratados en la comunidad y actualmente la mayoría de las estrategias europeas de vacunación contra el Covid-19 los pasan por alto".
"Nuestras recomendaciones conjuntas, que representan a profesionales, pacientes y familias, son claras y urgentes:
inclusión explícita de pacientes hospitalizados y ambulatorios con enfermedades mentales graves en grupos prioritarios para la vacunación contra Covid-19, participación significativa de la organización del paciente y la familia en el desarrollo de planes de vacunación y compromiso de trabajadores pares en la educación sobre vacunación de los pacientes", concluyen los autores.
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