María José Mas Salguero , neuropediatra.
Manejar el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (
TDAH) en las aulas no es fácil para los docentes, que juegan un
papel importante a la hora de
detectarlo en los niños.
María José Mas Salguero, responsable del área de Neuropediatría de la Xarxa Sanitaria i Social de Santa Tecla, lleva una larga trayectoria abordando este trastorno. Por eso, ha hablado con
Redacción Médica sobre las implicaciones que tiene en los niños en edad temprana y de la necesidad de que los maestros comprendan cómo es el proceso mental de estos menores para acompañarles y ayudarles en el aprendizaje. "Normalmente, si esto se hace bien, los niños acaban sus estudios sin problema", asegura.
¿Qué consecuencias puede tener el TDAH para un niño que está en edad escolar?
El TDAH tiene
características muy propias de la infancia. Al niño le cuesta prestar y mantener atención, son muy movidos y responden sin pensar: son
impulsivos. La dificultad que tiene el diagnóstico de TDAH, y lo que lo hace controvertido, es que si estas tres no dan un problema, a veces es muy difícil llegar a él. Las consecuencias de las tres características cuando hay un trastorno verdadero son el
fracaso escolar o las
dificultades escolares. Por ejemplo, un niño con capacidades altas, que puede tener TDAH igual, tiene unos resultados académicos por debajo de lo que se esperaría.
"En general, son niños a los que les cuesta mucho organizar el tiempo, el espacio o la información"
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También da
problemas con los
compañeros y la
familia, porque esa impulsividad y falta de atención pueden hacer que, por ejemplo, se salte las normas. Pongamos de ejemplo un juego de la infancia: el de no pisar la raya. Pues puede ser que no se entere y la pise. Y como no se entera de la orden, luego se enfade. Eso da lugar a conflictos.
Son niños
muy sociables a los
que a veces les cuenta mantener las amistades. Y hay una característica muy importante del TDAH que se tiene poco en cuenta. Y es que, en general, son niños a los que les cuesta mucho organizar tanto el tiempo como el espacio o la información que tienen. Y esto hace que sus aprendizajes se vayan a dificultar. Las consecuencias son que pueden saberse perfectamente la lección pero, a la hora de explicarla, lo hacen de forma muy desordenada, por lo que parece que no han estudiado nada.
¿Qué papel juegan los docentes a la hora de diagnosticar el TDAH?
Todas las guías de tratamiento que tienen
evidencia científica, siendo quizá la más prestigiosa la guía ‘NICE’ del sistema nacional de salud británico (NHS, por sus siglas en inglés), han sacado una revisión hace poco. Lo que dice es que el TDAH necesita sobre todo
atención pedagógica específica,
tratamiento como segunda o primera línea en función de la gravedad de los síntomas, y
atención psicológica.
A nivel pedagógico, lo prioritario es que el docente conozca qué es el TDAH, porque muchas veces se malinterpreta. No todo el mundo, por supuesto, pero hay
muchos docentes que no comprenden bien lo que pasa, y como son niños que por otra parte tienen capacidades normales y son sociables, pero tienen esa conducta que no se acaba de explicar, pues a veces se les cataloga de vagos, maleducados… Son niños que dan
mucho problema en la clase. Que la maestra está explicando una cosa y el tiempo que ellos mantienen concentrados en lo que dice es muy corto. Se les olvida la consigna y, a lo mejor, se levantan porque no se han dado cuenta.
Pero claro, el maestro lo puede percibir como una
rebeldía. Es muy característico por esta falta de concentración y por esta dificultad de mantener la atención. Igual está con sumas y de repente se le olvida y resta. Si el maestro no comprende, porque no sabe, que esto no es porque está tomando una actitud de rebelde, sino que es porque el niño ha olvidado la tarea que está haciendo, se sorprende.
¿Deberían estar más informados en este aspecto?
Más informados, comprender mejor los procesos mentales por los que pasa el niño con TDAH (cada niño es diferente, porque hay niños que son más inatentos, otros más movidos, otros que son más impulsivos) y que estas características no son homogéneas en todos. Ni siquiera dentro de un mismo niño todas las características están igualmente afectadas.
