HLA Montpellier y Dfa han señalado estas barreras en una conferencia sobre 'Ginecología y mujeres con discapacidad'

La Clínica HLA Montpellier y Fundación Dfa organizaron una conferencia en la que destacaron la falta de información dirigida a pacientes y a profesionales sanitarios, además de la carencia de instalaciones accesibles.
Alfredo Pérez Lambán; Adelina Salazar; Marina Joven y Marta Valencia.


9 jun. 2023 14:35H
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El pasado jueves tuvo lugar la conferencia organizada por la Clínica HLA Montpellier y Fundación Dfa titulada ‘Ginecología y mujeres con discapacidad’ en el salón de actos del centro hospitalario. De esta forma, ambas entidades informaron acerca de las patologías ginecológicas más frecuentes que sufren las personas en condición de discapacidad física y concienciaron acerca de las dificultades que tienen que afrontar a la hora de acudir a revisiones ginecológicas periódicamente.

Acudir a la consulta de ginecología es un obstáculo para muchas mujeres con discapacidad física. La falta de espacios amplios, de camillas adaptadas y de grúas para transferir a la paciente suponen importantes barreras a la hora de someterse a revisiones, ecografías y seguimiento de embarazos.

Por estas u otras razones, la realidad es que en España “una de cada tres mujeres con discapacidad no ha acudido nunca a una consulta ginecológica”. Así lo afirmó Adelina Salazar, ginecóloga de la Clínica HLA Montpellier, que habló, entre otras cuestiones, sobre la importancia de las revisiones ginecológicas periódicas en mujeres por diferentes grupos de edad y sobre la prevención de enfermedades ginecológicas.


Importancia de las revisiones ginecológicas


En Aragón hay 57.000 mujeres con algún grado de discapacidad. Como en el resto de España, a excepción de casos puntuales como Madrid o Andalucía, “el primer problema al que se enfrentan es la carencia de un plan o protocolo de formación que impide que estas personas puedan ser atendidas y manejadas de forma adecuada en una consulta”, comentó. Salazar.

El miedo o la vergüenza, el hecho de considerar que no es necesario o bien la no derivación desde Atención Primaria son algunas de las circunstancias por las que muchas mujeres con discapacidad no acceden a una consulta ginecológica. Aunque la más importante, según la facultativa, es la ausencia de recursos adecuados.

“Nos referimos a la falta de camillas adaptadas, a la formación del personal humano o a la poca empatía”, explica. La especialista puso de relieve la importancia de acudir a las revisiones ginecológicas “no por una necesidad meramente curativa, sino también de forma preventiva”. Más allá de acudir por obligación cuando aparece algún síntoma de alarma, recomendó visitar la consulta al comenzar la vida sexual; a los 25 años, en caso de no haberse iniciado en las relaciones sexuales; o al menos una vez al año a partir de estas edades.

Salazar recomendó centrarse en la prevención de enfermedades ginecológicas y las principales patologías asociadas, entre las que se encuentran las infecciones vulvovaginales o urinarias. Vigilar el color y el tipo de flujo es importante para detectar enfermedades como candidiasis, tricomoniasis, vaginosis bacteriana, vaginitis inflamatoria descamativa o vaginitis atrófica. Para ello, ofreció una serie de consejos: usar ropa interior de algodón y poco ajustada, lavarse con jabones adecuados, limitar la depilación, no ingerir alimentos muy ricos en azúcares o vigilar la humedad en la zona durante la temporada de piscinas y playas, etc.


Barreras personales y arquitectónicas 


Marina Joven, terapeuta ocupacional y voluntaria de Fundación Dfa, tomó el testigo en la segunda parte de la ponencia para reconocer que “es difícil encontrar según qué tipo de documentación e información especializadas en el tema de la discapacidad porque, por desgracia, no se nos ha tenido en cuenta como debería”.  En esta línea, “tenemos que ir avanzando y romper un montón de barreras aún; queda mucho para lograr inclusión”, aseguró.

Joven se refirió a las barreras “biomédicas” y recordó la “falta de acompañamiento adecuado” que notó en cuanto a su salud sexual tras sobrevenirle la discapacidad. También quiso poner el foco en las barreras arquitectónicas que “entre todos se pueden romper fácilmente porque es cuestión de recursos”. Como ejemplos, propuso “bajar y hacer graduables las camillas de exploración y poner grúas en las consultas de ginecología”.

También incidió en la formación del personal sociosanitario para el acompañamiento en la consulta. “Hay veces que no te pueden atender porque no saben ayudarte a subir o lo hacen de manera inadecuada, con la carga social que eso supone para nosotras mismas. No debería ser así porque soy una mujer con el mismo derecho que el resto de acceder a un recurso de salud sexual y reproductiva”, comentó antes de concluir diciendo que “si están esas barreras, se hace visible la situación de discapacidad”. Al finalizar la ponencia tuvo lugar un coloquio entre todos los presentes.

El director de la Clínica HLA Montpellier, Alfredo Pérez Lambán, y la presidenta de Fundación Dfa, Marta Valencia, acompañaron a  Salazar y Marina Joven. Ambos celebraron la inauguración de la nueva consulta ginecológica del Sector Zaragoza III, ubicada en el hospital Inocencio Jiménez. “Desde Fundación Dfa y Amanixer (Asociación Aragonesa de Mujeres con Discapacidad), seguimos reivindicando la necesidad de que haya muchas más consultas de este tipo”, manifestó Valencia.
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