Marián García Arigüel, Néstor Szerman, María García, Julio Bobes y Lorenzo Armenteros.
La encuesta sobre el uso de drogas en la enseñanza secundaria en España,
'Estudes', cifra en cerca de un 5 por ciento el porcentaje de jóvenes que abusan de
internet y del
teléfono móvil. Según datos ofrecidos por la Universidad Oberta de Cataluña, los adolescentes que utilizan internet para jugar tienen hasta cuatro veces más probabilidades de desarrollar problemas con el juego. Además, otro informe reciente elaborado por la Red Jóvenes Inclusión Social y la Universidad IES Baleares señala que uno de cada cuatro chicos ve
pornografía antes de los 13 años. Los investigadores apuntan como causa al acceso cada vez más fácil de los jóvenes a la tecnología móvil.
Pero el problema de estas adicciones y sustancias no es solamente de menores, sino también de adultos. Y cada vez va a más.
Redacción Médica ha reunido a cuatro expertos para debatir sobre la
prevención, el
tratamiento o el
diagnóstico de las adicciones sin sustancias.
¿Consideran que las adicciones sin sustancia son un problema de salud pública?
Marián García Arigüel expone el papel del psicólogo en estas adicciones.
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Marián García Arigüel,
experta en adicciones del Consejo Nacional de la Psicología: Sí, es obvio que es un problema de salud pública por todo el deterioro que genera. La adicción social o comportamental tiene una sintomatología muy similar a las adicciones con sustancia. En este caso estamos hablando de adicciones que conllevan también una enorme pérdida económica, muchas veces, y la ruptura de las relaciones sociales y familiares casi siempre está comprometida.
¿Cuáles son las más prevalentes, las que más ven en consulta?
Marián García: En consulta estamos teniendo muchos
padres que están alarmados por el tiempo que pasan los jóvenes con los videojuegos, lo que conlleva un deterioro en las notas y en las relaciones con los amigos; mucho sexo vía internet; y las compras, que últimamente estamos viendo gente que ya viene diciendo: "Tengo un problema con las compras".
El consumo de alcohol está muy ligado a nuestra vida cotidiana. ¿Está pasando lo mismo con el juego? ¿Se está normalizando? ¿Se ve como un problema o como una actividad más?
Julio Bobes García, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría: En realidad no solo se está normalizando, sino que se está banalizando. Una vez que se adquiere en las máquinas -o la práctica que sea- los niños y los adolescentes las utilizan más tiempo en ello sin que en su entorno familiar haya alguien que monitorice, que tutorice las proporciones que puedan ser consideradas aceptables o armónicas. A lo que se asiste es a un fracaso escolar y cada vez va más a un 'truhanismo' en el colegio.
¿Qué pueden hacer los profesionales sanitarios en materia de prevención?
Julio Bobes critica que no se financie más la investigación.
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Julio Bobes: Primero: prevenir. Y eso quiere decir
sensibilizar al sistema social, sobre todo a los familiares y a aquellos que ya tienen atisbos en casa de que está pasando. De que el niño no estudia en las horas libres y eso quiere decir que se precisa de la
figura del tutor en casa. Es lo primero que detectas cuando acuden a los Sistemas de Salud Mental solicitando
ayuda.
Lorenzo Armenteros, vocal de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia en Galicia: Es importante que
este tipo de adicciones se puedan considerar más normalizadas. Aunque utilizando esa palabra, que no deja de tener un punto peligroso porque son adicciones que no vienen del mundo marginal y hay un menor temor inicialmente. Se consideran que son una parte de la vida social en la que se ha
hipertrofiado un tipo de actuación.
Todos tenemos
móvil, jugamos a la
lotería o buscamos los
números de Navidad. Entonces, solo cuando esto se convierte en algo que afecta emocionalmente, a la familia o socialmente, se puede convertir en algo
peligroso. Pero estamos en una sociedad en la que, según los datos del
Instituto Nacional de Estadística, el 93 por ciento de los menores de 14 años dispone de un
smartphone. Lo que decía Bobes del acceso a la tecnología es fundamental y es el inicio de cualquier edad de este tipo. Se normaliza porque no son ambientes marginales los que generan inicialmente este tipo de adicciones y porque el acceso es muy sencillo.
Y en el caso del acceso a través de los móviles al juego, ¿creen que los partidos políticos deberían legislar de alguna manera que se permita persuadir a estos jóvenes a que jueguen, por ejemplo con sanciones económicas? ¿Se deberían regular el número de casas de apuestas como se hace con las farmacias?
