El tratamiento permite una recuperación precoz y un rápido alivio de los síntomas

Ruber Juan Bravo incorpora un nuevo láser de Holmio en el área de Urología
Eduardo Martín, jefe de Servicio de Urología de Ruber Juan Bravo.


12 nov. 2022 17:15H
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La enucleación prostática con láser de Holmio (Holep) es uno de los tratamientos más avanzados que existen para tratar la HBP, según el Grupo quirónsalud, y es un tratamiento que dispone el Ruber Juan Bravo. Mediante un láser de Holmio se separa el tejido prostático que ha crecido y obstruye la salida de orina desde la vejiga al exterior para después extraerlo y analizarlo, preservando la estructura exterior capsular de la glándula prostática.

Eduardo Martín, jefe de Servicio de Urología de Ruber Juan Bravo indica que la principal ventaja que ofrece esta técnica es que se trata de una técnica mínimamente invasiva que sin necesidad de incisiones externas permite el tratamiento de próstatas de todos los tamaños, incluso de próstatas de gran tamaño, de más de 70 cc, en las que otras técnicas transuretrales no están tan indicadas y que habitualmente se trataban con cirugía abierta o laparoscópica. El Holep es, en esas próstatas grandes, en las que ofrece mejores resultados respecto a las otras técnicas, permitiendo llevar a cabo la cirugía en menor tiempo quirúrgico y con resultados más duraderos, a diferencia de otras técnicas que pueden requerir reintervenciones por crecimiento del tejido residual. Otras ventajas son que se trata de una intervención muy segura, con mínimo riesgo de sangrado importante y baja tasa de complicaciones.


Recuperación rápida


Además, permite un rápido alivio de los síntomas urinarios con una precoz recuperación y reincorporación a la vida cotidiana, sin provocar impotencia sexual y con un mínimo riesgo de incontinencia urinaria.

A diferencia de alguno de los otros tipos de láser utilizados para el tratamiento de la HBP, el Holep permite el análisis patológico del tejido eliminado para descartar la existencia de un cáncer.

El tejido enucleado, separado de la cápsula prostática mediante el láser, es succionado mediante un instrumental llamado morcelador que permite extraer el adenoma, tejido prostático que ha crecido y es responsable de los síntomas, a través de la uretra sin realizar ningún tipo de incisión, como sucede en la cirugía abierta.
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