José María Echave-Sustaeta, jefe de departamento de Neumología del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
31 may. 2016 13:15H
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El Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo ha puesto en marcha un programa de detección precoz de cáncer de pulmón dirigido a pacientes mayores de 55 años, con una historia de tabaquismo de, al menos, 30 años.
El nuevo servicio está dirigido por José María Echave-Sustaeta, jefe de departamento de Neumología de este centro, que destaca que “el cáncer puede ser detectado en estadios más precoces utilizando la tomografía computarizada de baja radiación. Esta prueba permite identificar el cáncer en un estadio precoz, cuando se presenta en forma de un pequeño nódulo en el pulmón y antes de que se extienda a otras partes del cuerpo. Esta tecnología ha aumentado la tasa de curaciones”.
Esta prueba se incluye dentro del programa de detección precoz del cáncer de pulmón puesto en marcha por Quirónsalud con el que se quieren reducir en un 20 por ciento las tasas de mortalidad vinculadas con esta enfermedad.
El programa, en el que participarán varios hospitales de Quirónsalud, espera incluir a unos 3.000 pacientes de alto riesgo de toda España. Tras el cribado, que durará al menos tres años, los participantes serán objeto de seguimiento a lo largo de un periodo mínimo de cinco años, y se someterán todos los años a una prueba de TAC (escáner) de baja radiación. El cribado con tomografía computarizada de baja radiación ha conseguido una detección de tumores en estadios precoces.
“En la actualidad sólo un 15 por ciento de los carcinomas no microcíticos de pulmón permiten una intervención curativa; mientras que en los programas de cribado mediante tomografía computarizada han conseguido la detección de entre un 65 y un 85 por ciento de tumores en estadios precoces”, detalla Echave-Sustaeta, que considera que las personas que están en el grupo de alto riesgo de cáncer deberían realizarse la prueba una vez al año.
La utilización de tomografías computarizadas de baja radiación expone al paciente a una dosis de radiación muy pequeña (el equivalente a una cuarta parte de la radiación que una persona recibe de fuentes naturales durante un año).
Sin embargo, insiste Echave-Sustaeta, la medida más eficaz y coste efectiva para reducir la incidencia de cáncer de pulmón y para prevenirlo es el abandono del tabaquismo. “Cualquier programa de diagnóstico precoz debe ir de la mano de un programa de abandono del hábito tabáquico”.
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