Muchos docentes conocen el problema, pero después lo que les pasa es que no tienen recursos. Si en una clase hay 20 niños y dos tienen TDAH, hecho que pasa fácilmente, el profesor no puede estar a su lado recordándoles todo el rato que se sienten, que no se muevan...
¿Cómo debe ser la relación médico-docente a la hora de abordar el TDAH?
Puesto que no soy pedagogo, no conozco qué técnicas son mejores para ayudar al niño con TDAH a
desarrollar todo su potencial, pero sí puedo explicar el porqué de su comportamiento y de su proceso mental y de desarrollo. Por eso me atrevo a decir que quizá lo más importante es que el docente comprenda mejor qué es el TDAH y por qué condiciona la forma en que un niño adquiere, prioriza y organiza la información que recibe.
"La prevalencia exacta de niños con TDAH se desconoce, porque no hay estudios poblacionales"
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Por otra parte, también creo que debe haber una confianza mutua en la profesionalidad de las personas, médicos y docentes, dirigida a un mejor desarrollo y desempeño de los aprendizajes académicos del niño.
¿Hasta cuántos niños con TDAH puede haber en un aula?
La prevalencia exacta en España se desconoce, porque no hay estudios poblacionales. Los estudios son autonómicos o regionales, o incluso provinciales. No hay un estudio nacional. Pero más o menos se infiere que un número realista sería entre el cuatro y el ocho por ciento de la población infantil. Que es una barbaridad. Pero eso supone que depende de la cantidad del aula. Puede darse que en un aula no haya ninguno y en otra coincidan tres. La prevalencia es suficientemente rara como para que no sea extraño encontrarse al menos uno en el aula.
Y en ese caso dice que debería haber más recursos en las aulas.
Claro. El
docente necesita más recursos. Unos son individuales, porque creo que debe informarse sobre este problema puesto que es tan abundante. Ya mayoría tiene este interés, pero muchos de los que saben lo que tienen que hacer no pueden tomar medidas, porque es muy complicado atenderlos… Son niños que, con todo el cariño lo digo, agotan mucho al entorno. Constantemente hay que estar recordándoles lo que tienen que hacer. Esto agota a todo el mundo. Son niños que cuesta mucho esfuerzo mantenerles en la atención que necesitan, y a veces necesitan a una persona al lado. Es muy difícil de mantener.
¿Cree que deberían adaptarse las pruebas como la Selectividad para la persona con el trastorno?
La ley dice que las personas con TDAH tienen derecho a que se les dé más tiempo de examen y que este esté ordenado un poco diferente. Es decir, mismo contenido, porque su capacidad es la misma, pero con pinceladas: quizá a veces hay que hacer un espacio entre líneas más amplio, o poner las preguntas, en vez de seguidas, una debajo de otra. Es muy típico que por esa falta de atención, si la pregunta es larga y tiene varios enunciados, la persona con el trastornoconteste al primero y se olvide de todos los demás. En cambio, si se le pregunta lo mismo pero por separado, lo ven más fácil. La
adaptación es ridícula, mínima. No es nada espectacular. En algunos casos también se puede tener en cuenta que las faltas de ortografía no se valoren igual en una persona con el trastorno que sin él. al revés, por pura distracción lo escriben mal.
No estoy de acuerdo, ni creo que nadie lo esté, en que la adaptación deba ser por contenido. Los niños con TDAH no necesitan adaptaciones curriculares si no tienen otro problema asociado.
La adaptación debe ser de forma y no de contenido.
También pasa un poco cuando se le presenta, por ejemplo, la información. En los libros, los esquemas, las clases. Ahí también debería plantearse algún elemento adaptativo puesto que, simplemente cambiando el tamaño de letra de los titulos de los libros o enseñando a subrayar de una determinada manera, le puede permitir tener más elementos para fijar la atención y poder organizar mejor la información, que suele ser lo que repercute en un
bajo rendimiento escolar.
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