Pedro Rico, Itziar Larizgoitia, Raimon Belenes, Danielle Ofri, Charles Vincent, Jaume Raventós, Celia García y Jesús Rodríguez.
Un 19 por ciento de las intervenciones quirúrgicas da pie a uno o más problemas imprevistos que serían evitables con formación específica de los profesionales, según datos revelados por el psicólogo británico Charles Vincent extrapolables a otros países europeos.
De hecho, "los sanitarios se comportan como aficionados cuando no exigen un control consensuado del riesgo en los hospitales y centros de salud", ha declarado este profesor de Psicología de la Universidad de Oxford e investigador senior en el Instituto Nacional de Investigación de Reino Unido.
Jaume Raventós, director territorial Quirónsalud en Cataluña; Danielle Ofri; Javier Guerra, director médico de la Fundación Jiménez Díaz, y Charles Vincent.
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Según este psicólogo, quien ha intervenido este jueves en el Seminario Internacional de Seguridad del Paciente y Excelencia Clínica en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, si el equipo de cirujanos y médicos se niega en bloque a hacer una prueba, exploración o intervención quirúrgica si no se dispone de todo el material y condiciones que recomiendan las guías clínicas actualizadas, se revertirían en su mayoría los eventos adversos derivados de la mala praxis o del incumplimiento de medidas de seguridad del paciente.
Vincent, a lo largo de su discurso, ha enumerado una serie de estrategias clave para la seguridad del paciente en cualquier hospital o centro de salud. Otro especialista, René Amalberti, y el propio Vincent han publicado un manual, Safer Healthcare, al que este último se ha referido y del que ha tomado las ideas esgrimidas en su intervención.
Entre ellas, ha destacado la visión de la seguridad del paciente “a través de los ojos de los profesionales” por cuanto lleva a descubrir que, a veces, la atención al enfermo no es la adecuada, en especial en los domicilios.
En segundo lugar, Vincent ha señalado a la “falta de fiabilidad” en la atención sanitaria y a las intervenciones que llevan a gestionar ese riesgo de la forma más adecuada en los diferentes ámbitos asistenciales.
Como ejemplo, el psicólogo británico se ha referido al listado de verificación quirúrgica, que ha calificado como uno de los éxitos más notables en materia de prevención de riesgos, y ha revelado que un 19 por ciento de las operaciones que se llevan a cabo en Reino Unido presentan uno o más problemas o imprevistos.
Vincent se ha referido a la “actitud clínica” una vez que aparecen esos obstáculos: “En tanto unos se decantan por hacer la intervención a pesar de carecer, por ejemplo, de un instrumental específico, otros se niegan a hacerla en tanto no se reemplace ese material y eso no es otra cosa que seguir una estrategia de control del riesgo”.
Claro que ese plan preventivo debe trasladarse –ha recordado– a las organizaciones más allá de los servicios hospitalarios, y pocas disponen de él. “Debido a la confianza necesaria entre el médico y el paciente, hacerle daño a éste último sin querer resulta muy duro, por lo que es esencial conocer cómo mitigar el dolor una vez provocado”, ha reflexionado.
En este sentido, Vincent ha insistido en la educación para la salud en el ámbito domiciliario, y ha puesto como referencia la formación del familiar de paciente con hemodiálisis.
Estrategia y personal para mejorar el sistema
En Reino Unido, según este psicólogo, la formación del profesional en calidad asistencial y seguridad del paciente constituye una prioridad, y, en ese contexto, ha mencionado el modelo ‘Káiser Permanente’ como referencia internacional.
“Una de nuestras prioridades es conocer a cuántas personas debemos formar y cómo hacerlo; en Escocia, por ejemplo, han avanzado mucho en ello”, ha revelado.
En su intervención, Danielle Ofri, médico internista en el Hospital de Bellevue y profesora de Medicina en la Universidad de Nueva York, ha contado su primera experiencia en las urgencias, nada agradable para ella, como ejemplo de la realidad con que se enfrenta cualquier especialista en su periodo de residencia.
Ofri ha reflexionado sobre la escasa aplicación real de la evidencia científica disponible a la hora de resolver situaciones clínicas complejas, y ha concluido que, en realidad, la experiencia propia y de los colegas priman, a menudo, sobre los conocimientos teóricos sin más. “Pese a la fama de los médicos de ser fríos y cerebrales, el neurólogo Antonio Damasio nos recuerda que las emociones son una música continua de fondo que siempre está presente seamos o no conscientes de ellas, y, por lo tanto, nos afectan al tomar decisiones clínicas”, ha enfatizado para dar a entender la importancia del estado emocional en el rendimiento cognitivo y la actuación médica para reducir, en los posible, los errores iatrogénicos.
Quirónsalud extiende su sistema de notificación de eventos adversos
En este contexto, Celia García Menéndez, directora de Calidad y Seguridad del Paciente de Quirónsalud, ha declarado a Redacción Médica que la organización ha extendido a todos sus centros, a lo largo de 2015, su sistema de notificación de pacientes.
“Se trata de una aplicación informática anónima, es decir, cualquier profesional de la plantilla accede si lo desea por medio de la intranet del centro”. Una vez se recogen las notificaciones, en cada hospital se conforma una comisión específica que recibe aquéllas por correo electrónico y, acto seguido, toma las decisiones que considera oportunas.
Preguntada por la estrategia nacional de seguridad del paciente, que impulsa el Ministerio de Sanidad, García Menéndez ha aclarado que el plan del grupo está, de hecho, integrado en ella más allá de que disponga de una aplicación propia diferente a la nacional.
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