El
10 por ciento de los partos en España corresponden a
bebés que nacen antes de la semana
37 de gestación. Esto se traduce en unos
30.000 niños prematuros cada año. De ellos, entre el 1 y el 2 por ciento nacen antes de la semana 32, de modo que entran en la categoría de grandes prematuros y requieren una atención ultra especializada y multidisciplinar en la que intervienen especialistas en
Neonatología,
Cardiología,
Neurología,
Otorrinolaringología,
Gastroenterología e
Infectología Pediátrica, así como de especialistas asistenciales de unidades de cuidados intensivos neonatales de nivel IIIb, acreditados para el cuidado de máxima complejidad en grandes prematuros.
La Unidad de Neonatología y la UCI Pediátrica, de nivel IIIb del
Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela está impartiendo el curso online El pediatra ante el
niño prematuro, al que se han inscrito
1.083 profesionales médicos, mayoritariamente pediatras, y lo han concluido cerca de 700. El curso, incluido en
Star al Día, el programa formativo de Sanitas para profesionales sanitarios y realizado con la colaboración de
MSD, sigue activo hasta el próximo 28 de febrero.
Problemas relacionados con la prematuridad
Las unidades de neonatología dedican toda su atención a los muy
diversos problemas que plantea la prematuridad: afectaciones respiratorias y neurológicas, dificultades para una correcta nutrición, complicaciones auditivas y visuales… Afortunadamente, en la mayoría de los casos, los bebés salen adelante y reciben el alta hospitalaria, pero el seguimiento que a partir de entonces realice el pediatra en consulta es una labor necesaria y no suficientemente tenida en cuenta.
“Es preciso compartir la información de las posibles secuelas que tenga el niño prematuro. Los
neonatólogos manejamos mucha información al respecto y es conveniente que sepamos trasladarla a los pediatras generales”, explica
Begoña Arias, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.
Una vez transcurrida esa fase aguda y superados los obstáculos para que la vida se abra definitivamente paso, es importante no perder de vista un seguimiento de este nuevo paciente, que por fuerza debe ser individualizado y multidisciplinar: preparando concienzudamente el alta hospitalaria,
explicando a los padres el significado de los conceptos clínicos y el alcance de recomendaciones y pautas de seguimiento; detallando los controles en consulta y los hábitos preventivos; con especial atención a la nutrición, fundamental para que el bebé gane cuanto antes el peso que le corresponde con su edad, y
abordando las secuelas neurológicas, los problemas en el oído o en la vista y las dificultades en el aprendizaje.
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