Julio Bobes: Por supuesto, pero ya hay
legislación. No es que tengamos que inventarla de nuevo, lo que ocurre es que los datos son todavía muy débiles. ¿Por qué no hay más estudios? Porque
no se financia investigación en adicciones. La financiación que hay del Plan Nacional es muy limitada. En su día no estaba previsto que fuese para investigación.
Otras instancias que podrían promover la investigación en este campo, de momento, están un poco
silentes y en espera. No podemos decir muchas cosas de si hay que regular y mejorar la
legislación o si hay que ajustarla porque solo se tienen los datos de las consultas.
Momento del debate en el plató de Sanitaria 2000.
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Es decir, que hay que invertir más en investigaciones.
Julio Bobes: Claro. Lo primero porque si no tenemos datos sólidos podemos estar aquí delirando. De hecho, la categoría se ha aprobado en la CIE 11 pero a propuesta de dos países, porque en el resto del mundo no hay
datos empíricos suficientes como para aceptar esto como categoría clínica. Sin una base no podemos pedir a los políticos que hagan ni más, ni menos.
Lorenzo Armenteros: Sería necesario que en ciertos acontecimientos que son exclusivamente deportivos, por ejemplo, se pudieran evitar mensajes. Que se diferenciara muy bien lo que es
publicidad del tipo de juego a lo que es un
mensaje que pueda hacer un presentador de un determinado. Estamos acostumbrados a que se mezcle lo que es la
publicidad de una casa de apuestas con lo que está hablando el presentador en el mismo evento deportivo en un horario infantil.
Néstor Szerman, presidente de la Fundación Patología Dual y jefe de los Servicios de Salud Mental Retiro del Hospital General Universitario Gregorio Marañón: Respecto a la regulación, en febrero de este año se constituyó un nuevo
Consejo del Juego Responsable. Es un Consejo de Estado en el que se están articulando medidas de regulación y de control. Este 11 de junio salía una propuesta de que haya un
mecanismo para identificar a los menores, para ver
falsos positivos: que el menor pueda
identificarse con un mecanismo muy sofisticado para poder poner control.
A veces son datos demasiado alarmantes y se confunde el instrumento con la adicción. Que haya muchos bares en España, más que en Suecia, no significa que tengamos más alcohólicos en nuestro país. Lo mismo aquí. No es haya adicción a internet, sino a los
contenidos. La
adicción es un trastorno mental.
Néstor Szerman señala que los que no haya una integración de la Salud Mental.
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No es adicto quien quiere, es adicto quien tiene la
vulnerabilidad individual, neurobiológica, psicológica y social para tener la posibilidad de ser un adicto.
¿Cómo se debe provocar esta prevención?
Néstor Szerman: Hay que enfocar una
prevención general y primaria, que se debe hacer de encargo de la Administración Pública. De prevenir el acceso, por ejemplo. Los menores de edad deben de estar regulados e identificados. Y es muy importante una
prevención secundaria, que nos corresponde a veces a las
sociedades científicas. Es un momento muy importante donde debemos apoyarnos en
contenidos científicos. Los datos epidemiológicos, como explica Julio Bobes, son todavía muy escasos. Los hay que dicen que menos del uno por ciento de las personas desarrollan estas adicciones, pero son aún insuficientes y no del todo significativos. Se crea una
alarma social en la cual es evidente.
Debemos poner
barreras para que los menores consuman alcohol y para que tenga acceso limitado a los contenidos de Internet donde pueda acceder. Todo eso nos pone en un desafío social, pero, insisto, debemos de
articular medidas sobre todo de prevención secundaria, porque estas adicciones van siempre acompañadas de otros trastornos mentales,
que es lo que llamamos la patología dual.
¿Qué tipo de medidas se podrían poner? Por ejemplo, sobre las personas con TDAH sí que hay datos que demuestran que tienen más riesgo de tener adicción al juego.
Néstor Szerman: Con respecto al TDAH, tenemos datos epidemiológicos. A mayor gravedad del problema del juego, mayor posibilidad de que tengan un TDAH y que este trastorno sea más grave. Podemos notificar también que estas personas cuando juegan sienten un alivio que no sienten otras personas. Es cuestión de identificar
poblaciones de riesgo.
