Javier Cáceres.
25 abr. 2017 11:50H
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El Hospital Quirónsalud San José aplica la ‘walking’ epidural en analgesia del parto (o epidural móvil), una opción, por la cual, se emplean dosis mínimas de anestésicos en la futura madre para conseguir la ausencia del bloque motor y la analgesia, controlando el dolor en el momento del parto.
Tal y como explica Javier Cáceres, jefe del Servicio de Anestesiología del centro hospitalario, esta opción no excluye la epidural convencional, con la que se pretende cubrir la demanda de mujeres que desean un parto más participativo y con mayor autonomía. Como destaca este especialista, las únicas técnicas anestésicas que se han confirmado eficaces para aliviar el dolor en todas las fases del parto son las del neuroeje (anestesias epidural y/o raquídea).
“El gran reto de los anestesiólogos en la analgesia obstétrica es aplicar una técnica que garantice el máximo control del dolor, respetando la fisiología de la evolución del parto, con los mínimos efectos sobre el feto, y permitiendo una participación activa de la mujer durante todo el proceso”, explica.
En los últimos tiempos, se ha demostrado que la utilización de dosis bajas de anestésicos por vía epidural es tan eficaz para el control del dolor en la fase de dilatación como la dosis utilizada con la analgesia epidural convencional, pero, además, se consigue una mayor participación y más satisfacción de la madre durante todo el parto. “Los objetivos de la walking epidural son conseguir una analgesia eficaz y preservar la movilidad de la madre, lo que le proporciona una mayor autonomía y más participación en el proceso del parto. Además, así se aprovechan los beneficios que la bipedestación o la sedestación en la ‘pelota obstétrica’ aportan al periodo de dilatación”, señala el experto, quien añade que “es importante remarcar que lo fundamental es que la madre pueda mantenerse en posición vertical, de modo que el caminar sea una opción y no una obligación”.
Múltiples ventajas
Si se alcanzan estos dos objetivos, se evita, como destaca Cáceres, “el encamamiento de la gestante y se aprovechan las ventajas que la postura vertical o erguida supone para el desarrollo del parto, dado que, gracias al efecto directo de la gravedad, se produce mejor el reflejo de Ferguson (mecanismo fisiológico en la repuesta neuroendocrina en la fase de dilatación del parto) y se mejora el flujo uteroplacentario”.
Además de esto, la futura madre tendrá contracciones menos dolorosas pero más intensas y eficaces; disminución en los tiempos del periodo de dilatación; menor incidencia de partos instrumentales y distocias; menor necesidad de sondajes urinarios y mayor satisfacción materna.
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