Marián García: Para hacer esto tiene que estar
toda la sociedad implicada. No vale que se quede en un colectivo concreto. Tiene que estar en el colegio, en la Medicina... Los pediatras deberían tener mucha accesibilidad a los padres. La sociedad me parece un poco adictiva...Si no están los padres entonces, ¿quién educa? Porque al final la adicción es una carencia de libertad.
Marián García, Néstor Szerman, Julio Bobes y Lorenzo Armenteros.
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Julio Bobes: ¿Cómo detectamos a esas personas que están en riesgo o que ya están bastante cristalizados en el problema? Primero:
fracaso escolar. Los profesores deben facilitar que esa persona sea ayudada y reforzada para que no se quede 'colgada' excesivo tiempo con ese mismo problema. Esto es una
asignatura pendiente.
Los profesores pueden ayudar.
Julio Bobes: Claro. Son radares perfectos. Otra cosa es que hay veces que terminas discutiendo con los padres cuando los hijos llegan a los Servicios de Urgencias con una intoxicación y los llamas, porque es la tercera vez. Y ellos lo niegan. Desde
Urgencias puedes advertir que es lo que pasó en un tiempo, pero donde tiene que ser planteado es en la consulta con el pediatra, con psicólogos clínicos de infancia o con los psiquiatras de infancia-adolescencia. Desgraciadamente una adicción se genera bastante rápido, sobre todo cuando no hay control de ningún tipo en el entorno.
En este sentido los profesionales de Atención Primaria tenéis un papel fundamental.
Julio Bobes: Pero a partir de los 16 años, claro.
Lorenzo Armenteros: Lo que sí es un papel complejo porque encontramos esta población vulnerable (adolescentes) que habitualmente no acuden al médico.
Armenteros: "La entrevista clínica tiene que modificarse"
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Después está la
población adulta, en la que lo vemos a partir de las consecuencias que tienen o que les han ocurrido a nivel social o personal, o la
comorbilidad que puede existir en este momento. Ahí vamos a hacer un diagnóstico en una situación avanzada.
Quizá esto se podría recuperar si volvemos a un
papel inicial del médico de Familia, que hemos abandonado. Esa parte de nuestra especialidad de
Medicina Familiar y Comunitaria. La atención comunitaria se nos ha perdido dentro del maremágnum de la vida diaria de nuestra existencia. Estamos tan absorbidos por la presión asistencial diaria que
hemos dejado de lado ciertas actividades que forman parte intrínseca de nuestro trabajo y donde podríamos hacer una labor muy importante en aspectos como este. Debemos retomarlo.
Eso no nos debe impedir que, incluso teniendo esas dificultades, retomemos estas actividades para incluir las adicciones sin sustancia. También el alcoholismo,
la violencia de género y otros muchos tipos que son parte intrínseca de la Medicina de Familia.
Igual que en consulta siempre se pregunta si el paciente fuma, ¿se debería hacer lo mismo en Atención Primaria?
Lorenzo Armenteros: Deberíamos cambiarlo. La
entrevista clínica tiene que modificarse. Hay nuevos elementos para incluir en ella. Necesitamos herramientas que se puedan utilizar en el escaso tiempo del que disponemos para cada paciente, pero que nos den mucha información. Incluir
nuevas preguntas sobre multitud de posibilidades o un cribado de ciertas patologías (incluidas estas) pero que formen parte de nuestra rutina dependiendo de la edad y del género de la persona, para poder captar cuestiones que no se afloran y que no las podemos ver como en otro tipo de patologías.
Lorenzo Armenteros destaca que los diagnósticos de estas adicciones son tardíos.
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Es necesario adaptar incluso la
historia clínica.
En el tratamiento en menores, ¿cómo ayudaría tener la figura del psiquiatra infantil?
Julio Bobes: Llevamos 18 años pidiendo que se cree la
especialidad de Psiquiatría de Infancia y Adolescencia. Hace dos lo conseguimos, con lo cual estuvimos relativamente orgullosos de que España hubiera dejado de ser junto con Bulgaria uno de los dos únicos países que no la tenían. Pero se frenó. Pasa también con la
Psicología Clínica, que no tiene la especialidad de niños y adolescentes. Es fundamental.
Néstor Szerman: Los psiquiatras tenemos algo que ver en que no haya existido hasta ahora la especialidad de Psiquiatría Infantil. Quizá no hemos hecho lo suficiente para que la Administración Pública tome cartas en el asunto y dejemos de ser la excepción en Europa.
¿Hay autocrítica aquí?
Néstor Szerman: Sí. Asumo totalmente la parte de autocrítica. Durante muchos años los psiquiatras no hemos hecho lo suficiente. Ahora somos muy conscientes de ello y estamos en una lucha importante. Seguimos sin
tener oficialmente reconocidos los psiquiatras infantiles.
¿Ayudaría tener reconocido tanto Psiquiatría Infantil como Psicología Infantil atratar estas adicciones?
Néstor Szerman: Sin duda.
Marián García: Por supuesto. Claro.
Julio Bobes: Cuanto más especializada está la prevención y la asistencia, más rendimiento habrá.
Szerman: "Las adicciones no deben estar fuera de la Salud Mental"
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Cuando haya psiquiatras infantiles las cosas van a mejorar sin duda. Pero estamos a 10 años vista. Primero hay que hacer el
plan de la especialidad;
acreditar las unidades docentes; y homologar profesionales. Hasta que salgan los primeros
MIR o PIR de Psiquiatría de Infancia y Adolescencia o de Psicología Clínica de Infancia y Adolescencia van a pasar cinco años. Y eso quiere decir que en 10 años no tendremos a los primeros psiquiatras sentados en la mesa.
Néstor Szerman: Creo que vivimos una
anomalía asistencial en España. En los años 80, la Salud Mental se integra en un sistema normativizado de salud. Ya es una enfermedad como cualquier otra, reconocida e integrada en el Sistema Nacional de Salud, con una excepción: los pacientes que sufren enfermedades mentales, cerebrales (como son las adicciones) quedan fuera de esta normalización, y se establecen redes paralelas, marginales al SNS, privadas, públicas y semipúblicas. Esta anomalía la seguimos sufriendo ahora. No hay una integración de la Salud Mental.
La Sociedad Española de Patología Dual, desde sus inicios, viene promoviendo esta
integración. Las adicciones no deben estar fuera de la Salud Mental, es una enfermedad más,
como si dijéramos que las anorexias deben de estar fuera. Viene de aquellos años donde se valoraban las adicciones como un problema de vicio, de degeneración, de malas compañías, de conducta...
Los años de la heroína...
Néstor Szerman: De malas conductas. La heroína no es más adictiva que un contenido de apuestas deportivas. No se eligen las adicciones y esto es muy importante como concepto. Y lo que planteamos es
integrar las adicciones en el sistema normalizado de salud dentro de la salud ental. No hay otro lugar para ello. Los psiquiatras deben recoger habilidades, no solamente ser psiquiatras infantiles, sino también tener habilidades para tratar la patología dual, tratar las adicciones y otros trastornos mentales porque siempre van juntos.
Marián García: Totalmente de acuerdo con Néstor. Es cierto que una adicción siempre tiene algo asociado y hay que abordar las dos porque van de la mano . Yo tengo centros privados y trabajamos muy aisladamente. Es decir, en el Colegio de Psicólogos estamos ahora trabajando sobre una especie de
protocolo de recogida de información. Ojalá que todos los centros privados que reúnen unas ciertas garantías pudiéramos compartir desde casuística toda la información.
Néstor Szerman: No quería descalificar los centros privados, que hay magníficos y apoyan en conjunto con la salud pública.
García: "Hay que estar mucho tiempo en contacto con el paciente para que pueda salir"
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Marián García: Hay de todo. Ojalá pudiéramos c
olaborar con la parte pública o que la parte pública volviera, que también hubo una época en la que había mucho más apoyo, sobre todo en la Comunidad de Madrid, para el abordaje de las adicciones. La crisis ha dejado muy mal esta área y es difícil poder superar una enfermedad tan grave y que requiere de mucha asistencia. Hay que mimar mucho al paciente y estar mucho tiempo en contacto con él para que pueda salir.
Julio Bobes: Tenemos que trabajar mejor con las bases de datos que tenemos. Trabajar con
big data significa que esa 'minería' va a dar lugar a tener
nuevos paradigmas para obtener perfiles, para obtener pautas de actuación. En los últimos años están recogiendo en las historias casi todos los datos. No en Primaria, donde el tiempo es limitadísimo. Pero cuando ya vemos lo que se va cristalizando sí que podemos tener buenas historias clínicas y, de hecho, se ha mejorado mucho. Evidentemente, si tenemos muchos datos podemos predecir mejor, actuar más a tiempo, hacer promoción de salud mental en estas personas que están en riesgo ya desde niños. El cambio de modelo nos va a ayudar bastante.
Néstor Szerman: Sí, eso no es solamente la integración de las adicciones dentro de la Salud Mental, sino también que hospitales estemos trabajando con
programas asistenciales que incluimos a Primaria. En nuestros centros de Primaria están incluidos programas comunitarios donde hacemos un tratamiento de prevención secundaria, de detención de población de riesgo. Los casos leves son tratados por los compañeros de Primaria con entrevistas motivacionales; cuando pasan a ser moderados a grave se puede tener un 'poquito' de adicción o un 'muchito'. No es una cosa que esté totalmente compartimentada. Así que estamos totalmente en colaboración.
Lorenzo Armenteros: Yo creo que
el futuro es de colaboración y tenemos que aprovechar todas las oportunidades que nos da este sistema sanitario y que
nos van a permitir las nuevas tecnologías, como decía el doctor Bobes, con el big data y las bases de datos. Pero la historia clínica única y la historia electrónica, la comunicación interdepartamental y la asistencia (incluso compartida en muchísimos pacientes) nos van a permitir hacer muchas más cosas.
Nosotros podemos aportar la
accesibilidad que tiene el paciente ante las pequeñas dudas. Primaria puede dar mucho al seguimiento de multitud de patologías; en la prevención; en el seguimiento; y en el tratamiento de los grados moderados que se puedan tener una descentralización fuera del hospital. El futuro nos da muchas oportunidades y la propia tecnología, que tiene sus riesgos y sus peligros, nos va a aportar en un futuro mucho más. Va a cambiar incluso la forma de actuar con el paciente, porque el
paciente lo podremos seguir de una forma compartida con un beneficio propio siempre para él.
Bobes: "Hay que crear más profesionales"
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Y en esta colaboración de la que están hablando para enfrentarse a las adicciones, ¿echan en falta más psicólogos en el Sistema Nacional de Salud?
Marián García: El psicólogo tiene una aportación muy importante porque va a
reeducar. También puede ser un educador social, pero va a trabajar con todas las áreas emocionales. Antes decía mi compañero que la adicción es muy compleja y la voluntad y el sistema emocional están tocados. Obviamente, la Psiquiatría apoya muchísimo y es una de las patas fundamentales. Pero está la otra faceta. El médico desgraciadamente ni tiene tiempo, ni está preparado para hacer. Entonces tenemos
dos carreras. Unámoslas persiguiendo un objetivo en común. Posiblemente en el futuro haya una sola...
Néstor Szerman: El tratamiento debe de ser
biológico, psicológico y social. En diabetes es impensable que solamente el médico le dé la insulina y no haya un equipo de enfermeras y más profesionales trabajando sobre los hábitos, dieta y vida que tiene que llevar el paciente. Esto es igual. En
el paciente con psicosis, los tratamientos farmacológicos son fundamentales, pero si no hay un tratamiento psicológico y social acompañante el resultado se multiplica cuando esto es así. La integración de lo biológico en lo psicológico y social es trascendente. Estamos en un momento de cambios fundamentales y la Psiquiatría no está ajena a ellos.
Julio Bobes: Y conlleva nuevas oportunidades. Una de ellas es una
nueva clasificación de los trastornos mentales y del comportamiento. Hay innovación en la concepción de las adicciones. Los modelos dimensionales han dado lugar a que se pueda hacer mejor prevención. No hace falta que sean pacientes dependientes, simplemente con que veamos conductas adictivas ya quiere decir que debemos estar bien atentos para orientarles.
También tenemos otras oportunidades. Primero: crear
más profesionales. Vamos bien en comparación con hace 20 años, pero hacen falta más. Con el
estigma no estamos mucho mejor. No es el de los años 60 pero todavía es grande. Hay otras oportunidades como
investigar y utilizar más la
innovación -que hay mucha que no se ha incorporado todavía al sistema de salud-.
¿Se abordan bien las nuevas tecnologías en los planes formativos de las carreras de salud?
Julio Bobes: Soy catedrático de Psiquiatría y reconozco que no. Las clases que dedicamos a las adicciones son muy limitadas. Las
prácticas que hacen los alumnos de
Medicina (y de Enfermería) también. Rotan por los Servicios y el Área de Adicción, pero ven enfermos muy graves. El alumno de Medicina, que va a ser en principio un candidato a hacer una especialidad, tiene que ver dimensionalmente cómo empieza y termina. Necesitamos
programas más extensos. Pero a pesar de que hemos mejorado mucho con la formación práctica, el criterio temporal marca que todos tenemos que estar un poco en la síntesis de la síntesis.
Néstor Szerman: Estamos en una época de un conocimiento más especializado. Cada profesional, incluso dentro del campo de la Psiquiatría y de la Psicología, nos focalizamos más en determinados tipos de pacientes. En este caso,
hay muchos interesados en esto que llamamos la patología dual.
Marián García: En Psicología también se ha actualizado y hay más oferta formativa. Hay una especialización.
Lorenzo Armenteros: Claro, las
patologías emergentes deben ser tratadas de una forma muy precoz desde el punto de vista formativo porque convertimos la formación en algo cuando ya ha pasado y deberíamos de estar atentos para que esto no ocurra. De todas estas patologías -consecuencias de la sociedad, del propio avance, de la propia vida, sean patologías orgánicas emocionales o de cualquier tipo- hay que estar muy atento.
En muchos casos, las sociedades científicas tienen que suplir a la propia Administración porque van por detrás. Sí que es importante que
todo aquello que sea emergente lo tratemos todos los que podemos estar implicados de forma muy precoz
Julio Bobes: No hay especialización en adicciones. Lo que hay es, teóricamente,
acreditación. Si bien está contemplada, todavía no está reconocida. Ni para la Psicología Clínica, ni tampoco para la Psiquiatría. Pero eso no quiere decir que no haya cursos, lo que no hay es
reconocimiento de especialización en adicciones. De modo que no hay especialización, pero esa falta de especialización se suple con cursos y con máster...
Conclusiones
Conclusiones “El abordaje de los profesionales de las adicciones sin sustancias”
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Lorenzo Armenteros: Es una patología importante, en crecimiento. Necesitamos una formación que nos permita actuar de forma rápida y con herramientas que, dentro de las dificultades o de la propia problemática de nuestro trabajo, nos permitan sacar a la luz en poco tiempo y con los medios que disponemos. Sería el mensaje, al menos, desde el campo de la
Atención Primaria.
Julio Bobes: ¿Qué debe hacer el profesional que tiene que tratar a estos adictos o estas adicciones sin sustancia? Básicamente aprender a
trabajar multidisciplinarmente. No solo con el mundo sanitario, sino con los profesores, medio y entorno donde están los chavales. Hay muchas cosas que no se pueden hacer desde los centros de salud ni con los centros de adicciones porque no llegaron todavía. Eso quiere decir que hay una parcela muy importante para promover en salud mental, en general, y por supuesto, hacer prevención de los consumos o de los abusos de sustancias y de las adicciones que se van desarrollando de menos a más. Además, mientras no tengamos mejor
investigación vamos a tener que repetirnos mucho y avanzar poco porque hacen falta datos de verdad y esos datos, desgraciadamente, todavía no los tenemos. Necesitamos más dinero en las convocatorias de investigación que tiene el país todos los años. Y que dejen que prosperen esos proyectos que tienen las personas que están investigando en adicciones.
Néstor Szerman: Estamos en un momento de cambio de paradigma en la Medicina, la Psiquiatría, la Psicología... A nivel de investigación tenemos
marcadores biológicos que nos permiten detectar el grupo/población de riesgo. Pero mientras eso llega y se expande a todos los profesionales, los clínicos podemos pensar todavía en determinados fenotipos, cómo se expresa la enfermedad o en la patología dual de forma más concreta. No podemos crear una superficie solamente. Pensar que puede haber patología dual puede orientar el comienzo de un tratamiento distinto hasta que lleguen la Psiquiatría de Precisión y los marcadores biológicos de los que ya leemos en las publicaciones científicas.
Marián García: Me gustaría que reflexionáramos un poco en una acción social más amplia. La adicción es considerada como una
enfermedad oculta -en algunos sitios te puede costar el trabajo-. La sociedad no está preparada para asumir el que tiene un hijo, un marido, o un familiar que es adicto a lo que sea. Tal vez aquí habría que hacer un esfuerzo también para
dar a conocer la enfermedad como tal y quitarle todo el velo que tiene de 'cosa fatal', porque se puede tratar y funciona. Desde luego, lo que tenemos que tener todos claro es que adicto puede ser cualquiera.
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